«Soy muy ecléctico y tengo un abanico amplio de querencias, de lugares a los que me gusta acercarme», cuenta Manolo García desde la bodega La Pineda, en la cale del Pi, una tasca que quedaba cerca de donde estudió el cantautor, en la Escuela de Artes Aplicada y Oficios Artísticos de la calle Avinyó.
Fuente: El País –
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