El cantante catalán vuelve a A Coruña con una gira que lo llevó a recorrer la mayor parte del país. Presentará un doble álbum Mi vida en Marte y Desatinos Desplumados, el próximo sábado en el Coliseum (Calle Francisco Pérez Carballo, 2) a las 22.00 horas.
¿Qué se va a encontrar la gente en el espectáculo en A Coruña este sábado?
Es un concierto donde hago un repaso del presente. Evidentemente estoy presentando mi doble álbum, pero también haré un repaso de las canciones de última fila. También será un concierto más largo en duración que lo que la gente acostumbra. Unas dos horas y media o tres horas, porque tendrá un variado de canciones.
Estuvo viviendo de gira más de dos años, ¿cómo es y cómo lleva la vida viviendo de gira?
Soy un caracol, llevo la casa a cuestas. Mi casa son mis libros, una cajita de pinturas, unos blocs de dibujo. Esa es mi vida en los hoteles. Yo soy una persona muy dada a la introspección, en el día a día. No soy nada sociable en el sentido de fiesta. Necesito amigos, copas. Pero en las giras soy un poco monje. Acudo a los conciertos teniendo que estar descansado, relajado y tranquilo.
Luego de tantos años en la industria musical y en los escenarios, ¿sigue sintiendo nervios antes de subir a un escenario?
No, está el bichito de la responsabilidad. Un periodista musical dijo, hace muchos años, que yo era un animal de escenario. El saber que estoy en manos de un equipo técnico, una iluminación, un sonidista y que nada debe fallar. Ese punto de responsabilidad de que todo vaya bien, que no se vaya la luz, que funcione bien el sonido. Una vez ves que todo empieza a funcionar y que va adelante, todo es un cuesta abajo, es una alegría. Para mí es un placer.
¿Dónde encuentra motivación para seguir subiendo al escenario?
Hay varios factores. Uno podría ser que soy una persona muy vital, un escéptico muy participativo. Soy de los que piensan que esto es muy complicado. Y cuando digo esto, digo nuestras vidas. Luego también está la otra parte, que es el mundo actual. Con sus adelantos, con los avances tecnológicos, con la inteligencia artificial. Todas estas supuestas bondades que nos ofrece el mundo moderno. A mí me fatigan, algunas de ellas me asquean. Pero lo que no voy a ser nunca es una persona amargada. ¿Cómo ve el mundo actual?. La demografía juega un papel importantísimo. Somos muchísima gente sobre el planeta. Fuimos creciendo en él. Se calcula que en el 2050 seremos 10 mil millones. Somos una pequeña tribu. Organizar una pequeña tribu es difícil. Organizar un planeta por continentes. El mundo actualmente no ha dejado de ser violento. Hay una violencia latente y real. Guerras que siguen existiendo en el continente africano, en Ucrania, en Gaza.
¿Cree que todo lo que esta sucediendo en el ámbito internacional repercute en la industria musical?
Todo está interconectado. Lo creo firmemente. Para mí, el problema se resumen en la cuestión del cambio climático. Hay que organizarse. O nos organizamos o esto puede ser un problema muy grande. Menos recursos, más gente y aumento de la temperatura. Es una mezcla. Es la madre de los problemas.
¿Qué queda, en la actualidad, del Manolo García que daba sus primeros pasos en la música?
Queda lo más importante. Está intacta la curiosidad por saber si seré capaz de seguir contando cosas y emocionando con mis canciones. Eso está intacto. Esa necesidad de seguir componiendo, de cantar para la gente, de abrazar a la gente con una canción, con unos acordes, con una actitud.
¿Cuál es su inspiración para crear música y componer?
La fuente de inspiración es la calle, es la vida. Yo soy una. Vengo de una familia de obreros, de gente trabajadora, humilde, pobre. Entonces yo he vivido en la calle desde muy jovencito, desde muy niño empecé a trabajar muy, muy joven, con tres años y medio. Yo estaba ya en un taller de carpintería. Eso a mí me ha dado lo que es la vida, el vivir a pie de calle, el saber que cada mañana tienes que buscarte, como decimos aquí, las habichuelas. Cantantes y bandas también me inspiran. Queen, Fito Paez, Wilco, Triana, Lori Manuel, Calamaro, grupos de los 70’. Escuchar el mundo de las canciones es inspirador.
¿Quedan más años de Manolo García en los escenarios?
Nadie sabe nada. Yo tengo ganas y tengo «la necesidad de seguir cantando». Evidentemente un factor que hay que tener en cuenta es la salud. La salud es un factor imperscindible y fundamental para todo.
¿Tiene algún disco en el horno?
Sí, estoy trabajando en algo nuevo. Porque es importante para mí llenar horas con algo etéreo, intangible, inasible. Una canción es un sueño. Entonces esa necesidad la tengo. A ratitos, entre semana, los días que no tengo concierto, ya estoy con la grabadora, la guitarra, el teclado, estoy como jugando. Cuando empiezo a jugar, va a haber algo pronto.
Fuente: La Opinion de A Coruña https://www.laopinioncoruna.es/sociedad/2024/11/08/giras-caracol-casa-son-libros-111484893.html