Con las localidades agotadas desde hace varios días, el cantante y compositor vuelve a elegir Roquetas para abrir gira. Hoy, segunda cita a las 22 horas en el Teatro Auditorio.
Manolo García (Barcelona, 1955) regresa a una tierra que siempre le da buenas vibraciones. Anoche abrió la gira de su nuevo disco, ‘Los días intactos’, en el Teatro Auditorio de Roquetas y esta noche nueva cita, con entradas agotadas, a las 22 horas. Antes de arrancar concedió una entrevista a LA VOZ y SER Almería, de la que reproducimos un extracto. El contenido íntegro, este lunes desde las 12.30 h. en la sintonía de ‘Hoy por hoy’.
Elige Roquetas para otro inicio de gira. ¿Por qué esta localidad?
Siendo un primer concierto de gira, si la maquinaria -retoques de canciones, luces, sonido…- no está engrasada, si el ensayo general no está a punto, se correría el riesgo de que el público viese problemas o defectos. El Ayuntamiento y el Auditorio nos facilitan venir varios días antes, hacer un chequeo de que todo funciona bien. Con Roquetas y Almería tenemos este punto de cordialidad y cortesía; lo agradecemos y aquí estamos.
Pero su relación con esta tierra va más allá: hemos visto sus grabados, ha tenido relación con colectivos medioambientales… Almería le da buen rollo.
Por supuesto. Aquí hay uno de los grupos más activos, y más antiguos, de la península, el GEM (Grupo Ecologista Mediterráneo). Llevan a cabo una labor de cuidado medioambiental de la zona y siempre me he puesto a su disposición en la medida que he podido.
Llega a Roquetas con ‘Los días intactos’. Es inicio de gira y puesta de largo del disco…
Periódicamente, el músico tiene que crear, no puede evitarlo, nuevas canciones, compartir sus vivencias, quimeras, delirios, aciertos y desaciertos. Éste es mi caso: cada dos o tres años tengo canciones que voy componiendo y dan forma a un trabajo, como este ‘Los días intactos’.
Es un trabajo realizado entre Estados Unidos y España.
Sí, mitad y mitad. Parte está trabajado con músicos que están en esta presentación y otra parte, siete canciones, la he trabajado allí, con músicos norteamericanos veteranos que conocía porque habían estado en discos que me gustan.
Hay temas muy comprometidos.
Siempre hay un compromiso. La música tiene una parte lúdica, que acepto, valoro y disfruto, pero en mi caso siempre hay una parte social. A veces hay que leer entre líneas pero siempre hay una inquietud social, casi política. No me considero un cantautor al uso pero sí que en el fondo en mis letras, detrás de una intención poética de primera línea, hay una parte de queja o de aceptación de situaciones magníficas, que también se dan.
También debe ser un compromiso actuar ante un auditorio con las entradas agotadas…
Hombre, es un compromiso que hace que acuda a un mercadillo en Roquetas para comprarme dos bufandas y unos guantes pensando que me voy a constipar (risas). Es algo mental, un ‘no puedo fallar’ que te puede bloquear. Que esté todo vendido y la gente confíe en ti es una alegría pero también un compromiso muy serio.
¿Cómo es la puesta en escena?
Para mí, las tablas son sagradas: desde muy jovencito quería ser músico y sigo queriendo ser músico, lo cual no sólo me sorprende, por cómo está la vida, sino que me alegra muchísimo. Cada año que acometo nuevas canciones, nueva gira, le da sentido a mi vida, porque sé que voy a poder compartir emociones y sentimientos.
¿Y qué se encuentra el público sobre el escenario?
Siempre intento hacer un escenario que sea mi casa y poder invitar a los que acudan a entrar a esa casa. Intento diseñar un lugar mágico, de cuento, donde la gente sueñe durante un rato y se deje llevar. Lo hago de manera sencilla, sin despliegues de tecnología. Con muy poquito, papeles, tijeras, cartulinas, plásticos brillantes y cuatro cosas compradas en una ferretería, se logra un gran resultado.
Fuente: La Voz de Almería – ENLACE