Monthly Archives: mayo 2015

Manolo García: «Tenía manía a los Beatles. Los veía muy guapitos»

Manolo García comparte con el público algunas de las canciones que han marcado su trayectoria.

Antes incluso de entrar en el Museo de la Evolución Humana, Manolo García ya había ganado. Lo pararon de camino a su destino, rogaron su firma o una foto y muchos se quedaron con las ganas de verle. Aforo más que completo. Quien tiene, retiene. Llegó el de Pobleneu con la tarea de compartir las canciones que han marcado su vida y trayectoria. «Unas pocas, solo, porque, por suerte, me ha gustado mucha música y muy diversa», puntualiza el artista antes de entrar en materia. Corrección hecha. Continuamos.

¿Cuáles son? «En el filón de los setenta está todo, para mi gusto, luego se han hecho cosas interesantes, pero yo traigo básicamente música de esa década», desvela a los periodistas minutos antes de entrar en faena.

«Me marcó que era muy joven», ríe franco cuando se le interroga por esa canción que le empujó a escena. Pero sí existió ese momento de la revelación y lo cuenta: «Venía de un tiempo antiguo en cuanto a música. Recuerdo ir al cine con mis tíos y escuchar a Antonio Molina o Juanito Valderrama, que eran voces privilegiadas. Y, de repente, un día, en una calle, en el altavoz de una tienda escuché a Led Zeppelin. Me paré, iba con la cartera de la escuela. Fue el momento de la conversión».

Ese instante le llevó a iniciar un proceso de aprendizaje. «Y me tiro desde los 14 hasta que volví de la mili tocando en orquestas, haciendo boleros, pasodobles, temas de rock…, cargando furgonetas, descargando… Era batería y cantaba», relata. «Y un día me dije a mí mismo que me daba el aprobado y empecé a escribir canciones. Fue de un día para otro», amplía orgulloso de haber alcanzado su cima, que no es otra que la de haber conseguido que sus discos lleguen a la gente y que cante sus canciones con sinceridad en sus conciertos. ¿Otra cumbre por tocar? «Hacer la canción perfecta. Después de un disco siempre piensas que el siguiente estará mejor. Creo que nos pasa a todos».

Manolo García no duda cuando se le pregunta por el primer disco que compró: «Los Módulos: Todo tiene su fin». Luego, añade, llegarían Serrat y sus álbumes a Machado y Miguel Hernández, otros cantautores como Lluís Llach, grupos de Madrid como Asfalto, Topo, Leño o el rock andaluz de Triana.

«De los extranjeros me gustaban mucho los Rolling, a los Beatles los tenía un poco de manía, los veía muy peripuestos, demasiado guapitos, los otros eran más gamberros, yo no lo soy, pero me atraía ese punto más canallete y más roquero. Con el tiempo vi que eran estupendos, pero a esa edad, muy zagal, molaban los otros», revela el carismático cantante, que no reniega de nada de lo que sonó en el tocadiscos del joven García. «Todos son vigentes. Tenían tanta fuerza que son actuales. En mi pequeño aparato de música los llevo y los escucho con placer una y otra vez», destaca y cree que lo que se hace ahora, que sí hay cosas buenas, tiene un sustrato antiguo. «La esencia del rock es la que es. Hoy seguimos chimpún, chimpún, bajo, batería, guitarra…», asegura y confiesa: «No pretendo ser maestro de nada. Soy aprendiz de todo. Hablo cuando tengo que hablar, pero escucho mucho más tiempo, que se aprende más». Ayer sí fue maestro.

Fuente: El Correo de Burgos – A.S.R. – Foto Isabel L. Murillo – ENLACE

Manolo García: «Sueño con hacer la canción perfecta»

Camina Manolo García con aire despreocupado, las manos (sin arena) en los bolsillos y un mechón del flequillo cosquilleando su frente mientras la gente le saluda, le detiene, le pide autógrafos y fotos. Sonríe el artista, mostrándose cercano, relajado en su primaveral paseo rumbo a la cita con sus seguidores, que desde una hora antes aguardan pacientes en el interior del Museo de la Evolución Humana, ávidos por escuchar sus palabras, por conocer de primera mano las intimidades musicales del cantante, los temas que le hechizaron siendo un chaval y que le empujaron a convertirse en cantante. Hoy es una más que consagrada estrella del pop español que habla con tono evocador, tiznado de nostalgia, de aquel mozalbete que un buen día se cruzó con una canción de Led Zeppelin que le golpeó tan fuertemente que no volvió a ser el mismo. Fue un instante mágico. Una epifanía.

«Recuerdo mucho el cine musical, haber visto desde niño a Antonio Molina, a Juanito Valderrama, que eran voces privilegiadas. Pero de repente, un día, con doce o trece años, a través del altavoz de una tienda escuché a Led Zeppelin y ¡hostia! me quedé parado. ¿Qué es esto?, pensé.Me golpeó. Recuerdo el momento, el instante de pararme. Ese fue el cambio, el momento de la revelación, de la conversión». El primer disco que se compró el que fuera líder de Los Burros, Los Rápidos y El último de la fila fue Todo tiene su fin, de los Módulos, formación de rock sinfónico creado a finales de los años 60.
Luego vinieron muchos más: de cantautores como Joan Manuel Serrat o Lluis Llach y de bandas míticas como Asfalto, Leño, Topo, Triana, sin olvidar, claro, a grupos extranjeros como los Rolling Stones -«me encantaba su punto canalla»-. Todo aquello fue educando su oído y conformando su gusto, y una esencia de todas aquellas influencias, patrias y foráneas, fue lo que el cantante compartió ayer con sus fans burgaleses en el ciclo ‘Contando canciones’ del Museo de la Evolución Humana. Su selección, muy escogida, fue de Lole y Manuel a Deep Purple, de los Stones a Jimmy Hendrix, de Triana a Led Zeppelin, de Bob Dylan a los Class o la formidable Creedence Clearwater Revival.

«Me ha gustado siempre mucha música y muy diversa», asegura el artista, para quien la mejor música se hizo en la década de los años 70.

«Sigo oyendo a todos esos grupos. Con mucho placer. Tenían tanta fuerza que siguen siendo muy actuales hoy en día: los Stones, Led Zeppelin suenan de la hostia». No abjura de la música que se hace en la actualidad, pero considera que se sigue libando de aquella época dorada. No se ha inventado ninguna cosa nueva.En el fondo, todo tiene un sustrato antiguo».

El éxito y los sueños

Tocó y cantó en orquestas durante diez años, bolo va, bolo viene antes de dar el salto, de consagrarse por completo a la música, de empezar a componer y a cantar sus propios temas. «Sabía que era una ardua tarea, pero decidí probar con la música propia».

Es humilde Manolo García. Aunque reconoce que ha tenido éxito, su mayor logro, dice, «es haber desarrollado la tarea que me gusta, poder hacerla con dignidad y llegar a la gente, que cante mis canciones.Esa es la cima, más que los premios, las ventas…». Es humilde, pero también ambicioso: «Sueño con hacer la canción perfecta. Cuando acabo un disco estoy contento pero siempre pienso que el siguiente será mejor. Ese es mi sueño».

Fuente: Diario de Burgos – ENLACE