«No deberíamos permitir que hayan niños atendidos en los comedores sociales”, Manolo García en Acelobert

manolo-garcia Manolo llega envuelto en una nube de turistas, de los muchos que pasean por las calles céntricas de nuestra ciudad. Con las manos en los bolsillos para capear el frío y con esa mirada del que tiene la cabeza y el alma en plena ebullición. Está metido de lleno preparando su nuevo trabajo musical. Las jornadas en el estudio son largas e intensas. Es un hombre que cuida los pequeños detalles y eso se nota en su forma de hablar y sentir. Con sus letras y sus canciones ha levantado la bandera del arte supremo de la palabra, de los sentimientos sinceros y de la música que revoluciona.

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Fuente: Acelobert – ENLACE
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¿Como fueron los inicios del Manolo García artista, de ese joven que ya sentía inclinación hacia la música, la pintura y la poesía?

Recuerdo que iba a la escuela y pasaba delante del escaparate de una librería, en el que había unos altavoces donde sonaba Led Zeppelin. Y con 13 años, cada mañana, cuando iba a la escuela, oía esa música y pensaba: ¡yo quiero hacer esto! Luego conocí a chicos del barrio que también querían tocar y hacían una réplica de lo que se hacia fuera. Era un momento efervescente y la edad potenciaba los sentidos.

¿Como era la Barcelona de tu infancia?
Crecí en ese barrio industrial de Barcelona, lleno de fábricas, de calles sin asfaltar, donde estaban la estación y el mar: el Poblenou. No era como la conocemos ahora. Era la Barcelona del antiguo Somorrostro, el barrio de la bota, donde la gente era menos que humilde. Emigrantes que se habían instalado en ese frente marítimo. Realmente era muy intenso.

¿Crees que la gente ha olvidado sus orígenes de clase trabajadora?
Espero que no. Hay algo que yo reconozco en mí y es el orgullo de pertenecer a esa clase obrera. Si mis padres hubieran sido gente pudiente yo probablemente me habría convertido en alguien distinto. El hecho de ir a llevarle la merienda a mi padre a la fábrica, verle trabajar, me marcó. Era una vida muy precaria. Vivíamos en una planta baja y recuerdo a mi madre poner cubos para las goteras cada vez que llovía. La vida, el esfuerzo, te enseña que hay que agradecer lo que tienes.

¿Cuando comienzas a hacer música?
Antes de dedicarme a la música, pasé por diecinueve profesiones distintas. En esa época la música era un hobby de fin de semana. Yo trabajaba en lo que podía: carpintería, conductor de furgonetas, diseñador gráfico, estampación, etc. Y a los treinta años finalmente me dí cuenta de que por fin podría dedicarme a la música completamente.

Oficio es una palabra que tú aprecias mucho.
Oficio, se refiere a esa gente que hace cosas a mano. En el oficio de hacer algo, cada pieza es única. Me gustan los oficios porque las personas intervienen con las manos y el corazón.

Manolo García canta para que se duerman los sentidos. Cuando cantas, llenas grandes recintos.
Cantar es un placer físico, gritar, dar alaridos en un escenario. Hay un placer de vaciar tensiones. Cantar es estupendo, silbo por la calle, tarareo canciones… Cantar le gusta a todo el mundo. Es un acto físico maravillo. Pero poder compartir canciones con miles de personas es una comunión emocional, muy grande, que agradeces profundamente.

En los conciertos das las gracias a tu público con toda sinceridad. ¿Porque?
Porque sé lo que es el día a día de las personas, lo duro que es. Que la gente venga a tus conciertos es muy bonito. Que te hayan elegido a ti, venir un sábado o un viernes, con las miles de ofertas que hay, es de agradecer. También lo agradezco mucho más, por que sé lo que es tocar en garitos donde no te escuchan. Para mí que la gente venga y me escuche es maravilloso.

Hace poco hicistes una exposición de pintura y donaste tus cuadros.
Sí, pero me gustaría no tener que hacerlo. No creo en los actos de caridad. Ya pagamos impuestos. La gente debería estar atendida, investigación médica, sanidad, educación, todo eso debería pagarse con nuestros impuestos, para eso son. No me gustan los donativos que limpian conciencias. Prefiero una revolución pacífica que obligue cívicamente a los gobiernos a emplear el dinero en la sociedad, no en sus delirios, ni en sus ambiciones.

Te preocupa la situación actual.
Me preocupa la mala salud social, nos tiene mal a todos. Aunque yo tenga trabajo si a mi alrededor la gente no está bien, yo no estoy bien. La gente tiene que tener una vida digna, para eso damos nuestro dinero a los Estados y no quiero saber nada de avenidas que se abren ni obras nuevas, mientras haya niños que tengan que ser atendidos en comedores sociales. Lo que deberíamos hacer todos es salir a la calle y decir, señores, se acabó. El país con mas autovías de Europa y la gente pasando hambre… Soy absolutamente pacifista, rechazo totalmente la violencia, pero lo de Burgos nos ha gustado a todos.

Ahora estas trabajando en un nuevo proyecto. ¿Cómo te inspiras?
Me inspiro en la vida. La vida te inspira cada día. Si vives, no en una burbuja, sino a pie de calle como vivo yo, observas el mundo y eso es fascinante. La inspiración viene del día a día más normal. Siempre llevo una libreta encima para apuntar. Lo importante es que el motor no pare, que sigas aprendiendo y que mantengas esa ilusión por la vida.

¿Como es Manolo García cuando no está detrás del micro?. ¿Como eres en lo cotidiano?
No puedo parar, soy muy inquieto, es por eso que dedico muchas horas a la pintura, me relaja. También soy muy lector y con los años aun más.

¿Nunca el tiempo es perdido?
Como decía ese autor: “la tentación de existir”. Existir es una vocación, un aliento, algo que te impulsa, que te lleva. El tiempo nunca se pierde si eres una persona curiosa. Me asombra cumplir años y seguir sintiendo curiosidad por las cosas. Me gusta descubrir cosas nuevas y me gusta averiguar. Para mí, nunca el tiempo es perdido.