MG: «El mundo me disloca, por eso necesito aportar mi granito de arena»

–Vuelve tres años después presentando su álbum Los días intactos, ¿también intacto?

–Intacto no queda nadie, ni nada al paso del tiempo, pero estoy bastante entero. Respecto a la música, tras muchos años de profesión no solo estoy intacto sino que mi pasión ha aumentado. En la música siempre vas descubriendo cosas nuevas de otros artistas, otros músico y en posibilidades tuyas. Además sigo disfrutando cada vez que salgo al escenario y me lo paso genial viendo a la gente contenta escuchando mis canciones.

–En este disco continúa con sus canciones intimistas, pero se aprecia un toque diferente…

–Así es, trae un poco más de rock and roll. Mis gustos musicales casi siempre han ido por otro lado a lo que yo he mostrado. Siempre me ha gustado la música más rockera, más dura, y yo he hecho discos más amables de pop, pop rock. Sin embargo en este disco de manera más natural me ha salido el lado más rockero con guitarras más afiladas, estridentes y dinámicas. Estoy contento porque significa que esta capacidad de ir mutando no ha decaído

–Y cuenta por primera vez con una colaboración, Ivette Nadal…

–Sí, es una cantante catalana. Escuché un par de discos suyos y al verla en directo le ofrecí cantar conmigo. No soy muy amigos de los duetos, pero siempre prefiero hacerlo con músicos que están empezando que con gente consagrada. No sé si será un empujón, si lo es yo encantado porque la gente joven tiene que tirar adelanta y trabajar muy duro.

–Al salir el álbum fue directamente disco de platino y ha estado muchas semanas número uno en ventas, ¿cómo lo hace?

–No se puede controlar que un disco guste, puedes forzar el márketing y hacer promociones y quizás habrá gente más despistada que lo compre, pero si no gusta no gusta. Yo tuve la suerte de que gustó y el boca a oreja hizo que se extendiese como una mancha de aceite. Es muy satisfactorio que tras dos años de trabajo esté gustando tanto.

–Además del disco también acaba de publicar el libro La rama más alta, ¿qué es?

–Son textos que me sobraban de las canciones, cosas que he ido escribiendo y que no me han gustado como canciones al componer los primeros acordes, pero que no me disgustaban como escritos y reflexiones y los he ido guardando a lo largo de los año.

–Y no solo maneja los acordes y la pluma, también el pincel y ahora expone sus obras en Madrid…

–También he querido juntarlo todo a la vez porque son las tres tareas que yo voy realizando siempre paralelamente. El arte es mi forma de vida y como artista me apetecía mostrarlo. Los cuadros son el producto de estos últimos años de mi vida y ahí reflejo mis inquietudes o anhelos. Soy un pintor onírico. Hago mundos de sueño quebrados y extraños que me salen solos, sin pensarlos, porque una de las cosas que más detesto es la rutina por eso siempre pinto cosas diferentes.

–El nombre de la exposición es Apuntes de campo de un escéptico participativo, ¿así se define?

–Sí, soy algo contradictorio en ese sentido. El mundo y sus aconteceres me dislocan, y por eso tengo la necesidad de aportar mi granito de arena de la manera más inocente y más necesaria para mí, compartiendo mis inquietudes. Es por eso que muestro mis escritos, dibujos y canciones, para conectar con las personas que tienen las mismas fobias que yo y así siento que no estoy solo, que somos muchos.

–¿Cuál es su reto ahora?

–Más allá de esto yo me centro en la música y no fallar en los concierto es el reto mayor. Si el disco esta gustando tengo que lograr que se materialice cada noche y que ese gusto por las canciones crezca todavía más al escucharlas en directo durante la gira.

–Aún así agota todas las entradas, como ha ocurrido en Zaragoza, ¿cómo se siente?

–No me confío, eso no debe hacerlo ningún artista. Yo me quedo con la sensación de que no puedo fallar, hay que hacerlo bien porque el público ha confiado mucho en mí.

— Y ¿cómo lo hará hoy y mañana en la sala Mozart?

–Llegaré junto a siete músicos con la pretensión de encandilar. Siempre le echamos muchas ganas y, aunque la gente pueda creer que como estamos de gira cada concierto es igual y se hace de una forma maquinal, no es cierto. Esta noche se verán a unos locos de la música cargados de energía. Lo mismo que ocurrirá el viernes. Intentamos que nadie note que la noche anterior estábamos en otro concierto. Cada concierto es único y lo hacemos como si fuese el primero y el último.

–¿Le gusta actuar en Zaragoza?

–Me encanta. Es un publico familiar ya que he estado muchas veces, en diferentes formatos y espacios. Conozco al publico y no solo al de Zaragoza, también al de Huesca y Teruel. Algunos ya son amigos personales y hoy será un reencuentro.

Fuente: El Periódico de Aragón – ENLACE