Manolo García: «BASTA DE OPIO PARA EL PUEBLO»

COMPROMISO EN EL PALAU SANT JORDI

«Lo raro es que no se hubiera hecho antes»

Los artistas que tomarán parte en el concierto por los refugiados hablan de su implicación en la campaña y expresan su posición sobre la crisis humanitaria

Una cincuentena de artistas intervendrán este sábado en el Palau Sant Jordi en el ‘Gran concert per a les persones refugiades’, enmarcado en la campaña ‘Casa nostra, casa vostra’ y bajo dirección de Carlus Padrissa y La Fura dels Baus. Hablamos con algunos de los protagonistas del programa.

MANOLO GARCÍA: «BASTA DE OPIO PARA EL PUEBLO»

Para Manolo García, esta iniciativa clamaba al cielo. «Lo raro es que algo así no se hubiera hecho antes», declara. «Todo el mundo en su casa se escandaliza con la imagen del niño muerto en brazos del guardacostas pero luego no pasa nada, porque parece que eso ocurra en la ficción, en la tele», añade el cantante de Poble Nou.

En el Sant Jordi interpretará dos piezas. Una, ‘Venim del nord, venim del sud’, a dúo con su autor, Lluís Llach, con quien nunca ha compartido escenario. «Es una canción que abre los brazos a la gente de otros lugares, y no a los turistas para que dejen dinero en la ciudad, sino a personas que vienen con necesidad de todo: de comida, cobijo, educación… Tiene un texto muy claro y didáctico, y será un honor y un placer cantarla con Lluís», explica. La otra, una composición propia, ‘Pájaros de barro’, que, según apunta, entronca con una anterior, ‘Mar antiguo’, de El Último de la Fila. «Representa una búsqueda de libertad: esas playas a las que nos lleva la vida y que esperamos que sean de promisión y no de tristeza ni de penuria». También cantará «una frasecita» en la adaptación colectiva de ‘Mediterráneo’, de Serrat, «una canción magistral».

En las últimas décadas, opina, «la música ha tomado un papel lúdico, se nos propone que seamos insensibles y que estemos contentos con nuestros móviles y nuestra internet, y no es eso: basta de opio para el pueblo, hay que atender las necesidades básicas de millones de personas necesitadas».


GERARD QUINTANA: «LA HISTORIA NOS JUZGARÁ»

Sopa de Cabra interpretará ‘Camins’, composición de la época en que la banda se disolvió, 15 años atrás. «Es una canción sobre finales y comienzos, sobre el momento en que tienes que reconstruirte», explica el autor de la letra, Gerard Quintana. Su encaje en la causa de los refugiados es «adecuada» porque se trata de «gente cuyo día a día y estabilidad han saltado por los airesy tienen que construir nuevas vías». La lástima, añade, «es que se les cierren todas las puertas».

Iniciativas como este concierto son «útiles», considera, y consecuentes con la idea de que la música «es una herramienta para unir a la gente en torno a una causa y hacer presión no ya en la sociedad sino en los gobernantes». Quintana apela a la conciencia de vivir un momento trascendente. «A veces nos permitimos juzgar otros períodos de la historia cuando nosotros ahora estamos dando el peor ejemplo. Esta crisis mediterránea está ocurriendo ahora, afecta a muchísima gente y no somos conscientes de que la historia nos juzgará», razona.

La tragedia de los refugiados de Siria le hace pensar, dice, en la cuestión saharaui, que conoció ‘in situ’ cuando, en el 2005, fue a cantar al campamento de Tindouf (Argelia), «para gente que lleva muchos años viviendo en situaciones extremas». También le recuerda «cuando Aznar nos metió en la guerra y salimos millones de personas a decir ‘no'». Y hace un llamamiento «para que después de la manifestación del 18 de febrero haya una respuesta consecuente».


SISA: «‘QUALSEVOL NIT’ PERTENECE A TODOS»

La aparición de Sisa será un hecho excepcional, dado que hace más de un año que el cantautor no pisa un escenario y que no planea ofrecer recitales para presentar su reciente ‘Malalts del cel’ (mejor disco español del 2016 para este diario). La canción que le traerá al Sant Jordi es su clásico ‘Qualsevol nit pot sortir el sol’, de cuya letra sale el lema de la campaña ‘Casa nostra, casa vostra’. Pero Sisa quita importancia a su participación en el concierto. «Solo cantaré un par de versos, acompañado de mucha gente», relativiza.

En ‘Qualsevol nit pot sortir al sol’ hay una invitación a la fantasía, a través de su enumeración de personajes míticos o de ficción (el único real es La Monyos), pero también un mensaje, «casa meva és casa vostra / si és que hi ha cases d’algú», interpretable en clave ácrata o anticapitalista. «Es una canción de puertas abiertas y que se adapta a todo: refugiados, ‘okupas’, desahuciados, anarquistas, antisistema… La han utilizado en funerales, bautizos, bodas, cumpleaños y la cantan en las escuelas», enumera. Hasta tal punto que dice desentenderse del destino de la pieza. «Pertenece a todo el mundo y yo solo soy uno más. En el Sant Jordi podrían cantarla todos sin mí, aunque me siento honrado y agradecido por tomar parte en el concierto».

Le acompañará una quincena de voces que representan la franja más joven del concierto, con exponentes como Andrea Motis, Clara Peya o Sara Pi, y arropado por un grupo encabezado por Manu Guix.


MARINA ROSSELL: «ESTA CRISIS MARCARÁ EL SIGLO»

El primer bloque del concierto ofrece un encuentro de Marina Rossell con Paco Ibáñez, que comenzará con una pieza de la cantautora del Penedès, ‘Quanta guerra!’, grabada con la colaboración del trovador en su último disco, ‘Cançons de la resistència’ (2015), junto a otras composiciones inspiradas en conflictos bélicos del siglo XX. La compuso «influida por las imágenes de refugiados que veíamos por televisión aquel verano», recuerda. El estribillo alude con dramático fatalismo al «destí dels febles / maleït destí», a circunstancias ante las cuales «en Europa no podemos ser indiferentes».

Luego acompañará a Paco Ibáñez en su incansable ‘A galopar’, sobre el texto de Rafael Alberti, una canción que parece cobrar nuevos significados a golpe de crisis humanitaria y de calamidad política. «La conocí cuando tenía 14 años y fue un descubrimiento fundamental», revela Rossell, que recuerda la condición de refugiado del propio Ibáñez, exiliado en Francia y cuyo padre estuvo confinado en el campo de Argelers.

La cantautora se puso desde el primer momento a disposición de los organizadores del concierto porque ve esta cuestión como «uno de los temas más importantes de este siglo y que marcará el futuro». Considera que «este problema no ha hecho más que empezar» y que «hay que ensuciarse las manos» porque «el ciclo maldito está volviendo». Por otra parte, advierte de que «Europa está envejeciendo y necesita a los refugiados».


ROGER MAS: «HAY QUE SEGUIR PRESIONANDO»

Roger Mas intervendrá de un modo muy original: no interpretará ninguna de sus canciones sino que cantará el fragmento vocal de la obertura de ‘La creación’, de Haydn, que abrirá el concierto. Su voz de barítono contrastará con la de soprano de Núria Graham, que «cantará colgada de una grúa», informa, acompañando ambos la actuación de La Fura dels Baus. La obertura del oratorio de Haydn representa «el caos y la tiniebla», asociados aquí al dramatismo derivado de la huida de un país en llamas.

Se trata de una composición de un registro apartado del imaginario sonoro de Mas y que incluye «disonancias que hacen pensar en las que años después crearía Schönberg». El cantautor de Solsona manifestó dudas al principio sobre la conveniencia de abordar una pieza como esta. «Pero a Carlus Padrissa se le metió entre ceja y ceja que debía cantarla yo y me convenció». El propósito de esta actuación es expresar el horror de la guerra a través de la oscuridad de la partitura.

La crisis del Mediterráno ha hecho mella en el ánimo de Roger Mas. «Estás habituado a ver imágenes de guerra en la televisión, pero ver a una familia entera huyendo y carreteando a una abuela con penas y trabajos te impacta», razona. Y espera que, a través de iniciativas como este concierto, se siga tomando conciencia del problema aunque a veces parezca que deja de ser noticia. «Hay que seguir poniendo el foco en el Mediterráneo y presionando para que se tomen medidas concretas».

Fuente: Jordi Bianciotto – El Periódico – ENLACE