Surrealismo, lirismo y ecología: cómo El Último de la Fila sedujo a las masas hace 35 años

El 1 de abril de 1990 publicaron ‘Nuevo pequeño catálogo de seres y estares’

Pocos grupos ha habido en la historia del rock español tan inclasificables como El Último de la Fila. Su carrera discográfica, no especialmente larga (diez años, entre 1985 y 1995), cogió a todo el mundo con el pie cambiado. No pertenecían a la nueva ola, que había dado sus mejores frutos poco antes, y tampoco se les podía encuadrar en la corriente del flamenco-pop, pues realmente su música, aunque con marcados giros sureños, poco de flamenco tenía. Y aun así, su éxito fue mayúsculo y quedó ratificado hace ahora exactamente treinta y cinco años con su cuarto disco, Nuevo pequeño catálogo de seres y estares (1990).

El cantante Manolo García y el guitarrista Quimi Portet eran, desde los inicios del dúo, dos veteranos baqueteados del rock catalán. Habían militado, cada uno por su cuenta, en diferentes formaciones de ínfima repercusión, como Los Rápidos o Kul de Mandril, y en 1983, dada la buena química entre ambos, se habían juntado bajo el nombre de Los Burros, con el que publicaron ese año el disco Rebuznos de amor. Tampoco salió bien parado ese trabajo en términos comerciales, por lo que, tras conseguir un contrato con una pequeña compañía de Barcelona llamada PDI, reaparecieron en 1985 como El Último de la Fila.

Cómo consiguió el dúo conectar con el gran público es algo digno de estudio, pues El Último de la Fila no practicaba exactamente un rock comercial. Mezclaba rock y maneras aflamencadas, con letras surrealistas y recargadamente poéticas que ni después de varias escuchas se entendían. Pero el caso es que hubo una amplia porción de la audiencia que supo apreciar lo que de bueno tenían, y sus tres primeros discos, en ese sello catalán, obtuvieron creciente repercusión. Temas como Insurrección, Sara, Querida MilagrosAviones plateados, de esa etapa, pueden considerarse clásicos del rock español de los ochenta.

Empezaba a resultar evidente que El Último de la Fila podía llegar aún más lejos, pero no en el modesto sello catalán, por lo que para su siguiente trabajo, García y Portet aceptaron la oferta de la multinacional EMI para publicar allí su siguiente disco, aunque con el control de su propia compañía, Perro Records. El resultado apareció en marzo de 1990 con el título de Nuevo pequeño catálogo de seres y estares, y no hay duda de que marcó un antes y un después en la trayectoria del dúo.

Durante nueve meses estuvieron grabándolo en estudios de Barcelona, Madrid, Francia y Francfort, bajo la producción de García, Portet y el estadounidense Charlie Midnight (nominado un par de años antes a los Grammy como compositor por un tema para James Brown). Podría pensarse que, en su afán por abarcar aún más público, El Último de la Fila se habría decantado por un estilo más fácil y directo; no fue así.

Nuevo pequeño catálogo… era menos rockero que los álbumes anteriores, más cercano al pop, contenía mayor presencia de teclados y sintetizadores, aunque, desde luego, el toque andaluz seguía presente en la voz de Manolo García. Su gusto por el absurdo estaba presente incluso en la portada, que mostraba al dúo sumergido en una piscina, trajeado y con Portet luciendo gafas de sol y Manolo sosteniendo un incongruente pato de goma.

Enmarcado por dos pasajes instrumentales, el disco guardaba varias joyas, como Músico loco, que narraba una despedida amorosa a causa de las obligaciones artísticas del narrador, y la obtusa Cuando el mar te tenga, que parece hacer referencia a la mezcla del hombre con la naturaleza. Canta por mí, que lideró la lista de LOS40 el 16 de junio de 1990, aborda la búsqueda de la felicidad en las cosas sencillas de la vida, como la naturaleza y la poesía. El ecologismo fue importante en ese disco, que sacó en su contraportada los logos de una veintena de ONG. El álbum llegó al número uno de los más vendidos en España, consolidando el estatus del dúo, y le brindó una larga gira por todo el país, Europa y Latinoamérica.

Fuente: Los 40 – Surrealismo, lirismo y ecología: cómo El Último de la Fila sedujo a las masas hace 35 años | LOS40 Classic | LOS40