En el escenario de la Plaza de Toros, la voz de Manolo García y a escasos metros, el artista con su caballete y un lienzo en blanco que se transformó minutos después en todo un acto de admiración al músico.

Ha sido uno de los «sueños» cumplidos para el pintor, Víctor Jerez. Este sábado se convertía en uno de los días más felices para el algecireño. Cara a cara con uno de los mitos de la música actual, Víctor Jerez ha vuelto a hacer magia con sus pinceles.

En el escenario de la Plaza de Toros, la voz de Manolo García y a escasos metros, el artista con su caballete y un lienzo que se transformó minutos después en todo un acto de admiración al músico.

Una noche febril con miles de almas en el coso taurino vibrando con las canciones del catalán que se los llevó en el bolsillo.

Tras el magnífico concierto, Manolo García recibía el obsequio del algecireño que narraba así el encuentro en facebook: Pintar a Manolo García en directo ha sido más que un sueño cumplido…Como le pude decir en persona, cuando comencé a dar mis primeros pasos pintando, él empezaba su carrera en solitario y me pasaba horas y horas escuchando sus discos. De alguna forma me acompañó en mis inicios y poder devolverle lo que me aportó significa muchísimo para mí».

«Gracias Manolo por tu amabilidad, cercanía y por tus palabras que tanto significan para mi. Por caprichos de la vida estoy teniendo la oportunidad de conocer y retratar a las personas que más admiro y siempre he admirado. No encuentro todavía la explicación pero algún día lo sabré».

Fuente: Diario Area – ENLACE

Delante de Manolo García uno sabe que está ante uno de los artistas más grandes de este país en las últimas décadas. Forma parte de ese elenco de autores cuya música es banda sonora de la vida de distintas generaciones. Verlo, además, compartir sus temas de toda la vida con una legión de seguidores y entregarse al escenario con esa misma energía desbordada de su juventud es algo que está al alcance de muy pocos.

Su música forma parte del relato vivencial de la gente. Y él lo sabe. Por eso comenzó su concierto este sábado en la plaza de toros de Las Palomas con una de sus canciones más míticas, Insurrección. Una entrada en el escenario que se tradujo automáticamente en un enfervorecido coro de gargantas entregadas y brazos en altos en la arena y la grada del coso algecireño.

Una fiesta colectiva que se mantuvo ya durante las más de dos horas y media que duró el concierto del cantante barcelonés. Siguió su primera parte del concierto recordando viejos éxitos como Lejos de las leyes de los hombres o Lápiz y tinta, a los que siguió otros nuevos de su último trabajo ‘Mi vida en marte’.

Sobre el escenario, un auténtico fuera de serie. Un pura raza que no paró de bailar, saltar y moverse por toda la plaza, con momentazos que regaló el público, bajándose del escenario y compartiendo su voz, su música y su energía con la gente a pie de plaza. A sus 67 años, no parece que el ritmo de este monstruo de los directos haya bajado lo más mínimo, como tampoco parece dejar ninguna huella en el timbre limpio e inconfundible de su voz, intacto e idéntico al de décadas atrás.

Cantó su exitoso Pájaros de barro subido a un extremo de la barra, junto al público, y siguió recordando viejos temas como Llanto de pasión, Nunca el tiempo es perdido, Sara, Aviones plateados, El que canta su mal espanta, No estés triste o Prefiero el trapecio.

Entre tema y tema, Manolo García tuvo varios momentos de reflexión y de diálogo cómplice con el público. Quiso transmitir su emoción al contar cómo había firmado sobre el mismo autógrafo que hizo 35 años atrás a una pareja en un concierto de Algeciras. Y dejó mensajes, como la petición a la gente joven de un mayor compromiso contra el cambio climático; o la reivindicación de la música como razón de ser frente a un mundo de «malas noticias, catástrofes, miedo y más miedo. A la mierda».

Fuente: Hora Sur – ENLACE

Manolo García ha regresado este sábado a Algeciras con un lleno a reventar para presentar sus nuevos discos, Mi vida en Marte y Desatinos desplumados, los cuales no había podido cantar en directo a causa de los dos años de parón por la pandemia.

El entregado público de Las Palomas ha podido corear canciones compuestas recientemente como Diez mil veranos, Quisiera escapar, Dibujar en mi piel, Laberinto de sueños o Sirena, además de otros clásicos del repertorio del veterano musico catalán. 

El espectáculo, de más de dos horas de duración, ha arrancado alrededor de las diez de la noche con los acordes de Insurrección, uno de sus mayores éxitos cuando todavía lideraba El último de la fila. «En cada gira siempre hacemos un repaso a temas anteriores porque no reniego de ninguna canción, son mi pequeño patrimonio emocional«, confesaba esta semana Manolo García en una entrevista concedida a Europa Sur. 

La guinda lo puso, como es costumbre, el himno Pájaros de barro. 

Fuente: EuropaSur – Fotos Andrés Carrasco – ENLACE