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MANOLO GARCÍA: EL NAVEGANTE ATRIBULADO DE LA MÚSICA

El cantautor catalán cumple este años dos décadas en solitario en una carrera musical que respalda una veintena de discos y más de doscientas canciones

Músico precoz

Con 13 años se subió por primera vez a un escenario, y con quince ya tocaba de forma semiprofesional, en grupos de bailes y versiones. «El único momento que no he tocado ha sido durante la mili», comenta el propio artista. Desde entonces, su currículum no ha hecho más que engordar con más de una veintena de discos y cerca de trescientas canciones compuestas.

Llega le primer disco con 'Los Rápidos'

Llega le primer disco con ‘Los Rápidos’

En los 80 llegó el primer grupo ‘profesional’ y las giras y conciertos, sobre todo en Cataluña y Aragón. Junto a Manolo García, formaban parte de ‘Los Rápidos’ José Luis Pérez (guitarra), Lluis Visiers (batería), Antonio Fidel (bajo) y Esteban Martín (teclados). Lanzaron un primer disco en 1981 con 12 canciones (‘Rápidos’) y dejaron otra maqueta con 11 temas antes de disolverse en 1982.

El encuentro con Quimi Portet

El encuentro con Quimi Portet

Cuando aún formaba parte de ‘Los Rápidos’, Manolo García actuó una noche en el festival Rock de Luna. En ese momento, y por una de estas carambolas del destino, su vida se cruzaría con la de otro músico (Quimi Portet), que formaba parte del grupo ‘Kul de Mandril’. Como ‘Los Rápidos’ necesitaban otro guitarrista se lo propusieron al de Vich, que aceptó. Tras la disolución de la agrupación musical, Manolo y Quimi, junto con Antonio Fidel, Josep Lluís Pérez y Esteban Martín decidieron seguir adelanto en el mundo de la música con ‘Los Burros’. De esta unión nació ‘Rebuznos de amor’ (1983) y ‘Jamón de burro’, con canciones tan míticas como ‘Mi novia se llamaba Ramón’, ‘Disneylandia’, ‘Tú me sobrevuelas’ y ‘Huesos’.

Con 'El Último de la Fila' llegó el éxito

Con ‘El Último de la Fila’ llegó el éxito

Si alguien les hubiera asegurado, en esa noche de festival en la que se conocieron, que de ese encuentro germinaría el que sería uno de los más exitosos grupos del pop rock español de los 80 y los 90, seguramente le hubieran tachado de loco o soñador. Pero sí, tras el fin de ‘Los Burros’, Manolo y Quimi decidieron unirse y formaron ‘El ‘Último de la Fila’ (el nombre procede de una estrofa de una canción australiana) con la pequeña discográfica PDI. En 1985 publicaron ‘Cuando el amor entra por la puerta, en amor sale por la ventana’, el primero de los siete discos que alumbraron juntos. Canciones como ‘Insurrección’, ‘Como un burro amarrado en la puerta del baile’, ‘Querida Milagros’ o ‘Cuando el mar te tenga’ forman parte ya de la memoria musical del pop español.

Dos décadas ya en solitarioEn la Plaza de Toros de La Flecha en octubre de 2012. / R. O.

Dos décadas ya en solitario

En 1998, Manolo García y Quimi Portet deciden darse un tiempo para componer y tocar cada uno por su lado. Desde entonces, el primero ha lanzado ya ocho discos y, el segundo, seis. ‘Arena en los bolsillos’ fue el primer disco que, en 1998, lanzó tras la disolución del mítico grupo. Ya han pasado dos décadas de un álbum intimista y sincero, con canciones como ‘Arena en los bolsillos’ o ‘Pájaros de barro’. El último disco (‘Geometría del rayo’) cuenta con unos pocos meses pero ya se encuentra en el número 1 de ventas por cinco semanas consecutivas.

En su salsa en 'Músicos en la naturaleza'

En su salsa en ‘Músicos en la naturaleza’

La última vez que Manolo García actuó en esta comunidad autónoma antes de la presente gira ‘Geometría del rayo’ fue en julio de 2016 dentro del Festival ‘Músicos en la naturaleza’, en el impresionante paisaje de Hoyos del Espino. Fue una forma de compensar a sus devotos fans de Castilla y León, comunidad que no acogió ninguno de los conciertos de la gira ‘Todo es ahora’. Tal vez por ello, en esta ocasión Valladolid disfrutará por duplicado del último trabajo del cantante catalán (el 4 y 5 de mayo en el Miguel Delibes), que actuará en el Palacio de los Deportes Sánchez Paraíso de Salamanca el 16 de junio.

Fuente: Liliana Martinez – El Norte de Castilla – ENLACE

Manolo García se entrega sin artificios en Valladolid

El cantautor catalán no defraudó con su marca de la casa ante un público de incondicionales que le sirvieron de coros de cada una de sus canciones

Camisa y pantalón vaquero, zapatillas de loneta, un pañuelo floreado atado al micrófono, una voz inconfundible forjada entre el rock y el flamenco, acordes de guitarra aderezados con ritmos árabes, letras que ahondan en lo lírico y el surrealismo y una conexión con el público más allá de lo físico… ese es el estilo Manolo García, la marca de la casa del cantautor catalán, una etiqueta que se ha forjado huyendo de las etiquetas en los más de cuarenta años que lleva su vida en amalgama con la música.

Anoche, ante las 1.700 personas que le adoraron en el Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid (esta noche repite concierto por aclamación popular en la taquilla), Manolo García fue más Manolo García que nunca y se entregó a sus incondicionales con la sinceridad de una música que les cedió sin artificios. Una franqueza contrarrestada con la misma franqueza de sus seguidores. Muchos le acompañan desde el punk de sus inicios, desde el ‘Tú me sobrevuelas’ de Los Burros, desde los incontables éxitos del ‘El Último’ y en los veinte años en solitario que cumple ahora con esta gira que inició el 6 de abril con el cartel de entradas agotadas en 19 de los 33 conciertos programados. Han crecido con él, han madurado con él, han reído y han llorado con sus canciones, se han enamorado y desenamorado y ayer solo deseaban cantar y sentir sus letras, y así lo hicieron.

Corearon cada tema, empezando por el ‘El frío de la noche’ con el que inició el concierto, sentado en el escenario con tan solo con su música y dos guitarristas a cada lado. Siguieron otros, como ‘Por respirar’, ‘Las puntas de mis viejas botas’, ‘Humo de abrojos’, todos de su último disco la ‘Geometría del rayo’, aderezadas por sones de sus álbumes más recientes como ‘Junto a ti’ (‘Los días intactos’) o ‘Pan de oro’ (‘Todo es ahora’), ‘Ardió mi memoria’ (‘Para que no se duerman mis sentidos’), ‘Seré lo que yo quiera ser’ e ‘Irma, dulce Irma’ (‘Nunca el tiempo es perdido’) o ‘Los críticos amantes’ (‘Saldremos a la lluvia’). Aunque fue con ‘Un giro teatral’, cuando ya el concierto había quemado la primera hora, cuando el público no pudo más y se puso de pie, para corear letra por letra el «qué culpa tengo de que seas tan loca».

‘Un alma de papel’ acabó de encender la chispa, y ya nadie quería regresar al tedioso asiento.

Y Manolo siguió feliz en la entrega. Y el hombre rockero se lanzó a cantar flamenco, y el hombre celoso de su intimidad compartió escenario con su hermana Carmen para entonar el fabuloso ‘Ruedo, rodaré’, y el poeta terminó cantando la ‘La Bamba’ en una apoteosis del ‘buenrrollismo rockero’.

Tampoco dudó -otra marca de la casa- en caminar entre el público, en besarles y dejarse besar, achuchar, querer… «Yo soy feliz con veros sonreír», dijo en algún momento de la noche. «Cuando estamos en casa sin giras nos acordamos de vosotros, es así», y aprovechó para pedir a sus fieles que vivieran ese momento único, «este instante pleno», sin las ataduras de los «putos móviles» y las redes sociales, sin artificios, solo Manolo García, su música y ellos.

Pero su público también atesoraba una exigencia. 28 canciones no eran suficiente. Si el cantautor quería enterrar definitivamente a ‘El Último de la Fila’ esa no sería la noche.«Insurrección, insurrección, insurrección…», coreaban desde las butacas de asientos.

Y el catalán no estaba por la labor de negar nada. Una guitarra y su voz. Y ese «dónde estabas entonces, cuando tanto te necesité» llegó con sabor a rebeldía, un poco a revancha, a desafío. «Pedís insurrección, ¿tal vez por el tema de las pensiones? Pues quiero decir que me parece justo que esas personas salgan a la calle, que reivindiquen lo que es suyo. Tienen razón y yo salgo con ellos a la calle también». Y una vez destapado el corcho de la insurrección, el cantante vertió nuevas peticiones, como buscar la poesía en la vida, no permitir más la pérdida de derechos, o tolerancia cero con la violencia de género. Porque de eso van las canciones de Manolo García, de la vida, del amor, del respeto, de la contemplación, de buscar caracoles en el fondo del mar, de convidar a la fragancia que viene del río, de fotos en cajas de galletas, de hacer pájaros de barro y echarlos a volar.

Fuente: Liliana Martinez – Foto Ramon Gomez – El Norte de Castilla – ENLACE