MG: El Creador – Manolo García. El pintor de la bicicleta azul muy vieja

«Yo guardo dibujos míos de cuando tenía 10 o 12 años y son muy correctos, se veía en mí a un crío muy atento, observador y con ganas de abstraerse. Cuando eres adolescente tienes la sensación de que el mundo no te entiende. Luego llega un momento en que tú no entiendes al mundo o lo entiendes demasiado”. Manolo García, la carismática super-estrella musical, habla con pasión de su otra gran vocación más allá de ritmos y melodías, la pintura. Una dedicación que le nació al unísono, cuenta él, y que ha ido cultivando, mimando y perfeccionando sin pausa a lo largo de todos estos años de vorágine sonora. Hoy no toca sacar a relucir sus ya conocidas y reconocidas habilidades como músico y cantante –aunque todo forma parte de una misma bolsa que rezuma arte por los cuatro costados–, sino comprobar que detrás de lo que se suponía una simple distracción, un entretenimiento para pasar el rato, hay una razón vital y, también, un camino de afirmación personal. Por http://www.manologarciaycia.com

La pintura siempre ha estado allí. Lo rememora con orgullo y un rictus de satisfacción el del Poblenou. “Cuando el MNAC estaba en la Ciutadella, cuando tenía 17 años, por boca de uno de los porteros que allí trabajaba yo tendría la medalla oficiosa a la asistencia al museo, con el mayor número de visitas al año. Me acuerdo perfectamente que tenía una bicicleta azul muy vieja y cada semana iba desde el barrio dos o tres veces al museo, y allí me pasaba horas observando a Modest Urgell, a los paisajistas de Olot, a cuadros como La batalla de Tetuán, que era como un viejo amigo”. La cosas no vinieron rodadas ni fueron precisamente fáciles. A García le encanta explicar las cosas como si no tuvieran mucha importancia objetiva, pero sí trascendencia personal. ¿Era bueno? ¿cómo le dio por allí? ¿es autocrítico? “Diría que en aquella época yo era paisajista aficionado, por decir algo, y me presentaba a concursos de pintura rápida que se organizaban en Verdum, Hostafrancs, Poblenou… En mi casa no decían nada. Mis padres acababan de llegar hacía 15 años del pueblo, en donde eran sencillos labradores. En mi casa nunca vi un libro; fue en la escuela donde aprendí el gusto por la lectura, la curiosidad por el mundo. Uno de mis profesores, el de literatura, nos decía cosas como que ‘un libro es un amigo que no te pide nada y que en cambio te lo da todo, y cuando lo necesitas está a cualquier hora’. A partir de allí, vino todo lo demás. Esa necesidad del viaje de un adolescente es lo que me sigue llevando por los caminos del arte”. Por http://www.manologarciaycia.com

El creador barcelonés (1955) forjó su carrera y su nombre como músico, especialmente en el grupo El Último de la Fila y en su actual carrera en solitario, y desde el año 1992 va exponiendo intermitentemente su producción como artista plástico. La última oportunidad de contemplar sus piezas fue hace un par deaños en la sala de exposiciones del Círculo de Lectores –en BarcelonayMadrid– y desde el próximo jueves se podrá comprobar de primera mano lo que ha estado haciendo este último año en el campo de la pintura y la fotografía: La Taché Gallery acoge hasta el 20 de diciembre la exposición Sub-realista, donde se podrán contemplar 20 cuadros y 19 fotos realizados por el autor de Arena en los bolsillos.

Lo que se podrá ver en la mencionada galería barcelonesa“ es lo que he estado haciendo desde que acabé la gira de mi último disco, Los días intactos. También hay fotografías recientes. La temática es variada, sobre todo antropología social como la llamo yo, observación del mundo, asombro ante el mundo y el comportamiento humano”. El creador se reivindica como pintor, y lo hace ahora cuando. Pero se intuye que el camino ha sido, no ya largo, sino íntimamente tortuoso. “Durante bastante tiempo he pintado con cierto complejo, siempre me he tenido por una persona que se entretenía dibujando y pintando, para pasar el rato. Pero la palabra pintor me daba miedo. Poco a poco he ido desarrollando un estilo propio y ahora puedo decir que me considero pintor sin sentir ningún tipo de rubor. Desde hace dos años siento eso. Esto fue una autoafirmación porque necesitaba permitirme otro tipo de comportamiento. Es bueno quitarse complejos. Soy pintor, ejecuto como tal y tengo los conocimientos y la técnica”. Seguridad, claridad de ideas, indiferencia ante el qué dirán. “Al principio dibujaba bastante influenciado por el cómic, las aventuras del teniente Blueberry. Hubo una etapa que más que pop art, lo que yo hacía era cómic art, y al final he ido entrando año a año en un mundo más onírico, más surreal, porque es un mundo libre en el que todo está permitido. Soy manologarcista, aunque tengo muchos ídolos, maestros, referencias. Si tuviese que elegir a cinco pues quizás Velázquez, Fortuny, Hockney, Sorolla y el último lo dividiría entre Magritte y Dalí”. Por http://www.manologarciaycia.com

Pero ¿por qué pintas? “De entrada, es una manera estética de pasar las mañanas, completamente solo. Luego me sirve para compartir. Pero sobre todo porque te tienes que agarrar a la cola de un caballo que vuele libre”.

Mi maestro: “En el colegio hubo algún profesor que me abrió los ojos”

“El primer golpe es instintivo; luego mi paso por el colegio, pero el importante llega cuando leo un anuncio de Demandas en La Vanguardia donde un señor de La Verneda busca a un aprendiz de pintor. Tenía que pintar trozos de cuadros que se regalaban en unas promociones que hacía Muebles La Fábrica. Éramos cinco chavales que pintábamos en cadena y yo me encargaba de hacer cielos y lagos. Al final, el cuadro volvía al maestro y le daba algún retoque. Estuve un año, aprendí muchas cosas, y él sin saberlo me enseñó que podía dedicarme a la pintura”. Por http://www.manologarciaycia.com

Fuente: La Vanguardia – Edición Impresa – Esteban Linés / Àlex García (Foto)