Monthly Archives: octubre 2012

MG: Lleno absoluto para Manolo García en la cubierta de Arroyo de la Encomienda

Más de 4.000 personas han podido disfrutar en vivo y en directo con el regreso a los escenarios de Manolo García, que ha presentado su quinto álbum en solitario, “Los días intactos”, en la plaza cubierta de Arroyo de la Encomienda. Durante casi tres horas el que fuera voz de El último de la fila ha hecho que público y escenario se rindan a su pies con un espectáculo lleno de energía y sentimiento.

Fuente: Arroyo al día – ENLACE

MG: Piden 1.000 euros por hacerse con un trocito del pasado de Manolo García

“Por aquello de llevarse unas pesetas, grabó la batería e hizo coros en muchas de aquellas cintas de covers (versionando a Pecos, Enrique y Ana, Abba, Miguel Bosé, boleros, hasta el infausto ‘El baile de los bajaritos’…), en algunas, incluso, ejerció de vocalista principal”

Hacerte con una cinta de casete de Manolo García versionando a Tequila, la Orquesta Mondragón, Asfalto o Coz, tiene precio: mil euros. Eso piden por aproximarse a la faceta más desconocida de García: la de intérprete de covers para cintas de carretera.

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Mil euros. Mil pavos. Mil euracos. Ciento sesenta y seis mil trescientas ochenta y seis pesetas, si sigues pensando en esa moneda. Eso es lo que pide un vendedor (aquí y aquí) por “Viva el tequila”, una cinta de casete de 1980 que imita la portada del elepé “Viva! Tequila!”, de Tequila, y que lleva el subtítulo “Rock. Colócate con tequila” (¡tal cual!). Los intérpretes son un grupo llamado Revólver (nada que ver con el de Carlos Goñi) tras el que se escondía, ni más ni menos, el mismísimo Manolo García a sus veinticinco años.
Hagamos un poco de historia: en 1979 y 1980 Manolo García ya estaba integrado en los Rápidos, grupo que había surgido como banda de acompañamiento de Sergio Makaroff: eran su grupo de directo y con él grabaron su primer elepé, “Tengo una idea”. Pero, por entonces, como ahora, sobrevivir de la música no era cosa sencilla, así que García compaginaba su actividad junto a los Rápidos con el diseño de portadas de casete para el sello barcelonés Seven, especializado en cintas de “covers”, de esas cutres de gasolinera en las que oscuros grupos españoles interpretaban éxitos de artistas conocidos, nacionales o internacionales. En ellas, en grande figuraba el nombre del artista original (o uno que lo recordara) y en pequeño el del intérprete real (por lo general, el de un grupo fantasma: músicos de sesión o de orquesta especializados en tales menesteres). Por unas doscientas o trescientas pesetas, te hacías con una cinta que escuchar en el coche, y que luego descubrieras el engaño o te pasaras el resto de la vida pensando que tenías una cinta original de los Rolling Stones o de Antonio Machín dependía de lo despierto que fueras. Por increíble que parezca, este infranegocio discográfico gozó de excelente salud durante bastantes años: de mediados de los setenta hasta finales de los ochenta, cuando las casetes comenzaron su declive comercial.

Manolo García, en Seven, más allá de diseñar carátulas (se asegura que realizó más de cuatrocientas), se arremangó y, suponemos que por aquello de llevarse unas pesetas a casa (puro trabajo alimenticio), grabó la batería e hizo coros en muchas de aquellas cintas de covers (versionando a Pecos, Enrique y Ana, Abba, Miguel Bosé, boleros, hasta el infausto ‘El baile de los bajaritos’ cayó…), en algunas, incluso, ejerció de vocalista principal. Como en la de “Viva el tequila” (en la que aparece fotografiado en la portada), cantando éxitos del momento del rock español: canciones de Tequila (‘Dime que me quieres’, ‘Rock and roll en la plaza del pueblo’, ‘Me vuelvo loco’), Asfalto (‘Señor Violento’), Coz (‘Más sexy’), Orquesta Mondragón (‘Ponte la peluca’), Moris (su versión de ‘Zapatos de gamuza azul’), Sissi (la versión de ‘Ya soy un hombre’) y, mire usted qué hábil, coló tomas primitivas de dos canciones propias, ‘Salir de aquí’ y ‘Tócame’, que luego grabaría con los Rápidos en su primer y único elepé (“Rápidos”, 1981). Los nombres de los grupos con los que Manolo grababa estas cintas eran completamente ficticios: Revólver, Perfil, Paco y José, Free Love… En estas cintas, el vocalista, por lo habitual, intentaba imitar la voz del cantante original y en el vídeo de más abajo no hay que perderse a Manolo García impostando a lo Javier Gurruchaga en ‘Ponte la peluca’.

También es conocida entre los más acérrimos seguidores de Manolo García la casete “Triana rock andaluz”, en la que grabó temas del grupo Triana ejerciendo de batería y cantante. Un trabajo interesante pues en él se pueden rastrear sus primeras aproximaciones a ese modo de cantar con ecos del sur que años después desarrolló en El Última de la Fila y en su carrera en solitario. Esta cinta, digitalizada, no es difícil de localizar en descarga en internet (si la buscan, la encontrarán): en ella, de forma excepcional, figuran los nombres de sus intérpretes: Rafael Aragón (bajo, guitarras), José Luis Herrera (piano, órgano, sintetizador y violines) y Manuel [sic] García (batería y voz). La ilustración de la portada, muy probablemente, es obra del propio Manolo.

Las grabaciones de este periodo, muy difíciles de localizar, son toda una curiosidad de los primeros pasos profesionales de Manolo García, de ahí el elevado precio que se pide por “Viva el tequila”, a todas luces exagerado (una barbaridad, en realidad). El propio García, recurriendo a ese sentido del humor del que hacía gala en sus primeros tiempos, debería de recuperar en cedé todos estos “covers”, incluyendo, ¡por favor!, los diseños de las cintas de casete que realizó. Sería todo un placer.

Coleccionistas de la obra de García, han compartido en Youtube algunos de estos temas, que aquí dejamos, para deleite de curiosos. En el enlace de la fuente…

Fuente: Efe Eme – Juan Puchades – ENLACE

MG: El pulso de un rockero

Mas de 4.000 personas corearon los grandes temas de un Manolo García que rebosó energía sobre el escenario de la plaza de toros de La Flecha.

Pasaba un cuarto de hora de las once de la noche. La jornada tocaba a su fin, ya muy usada para asegurar que el de ayer había sido «un día intacto», uno de esos que se presentan «vírgenes, cuando todavía no te ha agredido la realidad». Pero allí estaba él para lanzar el antídoto contra la porra del desasosiego, si es que a alguna de las más de 4.000 almas que esperaban a Manolo García en la plaza cubierta de La Flecha (Arroyo de la Encomienda) les quedaba algo de eso y no era todo pura impaciencia por abrazar las notas de toda una vida. Impaciencia que se materializaba minutos antes de que comenzara el concierto con vítores, palmas, silbidos y… un río de sillas blancas que la gente retiraba para acercarse más al escenario. «¡Jo, cómo sois los de Valladolid!», exclamó el artista nada más salir. El formato teatro que ha dado forma a esta gira del catalán se quedó pequeño en Valladolid. «Gracias por este entusiasmo, por esta alegría y porque estáis aquí», lanzó García como bienvenida.

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Va para un año que el de Poblenou lleva exprimiendo en directos su último disco, ‘Los días intactos’, que anoche presentó generosamente en Arroyo con numerosos temas de este trabajo discográfico, pero también, como no podía ser de otro modo y todos esperaban, viajando a su época como media naranja de Quimi Portet. Para delirio de su público, que viene demostrando su incondicionalidad agotando las entradas de la mayoría de los conciertos, el catalán hizo resurgir el espíritu de Los burros y, por supuesto, el de El ultimo de la Fila. ‘Disneylandia’ (a solas con el teclista Nacho Lesko), ‘Aviones plateados’ (primera apoteosis), ‘Los ángeles no tienen hélices’. «Esto demuestra que las canciones antiguas no deben traer nostalgia, traen alegría», recordó el intérprete.

Después, ya con el público conquistado fueron sonando ‘Alma de papel’ y ‘Malva’. Momento intensamente celebrado y bailado la dedicatoria en ‘Para que no se duerman mis sentidos’ a la iniciativa de los hosteleros de la calle Francisco Suárez de Valladolid que recogerán alimentos a cambio de cerveza. «Políticos y banqueros deberían saber también que la gente tiene que comer», reivindicó el barcelonés, siempre comprometido con causas sociales y ecologistas como la que contuvo la canción ‘Sabrás que andar es un sencillo vaivén’. Manos arriba y ovaciones casi en cada tema.

A partir de ‘Todos amamos desesperadamente’, el guitarreo alcanzaba altas cotas. Un espectáculo ya rodado, pero largo, trabajado y compacto, en parte gracias a una banda muy potente y una escenografía de mucha plasticidad. Las coloridas cortinas del principio dieron paso a lo largo del concierto a farolas íntimas, árboles escuálidos, juegos de luces sugerentes, formas de colores intensos o la sombra de la bailarina Marta Fernández tras los músicos. Desde abajo, incansables coros al veterano artista, porque si algo tiene Manolo García es que vierte un pequeño manifiesto personal en cada canción. Historias amarradas a la música, ya sea a quejidos ‘medioaflamencados’ (‘La sombra de una palmera’), sonidos melódicos, alardes electrónicos o arranques bien rockeros.

Sin alharacas mediáticas, van tres décadas, 14 años y cinco álbumes en solitario, obsequiando composiciones. Manolo compositor, lector, escritor. Manolo pintor, ermitaño, explorador. El de anoche, el Manolo rockero entregado, le echó un pulso de seducción a su público en Pucela. Y no quedó del todo claro quién venció. Manolo, incombustible.

Fuente: El Norte de Castilla – ENLACE

MG: Manolo García, el regreso de un músico de récord

El cantante catalán, que alteró las fechas de los conciertos por problemas de salud, actúa en el Auditorio el 20 de este mes.

«Los días intactos» no lo fueron tanto y removieron la gira de Manolo García debido a una operación de apendicitis que interrumpió sus conciertos. Uno de los aplazados fue el de Oviedo, que recupera el 20 de este mes en el auditorio Príncipe Felipe. Cuando sufrió la operación el músico barcelonés ya había batido todos los récords posibles en cuanto a venta de entradas en una gira de teatros en España. Varias sesiones en Barcelona y Madrid con el papel agotado y así en el resto de ciudades. De hecho con esta reanudación ofrecerá en Madrid una séptima sesión para cerrar definitivamente el tour «Los días intactos». Será el 4 de diciembre.

La gira había comenzado el 10 de febrero y a los pocos días el papel estaba agotado en todas las ciudades. En Oviedo el concierto, antes de la indisposición del músico, estaba previsto para el 19 de mayo. Como ejemplo de los récords de Manolo García hay un dato muy gráfico: para este concierto ovetense, ¡en mayo!, las entradas se pusieron a la venta en enero y a las dos semanas ya no quedaba ninguna. Ahora que cumple con la capital asturiana tras el aplazamiento todo sigue igual y en la web de García se lee «entradas agotadas».

Es una costumbre, muy buena costumbre, en el ex de «El Último de la Fila», que si ya había arrasado con el grupo no dejó de hacerlo en su carrera en solitario, una carrera sólida y extensa en producción discográfica y conciertos que ha mantenido los fans habituales y ha ido sumando otros tantos según enlazaba con las generaciones que encontró por el camino. Sus conciertos son una gran fiesta para la afición que él se encarga de transmitir con una entrega absoluta. Sólo hay que echar un vistazo a los titulares de diversos periódicos que hablan de locura en cada sesión y eso que en algunas ciudades ofreció seis o siete sesiones. El calificativo menor es «entusiasma» y hay otros de rango espectacular como «apoteósico».

Y es que el músico deja huella, tanto en escenarios como en ventas de discos o clasificación en las listas de éxito (siempre en la cabecera de todas ellas). Un ejemplo real de todo lo dicho es una de las últimas sesiones que ofreció en Oviedo, en 2009, en el teatro Campoamor, donde, a través de LA NUEVA ESPAÑA, García se reencontró con un colega de Gijón, Pablo (del grupo «Alcotán») con el que había hecho la mili. Recordó en aquella conversación que ya escribía letras en el cuartel de Simancas, que había flipado al llegar a Pajares con el paisaje asturiano y que se quedaba los permisos en Asturias para tomar copas en Sama y La Felguera.

Manolo García acabó aquella sesión del Campoamor celebrando con el público por los pasillos, cantando sus mejores éxitos y haciendo una gran coral con todos. Ahora llega con «Los días intactos», otra producción de éxito que grabó rodeado de grandes músicos entre Gerona y Los Ángeles.

Sólo hay un precedente reciente, que liga este tipo récords de taquilla y de éxito con Oviedo: Fito Cabrales, que estrenó el pasado 21 de septiembre, también en el auditorio, su primera gira de teatros por España. Fito llenó los dos días que actuó, y eso que las entradas tenían un precio considerable. Pero es uno de esos músicos de tirón, con un repertorio amplio e igualmente capaz de mantener a los fans a lo largo de varias generaciones. Así que Fito fue protagonista en San Mateo con sus sesiones de «repaso» a los éxitos y a «canciones que no puedo tocar en otras ocasiones», como confesó a LA NUEVA ESPAÑA, y Manolo García, debido a una apendicitis muy inesperada, será el protagonista del post-San Mateo.

Quizás el gran éxito de Manolo García es tan sólido por su normalidad: «No estoy en la música por vanidad ni dinero», dijo entonces a este periódico, y matizó: «nunca tuve necesidad de un foco y brillo propios, sigo trabajando en equipo». Efectivamente Manolo García es músico brillante, pero le gusta la cercanía y la sencillez.

Fuente: LNE – ENLACE