Monthly Archives: febrero 2017

Explosió de solidaritat / Explosión de solidaridad

15.000 persones es mobilitzen al concert ‘Volem acollir’, al Sant Jordi, en favor de l’acollida de migrants i refugiats

Una pacífica explosió de solidaritat va sacsejar el Sant Jordi barceloní la nit d’aquest dissabte. Al crit de «Casa nostra, casa Vostra» i de «Volem acullir», l’acte per les persones refugiades va trencar les fronteres del típic concert solidari per esdevenir una efectiva barreja de música alegre, sentiments i durs discursos (sovint en primera persona) i proclames contra una situació inaguantable que cap dels que podria fer-ho sembla disposat a canviar. Gemma Nierga ho va resumir en un dels seus parlaments dirigint-se al públic: «Estem parlant de coses molt tristes però tots teniu un somriure d’esperança». Sens dubte la paraula esperança li va guanyar el pols a tota la duresa de les situacions exposades i denunciades.

El Sant Jordi es va omplir oferint les seves millors gales per a l’ocasió, les quinze mil entrades (entre els 15 i els 60 euros) s’havien esgotat amb setmanes d’anticipació i a l’ambient es barrejava l’eufòria amb una certa ràbia gens continguda davant la impassibilitat internacional. Jordi Évole va carregar contra la llotja d’autoritats que «no fan res amagats rere l’excusa de les competències quan simplement es tracta d’incompetència». El mateix Évole es va alegrar de veure els quinze mil assistents lluitant per les persones refugiades i migrants: «Això ha de ser, com a mínim, inconstitucional», va afirmar.

El concert estava previst per a les 22 hores però, com coneguts són els embussos previs a qualsevol esdeveniment a la muntanya de Montjuïc, el públic va decidir avançar-se i mitja hora abans al Sant Jordi ja estava pràcticament ple.Sorpresa, preveient-lo (o simplement per casualitat), la Barcelona Gypsy Balcan Orchestra va ocupar a aquesta hora l’escenari animant l’espera amb un ventall de ritmes tremendament contagiosos que van anar dels balls gitanos a les cançons de la guerra espanyola.

Un aperitiu agradable que va desembocar a l’hora anunciada en punt en una performance de la Fura dels Baus (amb tocs de Pink Floyd) evocant camps de refugiats, bombardejos indiscriminats sobre hospitals i migracions massives. El camí de la vetllada estava ja traçat però el públic encara es mostrava fred i distant. Va ser l’anunci de Manolo García amb Lluís Llach el que va despertar el personal del seu sopor. Amb l’ambient ja caldejat pels Pájaros de barro de Garcia, acompanyat amb palmes per tots els presents, va iniciar un ascens que ja no s’aturaria en tota la vetllada.

Paco Ibáñez, acompanyat per Marina Rossell, va evocar Alberti i va enterrar al mar «tots els criminals que han provocat aquesta situació». Macaco va posar el Sant Jordi de peu i ho va fer botar Con la mano levantà «perquè els nostres polítics s’assabentin i facin els canvis que es necessiten per solucionar aquesta situació».

Les primeres llumetes agitant acompassadament (ara són pantalles de mòbil en lloc de les clàssiques espelmes i encenedors) van aparèixer quan un cor català i un altre africà van entonar Que tinguem sort també de Llach.

Es va parlar de racisme, de sexisme, de refugiats, de mort a la Mediterrània, de Síria, de tragèdies humanitàries… entre rock, flamenc, cançó i gospel. Amb mitja hora de retard sobre l’horari previst, just a la mitjanit, es va arribar al punt àlgid, musicalment parlant, de la vetllada quan l’escenari es va inundar de veus conegudes per secundar Joan Manuel Serrat cantant Mediterráneo. Ismael Serrano, Antonio Orozco, Manolo García, Marina Rossell i Sílvia Comes, entre d’altres, van secundar el mestre que es va felicitar per veure «tants implicats en una causa tan humana com és la justícia», perquè acollir els refugiats no és altra cosa que un acte de pura justícia. Serrat va demanar que «aquesta implicació no acabés amb el concert i seguís viva després» mentre els castellers aixecaven quatre pilars i el públic en peu corejava Volem acollir.

Fuente: El País – Miquel Jurado – ENLACE – Foto Anna Achón

Explosión de solidaridad

15.000 personas se movilizan al concierto ‘Queremos acoger’, en el Sant Jordi, en favor de la acogida de migrantes y refugiados

Una pacífica explosión de solidaridad sacudió el Sant Jordi barcelonés la noche de este sábado. Al grito de «Nuestra casa, casa Vuestra» y de «Queremos acoger», el acto por las personas refugiadas rompió las fronteras del típico concierto solidario para convertirse en una efectiva mezcla de música alegre, sentimientos y duros discursos (a menudo en primera persona ) y proclamas contra una situación inaguantable que ninguno de los que podría hacerlo parece dispuesto a cambiar. Gemma Nierga lo resumió en uno de sus parlamentos dirigiéndose al público: «Estamos hablando de cosas muy tristes pero todos tienen una sonrisa de esperanza». Sin duda la palabra esperanza le ganó el pulso a toda la dureza de las situaciones expuestas y denunciadas.

El Sant Jordi se llenó ofreciendo sus mejores galas para la ocasión, las quince mil entradas (entre los 15 y los 60 euros) se habían agotado con semanas de anticipación y al ambiente se mezclaba la euforia con una cierta rabia nada contenida ante la impasibilidad internacional. Jordi Évole cargó contra el palco de autoridades que «no hacen nada escondidos tras la excusa de las competencias cuando simplemente se trata de incompetencia». El mismo Évole se alegró de ver los quince mil asistentes luchando por las personas refugiadas y migrantes: «Esto debe ser, como mínimo, inconstitucional», afirmó.

El concierto estaba previsto para las 22 horas pero, como conocidos son los atascos previos a cualquier evento en la montaña de Montjuïc, el público decidió adelantarse y media hora antes en el Sant Jordi ya estaba prácticamente lleno.

Sorpresa, previéndose el (o simplemente por casualidad), la Barcelona Gypsy Balcan Orchestra ocupó a esta hora el escenario animando la espera con un abanico de ritmos tremendamente contagiosos que fueron los bailes gitanos en las canciones de la guerra española.

Un aperitivo agradable que desembocó a la hora anunciada en punto en una performance de la Fura (con toques de Pink Floyd) evocando campos de refugiados, bombardeos indiscriminados sobre hospitales y migraciones masivas. El camino de la velada estaba ya trazado pero el público todavía se mostraba frío y distante. Fue el anuncio de Manolo García con Lluís Llach lo que despertó el personal de su sopor. Con el ambiente ya caldeado por los Pájaros de barro de García, acompañado con palmas por todos los presentes, inició un ascenso que ya no se detendría en toda la velada.

Paco Ibáñez, acompañado por Marina Rossell, evocó Alberti y enterró en el mar «todos los criminales que han provocado esta situación». Macaco puso el Sant Jordi de pie y lo hizo saltar Con la mano levantá «para que nuestros políticos se enteren y hagan los cambios que se necesitan para solucionar esta situación».

Las primeras luces agitando acompasadamente (ahora son pantallas de móvil en lugar de las clásicas velas y encendedores) aparecieron cuando un corazón catalán y otro africano entonaron Que tengamos suerte también de Llach.

Se habló de racismo, de sexismo, de refugiados, de muerte en el Mediterráneo, de Siria, de tragedias humanitarias … entre rock, flamenco, canción y gospel. Con media hora de retraso sobre el horario previsto, justo a la medianoche, se llegó al punto álgido, musicalmente hablando, de la velada cuando el escenario se inundó de voces conocidas para secundar Serrat cantando Mediterráneo . Ismael Serrano, Antonio Orozco, Manolo García, Marina Rossell y Sílvia Comes, entre otros, secundaron el maestro que se felicitó por ver «tantos implicados en una causa tan humana como es la justicia», porque acoger los refugiados no es otra cosa que un acto de pura justicia. Serrat pidió que «esta implicación no acabara con el concierto y siguiera viva después» mientras los castellers levantaban cuatro pilares y el público en pie coreaba Queremos acoger .

«Pájaros de Barro» Manolo García

Manolo García en el Concierto por los Refugiados: Pájaros de Barro. #VolemAcollir

La banda la forman:

Xavi Lloses Huguet– piano
David Soler – guitarra
Pau Figueres Music – guitarra española
Edurne Arizu – acordeón
Dick Them Hartmann – bajo
Arnau Figueres – batería

Manolo García: «BASTA DE OPIO PARA EL PUEBLO»

COMPROMISO EN EL PALAU SANT JORDI

«Lo raro es que no se hubiera hecho antes»

Los artistas que tomarán parte en el concierto por los refugiados hablan de su implicación en la campaña y expresan su posición sobre la crisis humanitaria

Una cincuentena de artistas intervendrán este sábado en el Palau Sant Jordi en el ‘Gran concert per a les persones refugiades’, enmarcado en la campaña ‘Casa nostra, casa vostra’ y bajo dirección de Carlus Padrissa y La Fura dels Baus. Hablamos con algunos de los protagonistas del programa.

MANOLO GARCÍA: «BASTA DE OPIO PARA EL PUEBLO»

Para Manolo García, esta iniciativa clamaba al cielo. «Lo raro es que algo así no se hubiera hecho antes», declara. «Todo el mundo en su casa se escandaliza con la imagen del niño muerto en brazos del guardacostas pero luego no pasa nada, porque parece que eso ocurra en la ficción, en la tele», añade el cantante de Poble Nou.

En el Sant Jordi interpretará dos piezas. Una, ‘Venim del nord, venim del sud’, a dúo con su autor, Lluís Llach, con quien nunca ha compartido escenario. «Es una canción que abre los brazos a la gente de otros lugares, y no a los turistas para que dejen dinero en la ciudad, sino a personas que vienen con necesidad de todo: de comida, cobijo, educación… Tiene un texto muy claro y didáctico, y será un honor y un placer cantarla con Lluís», explica. La otra, una composición propia, ‘Pájaros de barro’, que, según apunta, entronca con una anterior, ‘Mar antiguo’, de El Último de la Fila. «Representa una búsqueda de libertad: esas playas a las que nos lleva la vida y que esperamos que sean de promisión y no de tristeza ni de penuria». También cantará «una frasecita» en la adaptación colectiva de ‘Mediterráneo’, de Serrat, «una canción magistral».

En las últimas décadas, opina, «la música ha tomado un papel lúdico, se nos propone que seamos insensibles y que estemos contentos con nuestros móviles y nuestra internet, y no es eso: basta de opio para el pueblo, hay que atender las necesidades básicas de millones de personas necesitadas».


GERARD QUINTANA: «LA HISTORIA NOS JUZGARÁ»

Sopa de Cabra interpretará ‘Camins’, composición de la época en que la banda se disolvió, 15 años atrás. «Es una canción sobre finales y comienzos, sobre el momento en que tienes que reconstruirte», explica el autor de la letra, Gerard Quintana. Su encaje en la causa de los refugiados es «adecuada» porque se trata de «gente cuyo día a día y estabilidad han saltado por los airesy tienen que construir nuevas vías». La lástima, añade, «es que se les cierren todas las puertas».

Iniciativas como este concierto son «útiles», considera, y consecuentes con la idea de que la música «es una herramienta para unir a la gente en torno a una causa y hacer presión no ya en la sociedad sino en los gobernantes». Quintana apela a la conciencia de vivir un momento trascendente. «A veces nos permitimos juzgar otros períodos de la historia cuando nosotros ahora estamos dando el peor ejemplo. Esta crisis mediterránea está ocurriendo ahora, afecta a muchísima gente y no somos conscientes de que la historia nos juzgará», razona.

La tragedia de los refugiados de Siria le hace pensar, dice, en la cuestión saharaui, que conoció ‘in situ’ cuando, en el 2005, fue a cantar al campamento de Tindouf (Argelia), «para gente que lleva muchos años viviendo en situaciones extremas». También le recuerda «cuando Aznar nos metió en la guerra y salimos millones de personas a decir ‘no'». Y hace un llamamiento «para que después de la manifestación del 18 de febrero haya una respuesta consecuente».


SISA: «‘QUALSEVOL NIT’ PERTENECE A TODOS»

La aparición de Sisa será un hecho excepcional, dado que hace más de un año que el cantautor no pisa un escenario y que no planea ofrecer recitales para presentar su reciente ‘Malalts del cel’ (mejor disco español del 2016 para este diario). La canción que le traerá al Sant Jordi es su clásico ‘Qualsevol nit pot sortir el sol’, de cuya letra sale el lema de la campaña ‘Casa nostra, casa vostra’. Pero Sisa quita importancia a su participación en el concierto. «Solo cantaré un par de versos, acompañado de mucha gente», relativiza.

En ‘Qualsevol nit pot sortir al sol’ hay una invitación a la fantasía, a través de su enumeración de personajes míticos o de ficción (el único real es La Monyos), pero también un mensaje, «casa meva és casa vostra / si és que hi ha cases d’algú», interpretable en clave ácrata o anticapitalista. «Es una canción de puertas abiertas y que se adapta a todo: refugiados, ‘okupas’, desahuciados, anarquistas, antisistema… La han utilizado en funerales, bautizos, bodas, cumpleaños y la cantan en las escuelas», enumera. Hasta tal punto que dice desentenderse del destino de la pieza. «Pertenece a todo el mundo y yo solo soy uno más. En el Sant Jordi podrían cantarla todos sin mí, aunque me siento honrado y agradecido por tomar parte en el concierto».

Le acompañará una quincena de voces que representan la franja más joven del concierto, con exponentes como Andrea Motis, Clara Peya o Sara Pi, y arropado por un grupo encabezado por Manu Guix.


MARINA ROSSELL: «ESTA CRISIS MARCARÁ EL SIGLO»

El primer bloque del concierto ofrece un encuentro de Marina Rossell con Paco Ibáñez, que comenzará con una pieza de la cantautora del Penedès, ‘Quanta guerra!’, grabada con la colaboración del trovador en su último disco, ‘Cançons de la resistència’ (2015), junto a otras composiciones inspiradas en conflictos bélicos del siglo XX. La compuso «influida por las imágenes de refugiados que veíamos por televisión aquel verano», recuerda. El estribillo alude con dramático fatalismo al «destí dels febles / maleït destí», a circunstancias ante las cuales «en Europa no podemos ser indiferentes».

Luego acompañará a Paco Ibáñez en su incansable ‘A galopar’, sobre el texto de Rafael Alberti, una canción que parece cobrar nuevos significados a golpe de crisis humanitaria y de calamidad política. «La conocí cuando tenía 14 años y fue un descubrimiento fundamental», revela Rossell, que recuerda la condición de refugiado del propio Ibáñez, exiliado en Francia y cuyo padre estuvo confinado en el campo de Argelers.

La cantautora se puso desde el primer momento a disposición de los organizadores del concierto porque ve esta cuestión como «uno de los temas más importantes de este siglo y que marcará el futuro». Considera que «este problema no ha hecho más que empezar» y que «hay que ensuciarse las manos» porque «el ciclo maldito está volviendo». Por otra parte, advierte de que «Europa está envejeciendo y necesita a los refugiados».


ROGER MAS: «HAY QUE SEGUIR PRESIONANDO»

Roger Mas intervendrá de un modo muy original: no interpretará ninguna de sus canciones sino que cantará el fragmento vocal de la obertura de ‘La creación’, de Haydn, que abrirá el concierto. Su voz de barítono contrastará con la de soprano de Núria Graham, que «cantará colgada de una grúa», informa, acompañando ambos la actuación de La Fura dels Baus. La obertura del oratorio de Haydn representa «el caos y la tiniebla», asociados aquí al dramatismo derivado de la huida de un país en llamas.

Se trata de una composición de un registro apartado del imaginario sonoro de Mas y que incluye «disonancias que hacen pensar en las que años después crearía Schönberg». El cantautor de Solsona manifestó dudas al principio sobre la conveniencia de abordar una pieza como esta. «Pero a Carlus Padrissa se le metió entre ceja y ceja que debía cantarla yo y me convenció». El propósito de esta actuación es expresar el horror de la guerra a través de la oscuridad de la partitura.

La crisis del Mediterráno ha hecho mella en el ánimo de Roger Mas. «Estás habituado a ver imágenes de guerra en la televisión, pero ver a una familia entera huyendo y carreteando a una abuela con penas y trabajos te impacta», razona. Y espera que, a través de iniciativas como este concierto, se siga tomando conciencia del problema aunque a veces parezca que deja de ser noticia. «Hay que seguir poniendo el foco en el Mediterráneo y presionando para que se tomen medidas concretas».

Fuente: Jordi Bianciotto – El Periódico – ENLACE