Quimi Portet y Manolo García rompen su silencio

Quimi Portet y Manolo García vuelven a reclamar un espacio en el escaparate discográfico. Eso sí, por separado. Ambos artistas coinciden con el lanzamiento de sus nuevos discos en septiembre.

El destino ha querido que sus nuevos trabajos vean la luz casi a la vez: La terra és plana, el disco de Portet, saldrá el 20 de septiembre, mientras que García se adelantará un poco antes, el día 6, con una grabación cuyo título aún no ha sido revelado.
Quimi Portet asume con una de sus palabras favoritas, deportividad, la coincidencia de ambas grabaciones en las tiendas. «Es una casualidad –señala–. Nosotros nos seguimos viendo, pero nuestras carreras son distintas. Que los dos discos salgan al mismo tiempo no supone nada, ni bueno ni malo. Y comparar ambas carreras es complicadísimo».

La terra és plana, un disco que Portet presentará en otoño en la gira Ressons (con una fecha en L»Espai en noviembre), es un genuino trabajo portetiano. Es decir, un manifiesto de cantautor eléctrico fiel a un imaginario singular, con guiños irónicos y una mística cuyos referentes, según alerta él mismo, abarcan desde Can a La Trinca. El disco transmite un clima tribal vagamente inspirado en el grupo vanguardista alemán. «Me gusta mucho la sonoridad cruda de Can; aquellos tambores como de película de indios. Quería que el disco tuviera ese punto cherokee».

Él mismo toca casi todos los instrumentos, con ayudas de Antonio Fidel y Juan Carlos García, de un disco de textura rockera y guitarrera. «No quiero disimular que mi bagaje son los 60 y 70. No me pondré ahora a hacer drum»n»bass ni a decir que voy al Sonar». Por primera vez, Portet se atreve con la batería. «Batería de verdad, no loops».

DÚO CON ALBERT PLA

El sencillo de La terra és plana es una versión de Rivers of Babylon (Rius de Babylon), el éxito de Boney M, con Albert Pla. Una canción que, aunque sea la tarjeta de presentación, Portet considera que no tiene «nada que ver» con el disco. «Es un chiste», opina el músico, que cree que trabajar con Pla no entraña dificultades. «Es una persona dulce y un rebelde auténtico. Un excéntrico en el sentido positivo, geométrico».

Pero la pieza que, según Portet, marca el centro de gravedad del disco es la que le da título. «La terra és plana / Ho sap tothom», dice la letra. ¿Tan claro lo tiene? «Sí que no es plana, pero es que las unanimidades siempre me han molestado. Decir algo en contra, aunque sea falso, relaja. Mi mensaje es que se pueden decir cosas distintas».

Otra pieza que describe su ideario es Francesc Pujols, dedicada al fallecido filósofo y escritor (1884-1962). «Me gusta el personaje, su humor de buena fe y, a su manera, cosmopolita», explica Portet, a quien le gusta reivindicar la cultura catalana prefranquista, «truncada» en 1939.

La terra és plana es como los cuatro anteriores, un disco en catalán, algo que Portet asume con saludable naturalidad. «Está más cargado de sentido político que un catalán cante en castellano que no que cante en catalán, que es su lengua. Que un catalán cante en castellano supone tomar una decisión; que lo haga en catalán es lo que se espera de él como catalán», reflexiona.

Fuente: El Periódico de Catalunya – 17-08-04