Vitalisme màgic / Vitalismo mágico

Malgrat les figures internacionals que passen per Porta Ferrada i altres punts del territori, havia de ser Manolo García qui fes saltar la banca amb un concert que va reunir tres mil espectadors. La platea es va convertir en una gran pista de ball i els assistents van vibrar al llarg de 32 temes, després d’una introducció de la cantant i poeta Ivette Nadal.

“Pel Manolo, el que sigui”, repetia un aficionat abans de començar el concert. I el Manolo no va decebre ningú amb la seva onada d’entusiasme i simpatia, combinant temes del seu últim disc amb altres que tenen quatre dècades. La banda va reunir deu músics, entre els quals hi havia dos veterans de Los Rápidos i El Último de la Fila, Lluís Visiers i Josep Lluís Pérez, un combo pletòric enmig d’un escenari selvàtic i unes pantalles que alternaven primers plans dels artistes amb treballs plàstics de García. El primer tema, San Gennaro, ja va ser una declaració d’intencions de la vigència de l’obra de les velles bandes. La balada formava part del repertori del retorn de Los Rápidos i Los Burros, que es va fer al Razzmatazz al febrer. En la primera part del recital van abundar les cançons del nou disc, Todo es ahora, corejades pels assistents. Amb la gent a la butxaca, van interpretar Para que no se duerman los sentidos iNunca el tiempo es perdido, fins a l’apoteosi, Prefiero el trapecio, en què el cantant del Poblenou es va submergir en la massa de públic fins a enfilar-se per la graderia en un rampell d’èxtasi.

Plenes de saviesa, les lletres de Manolo són un desplegable en què es combinen les imatges animals i de la natura amb els epitafis, els haikus i les històries quotidianes, un cant a la vida i la felicitat, amb flaixos surrealistes i vitalisme. Una tarde de sol, Llanto de pasión, l’himne llibertari Insurrección, la divertida Gladiadora, Como un burro amarrado a la puerta del baile i tantes altres van sonar vives. També per la qualitat del grup i la veu de l’estimat Lico Manuel, Manolo García, tot gratitud i esplendor.

Fuente: El Punt Avui – David Castillo – ENLACE – Foto: Manel Lladó

Castellano:

A pesar de las figuras internacionales que pasan por Porta Ferrada y otros puntos del territorio, debía ser Manolo García quien hiciera saltar la banca con un concierto que reunió tres mil espectadores.La platea se convirtió en una gran pista de baile y los asistentes vibraron a lo largo de 32 temas, tras una introducción de la cantante y poeta Ivette Nadal.

«Por Manolo, lo que sea», repetía un aficionado antes de empezar el concierto. Y Manolo no decepcionó a nadie con su ola de entusiasmo y simpatía, combinando temas de su último disco con otros que tienen cuatro décadas. La banda reunió diez músicos, entre los que había dos veteranos de Los Rápidos y El Último de la Fila, Lluís Visiers y José Luis Pérez, un combo pletórico medio de un escenario selvático y unas pantallas que alternaban primeros planos de los artistas con trabajos plásticos de García. El primer tema, San Gennaro , ya fue una declaración de intenciones de la vigencia de la obra de las viejas bandas. La balada formaba parte del repertorio del regreso de Los Rápidos y Los Burros, que se hizo en el Razzmatazz en febrero. En la primera parte del recital abundaron las canciones del nuevo disco, Todo es ahora , coreadas por los asistentes. Con la gente en el bolsillo, interpretaron Para que no se duerman los sentidos y Nunca el tiempo se perdido , hasta la apoteosis, Prefiero el trapecio , en el que el cantante de Poblenou se sumergió en la masa de público hasta trepar -se por la grada en un arrebato de éxtasis.

Llenas de sabiduría, las letras de Manolo son un desplegable en el que se combinan las imágenes animales y de la naturaleza con los epitafios, los haikus y las historias cotidianas, un canto a la vida y la felicidad, con flashes surrealistas y vitalismo. Una tarde de sol ,Llanto de pasión , el himno libertario Insurrección , la divertidagladiadores , Como un burro amarrado a la puerta del baile y tantas otras sonaron vivas. También por la calidad del grupo y la voz del amado Lico Manuel, Manolo García, todo gratitud y esplendor.