Manolo García, en otra realidad

El cantante ofreció un generoso concierto en Festival de Cap Roig que incluyó la aparición sorpresa de Toti Soler y un bis ‘in extremis’ con el clásico ‘Insurrección’, de El Último de la Fila

Si con sus discos Manolo García aspira a llevarnos en volandas a una realidad paralela, ese efecto se produce con aún mayor intensidad en sus conciertos, regidos por normas propias: en parámetros estéticos, en actitud envolvente y en minutaje. Hasta cerca de tres horas estiró el excantante El Último de la Fila su motivadísimo pase de este domingo en Cap Roig, coronado por algunas propinas imprevistas.

Concierto que Manolo comenzó orientando el foco a dos invitados, Ivette Nadal y Caïm Riba, que abordaron dos sugerentes canciones de su proyecto conjunto mientras él les acompañaba humildemente a la guitarra acústica. Su maquinaria arrancó luego con ‘El frío de la noche’, una canción que parece prima hermana de aquel ‘Saldremos a la lluvia’: invitación a la aventura, a vivir a la intemperie. Ya conocemos su imaginario: culto al humanismo, rebeldía ante las vidas pautadas del mundo industrializado, situándose, como cantaba en otros tiempos, ‘Lejos de las leyes de los hombres’.

Inmersión integral

Por ahí se movieron las diez canciones que ofreció de su reciente ‘Geometría del rayo’. Piezas que invitan a una inmersión integral un poco ajena a los cánones de la canción pop: estribillos difuminados, suaves ‘grooves’ que se te llevan, un flujo sonoro homogéneo tocado por las cenefas de violín de Olvido Lanza. Canciones que son como sensuales marejadas o como un cuadro impresionista: casi nada sobresale e incluso la voz de García es con frecuencia doblada por la de Mone Teruel.

Alternadas con canciones de discos anteriores, pasamos del matizado punto rockero latino de ‘Humo de abrojos’ a la delicada ‘Nunca es tarde’ y de ese ‘Ruedo, rodaré’ subido de moral, al que se sumó Carmen García, hermana del cantante, a la pieza más arrolladora, ‘Ardieron los fuegos’. Dando paso a un éxito pretérito, ‘A San Fernando, un ratito a pie y otro caminando’, dominador con su guitarra ‘funky’.

Manolo, volcado como siempre, cantando entre el público ‘Un giro teatral’, luciendo una voz que no ha perdido potencia ni cualidades y contagiando entusiasmo. Ovación de gala para Toti Soler, inesperado invitado, inyectando su guitarra de altos vuelos a ‘Me gustas’, apertura de una larga tanda de bises que, ya con el público en pie, condujo a ‘Prefiero el trapecio’, ‘Nunca el tiempo es perdido’ y ‘Pájaros de barro’. Una escena de desfase con ‘La bamba’ y una triunfal ‘Insurrección’ que Manolo cantó tocando la batería dejándonos clara su filosofía de vida: “estar contentos para que vosotros estéis contentos”.

Fuente: El Periódico – Jordi Bianciotto – Foto José Irún – ENLACE