MG: Tiempos de insurrección

Manolo García triunfa en la plaza de toros de San Fernando con los ‘manoleros’ entregados, en un concierto lleno de mensajes comprometidos.

«¡Manolito, Manolito!». La familiaridad tiene estas cosas. Le quieren porque Manolo nunca les falla. Y porque les ha acompañado desde la adolescencia como la banda sonora de sus vidas. Manolito, aunque roce la sesentena. Ni Don Manuel (que lo merece) ni Manolo. Y esa complicidad volvió a ponerse de manifiesto en la noche del domingo. García estuvo torero en la plaza de San Fernando. Trepó por las torres de iluminación del escenario, saltó al ruedo (nunca mejor dicho) y se alzó sobre las barreras del coso isleño ante un público -básicamente de treintañeros para arriba- que lo llenó. «No solo venís, sino que estáis». Y rugieron sus incondicionales. El cantante barcelonés ofreció un soberbio espectáculo de dos horas y media, con varios amagos de acabar que fueron abortados porque los manoleros no se movían del recinto. Le conocen. Saben que estira los conciertos hasta el habitual cierre mexicano. «Sin ranchera no hay concierto», gritó Manolo García antes de ofrecer la última pieza.

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Fue una noche de mensajes. Los más poéticos, musicados, forman parte de su extensa discografía tanto en solitario como en aquellos grupos como ‘Los burros’, ‘Los rápidos’ o ‘El último de la fila’. Los verbales, entre copla y copla, mostraron al García más comprometido. Llamó a la Insurrección de la juventud a través de su mítico tema. «A los jóvenes, que son el futuro, no se les puede recortar», bramó el de la camisa negra. «Estar alegres es la defensa contra el apocalipsis que nos anuncian desde los medios de comunicación», dijo después de cantar Sombra de la sombra de tu sombrero, canción incluida en su último disco ‘Los días intactos’, motivo de la gira que hizo parada en La Isla. Criticó a los poderosos, banqueros y políticos, advirtiendo de que la base de la pirámide se puede volver en contra de la cúspide. Y tuvo palabras de apoyo para los mineros y los agricultores andaluces.

El repertorio se basó en las creaciones de su carrera en solitario, aunque hubo hueco para la nostalgia con Aviones plateados, A veces se enciende o Los ángeles no tienen hélices, de ‘El último de la fila’. Incluso Disneylandia, con la que abrió el concierto, tema de su etapa en ‘Los burros’. No faltó A San Fernando, un ratito a pie y otro caminando, muy coreada al igual que Malva, ni Pájaros de barro, emblema y punto de partida de su trayectoria en solitario.

Pasada la una de la madrugada, Manolo García se encontró con una sorpresa. Le entregaron el carné de socio número 1 del Club Deportivo San Fernando para la próxima temporada. Acabó su actuación vistiendo la camiseta del club isleño.

Fuente: Diario de Cádiz – ENLACE