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MG: «Para mí sería nefasto convertirme en un copión de mí mismo»

Manolo García tiene un pie que tira en la dirección del rock y una mano que pinta con colores eléctricos, como muestra en su nuevo híbrido de pintura y música, en el que exhibe conciencia obrera y estilo urbano, huyendo de su disco anterior. «Sería nefasto convertirme en un copión de mi mismo», dice.

Los últimos tres años fueron «bastante fructíferos» para este músico y pintor que, en una entrevista con Efe en Madrid ante la publicación el próximo martes de Los días intactos, cuenta que al final «tenía bastante más en el saco de lo que escribía que en el de lo que tocaba».

Pensó que sería bonito editar un libro con todos esos textos huérfanos de música, además de las letras de las nuevas canciones y una selección de su obra pictórica, y decidió publicarlo en paralelo con su nuevo álbum bajo el nombre de «El fruto de la rama más alta» (Temas de Hoy).

Fuente: La Vanguardia – ENLACE

García (Barcelona, 1955) que gusta de «sorprenderse y girar en dirección contrario», decidió tomar un rumbo diferente en su quinto disco de estudio respecto a su última producción, Saldremos a la lluvia (2008), que le llevó a Grecia.
«Yo siempre dejo un pie en el lugar en el que estoy y el otro lo avanzo en otra dirección, en este caso ha sido hacia EEUU, porque me apetecía hacer un disco eléctrico. Este es un disco más urbano», informa el músico, que ha grabado Los días intactos entre Girona y Los Angeles.

«Quiero pensar que tengo un estilo marcado. Lo otro serían clones, copias. Un problema muy grande es convertirte en copión de ti mismo, eso para mí sería nefasto. Hay elementos comunes, pero siempre hay una parte nueva», precisa.

Reconoce que lo suyo es «canción de autor» y que le gustan Joan Manuel Serrat, Pedro Guerra y Juan Luis Guerra, pero que, «ecléctico» y todo, al final es un roquero que en su iPod escucha a Green Day y Red Hot Chili Peppers, que piensa asistir al concierto de Wilco y que necesita «líneas de bajo y batería, aunque luego añada una guitarra española y un laúd».

Reivindica los orígenes sencillos de su familia, labrados primero en el campo y forjados después en altos hornos. «Yo tengo conciencia obrera, eso no se pierde nunca», defiende García, que dice que la traslada a sus giras con «precios populares». «Mi 15-M es ese», añade.

Presume además de haber tenido desde pequeño «un punto ácrata» y se declara feliz por que «la gente salga a la calle, se manifieste pacíficamente» y tome el mando ante unos responsables que lo han hecho «regular tirando a muy mal».

«Yo estoy harto de que me metan miedo. Ellos también tienen que tener un poco miedo», opina.
Cansado de noticias negativas, a su nuevo disco le ha puesto humor además de rock, con un collage que incluye vacas bajadas de internet a 25 euros la pieza. «No digo que haya que cachondearse de lo que pasa, pero vamos a cambiar el talante», sugiere.

No sólo el 15-M le ha inspirado en su nueva obra, que exhibe también cierta preocupación medioambiental. Tras la prohibición en Cataluña de las corridas de toros, pide que «se prohíba todo lo que tiene que ver con el maltrato animal, como los correbous».

García, que dice debatirse entre una pasión taurina heredada de su padre y la constatación de que el animal sufre, opina que la decisión se tomó «por una cuestión política» y que él habría preferido «un referéndum».
Y es que a García no le gustan las imposiciones. «No fuméis, no vayáis sin camiseta, no podéis mear allíay cosas que son de cajón, pero hay maneras. Ya está bien de ir siempre con la porra», insiste el cantante, que pide campañas de información y, después, libertad para aplicar el sentido común.