El artista, que ha colgado el cartel de ‘no hay billetes’ para su cita en el Palacio de los Deportes, dice que un regreso futuro de El Último de la Fila «no es imposible pero sí improbable»
«El Rocío es el pueblo que más me gusta de España por una razón: porque las calles no son de asfalto ni empedradas sino de arena», destaca en la entrevista
«Diría que soy más feliz y que tengo más ilusión que cuando empezaba en esto porque ahora soy más consciente de la suerte que tengo, reconoce
Manuel García García-Pérez (Barcelona, 1955) es para todos, porque casi que es como de la familia por su humildad, simpatía y cercanía, Manolo García. Camino ya de los 70 años, que se dice pronto, asegura, en esta entrevista concedida a Huelva24.com desde el tren y poco antes de llegar a la capital onubense, que sigue teniendo, no la misma ilusión que hace ya casi medio siglo, cuando empezó en el mundo de la música, sino todavía mucho más. Un ejemplo sin duda de vida, de lucha y de amor por una profesión en ocasiones maltratada. Aunque él no sólo es músico sino un polifacético artista que también por ejemplo pinta a las mil maravillas. Sinónimo de ‘cultureta’ con mayúsculas.
Va a seguir ‘dando la vara’ y emocionando a la gente con sus canciones en los escenarios hasta que el cuerpo aguante, y con la tralla y mentalidad que tiene apunta a ser todavía (afortunadamente) durante mucho tiempo más. De momento los aficionados onubenses a su música están de suerte. 5.000 de ellos se darán cita este viernes (Palacio de los Deportes Carolina Marín, 21.00 horas) para disfrutar de un concierto de su ‘Gira de Teatros’ para el que ha colgado el ‘cartel de no hay billetes’. A buen seguro que no les defraudará en una cita en la que irá de menos a más y que llegará con alguna sorpresa. Porque Manolo García es así. La emoción está asegurada. Pasen y (lean) vean.
PREGUNTA.- Para ir calentando motores, ¿qué se va a encontrar la gente que acuda este viernes a su concierto en Huelva?
RESPUESTA.- Será un concierto en el que presentaré algunos temas de los dos últimos discos que he compuesto (Mi Vida en Marte y Desatinos Desplumados), pero luego lógicamente repasaré también otros de toda mi trayectoria, una cosa que es difícil de hacer porque he trabajado ya en más de 300 canciones. Son seis o siete discos con El Último de la Fila, nueve míos en solitario y algunos también de Los Rápidos y de Los Burros. A veces cuesta hacer las listas por descartar, y reducir una cantidad de canciones inmensa a unas 23 ó 25 que al final son las que acabas cantando no es una tarea fácil.
P.- ¿Y qué mensaje le daría a los que van a estar allí aplaudiendo y cantando sus canciones?
R.- Para mí hay una cosa que menciono siempre. De hecho la gira que voy a empezar en breve, que va a ser grande, tiene un título digamos de llamada. Es algo así como ‘paremos ya de contaminar con las energías fósiles’. Yo les diría que cuiden mucho la provincia dentro de las posibilidades de cada uno, que lleven una vida relajada y que tirar un poquito a veces de lo espiritual es conveniente y no todo tiene por qué ser material.
P.- ¿Tiene el mismo nerviosismo cuando actúa delante de 200 personas que cuando lo hace, como por ejemplo va a ocurrir en Huelva, ante 5.000?
R.- No pasa nada. Antes de un concierto nunca tengo nervios. Para mí subirme a un escenario es la casa en la que he elegido estar. Siempre hay un punto de preocupación por la necesidad de que todo vaya bien porque lógicamente no todo depende de ti y puede haber imponderables técnicos y tú ahí estás en el aire. Pero a mí no me preocupa el momento previo porque yo salgo alegre al escenario y nunca salgo crispado ni nervioso. Salgo con la certeza de que nos espera un rato agradable en un bálsamo del día porque los días pueden sucederse de diferentes maneras y hay momentos para todo, pero generalmente se desarrollan con rutinas y hábitos que no despiertan el ánimo. Actúas a veces adormecido y de manera mecánica en la vida. Cambias la rueda del coche en el taller, vas a comprar al supermercado, sacas a pasear al perrito… No es nada emocionante y por eso uno sube al escenario con la sensación de que se dirige hacia algo emocional.
P.- ¿Dónde encuentra la motivación para tener la misma ilusión cuando se sube a un escenario que cuando empezaba? No debe ser fácil llevando ya tantos años en esto…
R.- Bueno, está el amor por el oficio y la certeza de que elegiste bien cuando en la mocedad tienes un poco el mundo ante ti. La elección a veces es dificultosa pero yo tuve bastante puntería al elegir este mundo. Nunca pensé que quería ser rico ni famoso. Empecé con grupos de baile y con orquestas y pasé diez años en esta actividad que fueron muy felices para mí. Y entonces empecé a pensar que me urgía trabajar en tener un diálogo con el mundo y aquí seguimos con este oficio.
P.- ¿Qué queda del Manolo García de Los Rápidos y de Los Burros?
R.- Siendo la misma persona queda la ilusión por la música y sobre todo por las canciones. Este miércoles por ejemplo estuve todo el día trabajando en un pequeño estudio y grabando y fui completamente feliz. Yo diría que más que cuando empezaba en esto porque soy más consciente de la suerte que tengo.
“A mí el Sur me toca la fibra. Esa forma de ver las cosas de manera sencilla y tranquila concuerda con mi sentir de la vida”
P.- ¿Qué tiene de andaluz Manolo García?
R.- Mis raíces familiares vienen de una tierra por así decirlo cruce de fronteras. A día de hoy confluyen cuatro provincias, Murcia, Albacete, Jaén y Granada, en esa punta. Y en tiempos no demasiado remotos, tan solo unos pocos siglos atrás, eran reinos de taifas. Fueron el Reino de Granada, el de Denia, el de Murcia…, y es un pasado muy cercano y Andalucía tiene bastante, por ser el último territorio musulmán en la península, de reino andalusí. Y eso también influye a nivel cultural en la música, aunque por ejemplo dicen que el flamenco viene de la India. Pero bueno, en esta tierra está ese toque de la música con entonaciones más orientales. Hay algo subyugante que capta y eso lo llevo puesto, no sé por qué. Como prácticamente a todo el mundo, me gusta la música anglosojana, que es la que impera ya desde hace bastantes décadas, pero luego hay otra parte sureña, en el caso de nuestra península, que también me atrae. A mí el Sur me toca la fibra.
P.- Y esta tierra ha influido en el estilo musical de parte de sus canciones y en muchas letras de las mismas.
R.- A veces uno se hace una idea personal de lo que sería el hedonismo y un mundo en el que los seres humanos pudiesen vivir a un ritmo más lento. Ese punto de mayor languidez sureña, y el clima también, provoca que se tenga una mayor tranquilidad, y eso concuerda con mi sentir de la vida. Llevamos una actividad frenética normalmente en nuestro día a día y por eso pienso que la gente que vive de una manera más pausada y relajada tiene razón. Opino que son los que mejor van y los prefiero a la gente que va con frenesí y al capitalismo y a la gente radical que lleva hasta el extremo las proclamas y las urgencias de sus submundos. Creo que están en un error porque la vida es un sueño, como dijo Calderón, y pasamos del sueño en un frenesí. Por eso la cierta pereza y lentitud, y con esto no quiero decir para nada que la gente del Sur sea perezosa, y esa manera de ver la vida de manera tan sencilla y pensando en trabajar para vivir y no en vivir para trabajar, completamente es algo que me gusta.
P.- ¿De Huelva capital o provincia conoce algo?
R.- Conozco un poco lo que es la zona del coto de Doñana y El Rocío y creo que es el pueblo que más me gusta de España por una razón, y es porque las calles no son de asfalto sino de arena. Yo odio el asfalto y que los pies humanos pisen el duro asfalto. Es un sufrimiento y a mí me gusta la tierra y la hierba. Un sitio sin adoquinar y sin empedrar ni asfaltar como es El Rocío es lo más bonito del mundo, como era el antiguo Oeste.
P.- ¿Cómo ve el panorama actual con tanta corrupción política, con los chavales todo el día metidos en redes sociales desde muy pequeños, con el cambio climático que se está cargando el planeta…? Parece que cualquier tiempo pasado fue mejor, ¿o es optimista de cara al futuro?
R.- Creo que la esencia humana no ha variado mucho con el paso de los miles y miles de años. Es muy concreta y pienso que no hemos avanzado. Ha habido unas mejoras en diferentes ámbitos y podría decirse que las cotas de progreso disimulan mejor el primitivismo de la precariedad y de lo incierto de nuestras vidas. Pero, aunque hay avances fascinantes y muy convenientes, la estupidez humana y la crueldad siguen campeando, y a las pruebas me remito. Pero decir que antes era mejor que ahora no sé… Siempre hemos acabado a garrotazos. Desde que bajamos de los árboles los monos se peleaban por los frutos y ahora peleamos por las tierras y por la nada. Porque al final todo el mundo lo que se va a llevar al otro mundo es eso, nada.
«En los años setenta había unos fogonazos potentes de música porque aún no se movía tanto dinero, pero a partir de ahí la industria es la que manda»
P.- A nivel musical, ¿qué escucha últimamente?
R.- Yo sigo oyendo a Lole y Manuel, a Camarón, últimamente me ha dado por oír a Paco de Lucía, y los Killers para mí son la ostia.
P.- ¿Qué le parece el presente y el futuro de su gremio? ¿Cómo ve el panorama?
R.- Me da igual el panorama. Ahora lo que se prioriza es la industria. En los años setenta había unos fogonazos potentes de música porque aún no se movía tanto dinero con la música. Pero desde que se empezó a mover la industria es la que manda, la que paga, la que manipula… Pero música buena claro que hay y siempre la va a haber. Los humanos siempre vamos a tener esa capacidad, que es un pequeño regalo de los dioses en este valle de lágrimas. El arte y la cultura siempre generan un aporte nuevo y viene gente joven que abre su caja de posibilidades y nos la muestra.
P.- ¿De dónde le viene la inspiración para componer?
R.- De la sensibilidad, de tener ojos en la cara y de esa cosa que nos aporta la vida de que tienes algo de observador. Esa acumulación de información, de conocimiento, de datos emocionales, de lo que ves, de las giras, de lo que te cuentan… al final hay que sacarlas por algún lado porque si no explotan. En definitiva, de esa tentación de seguir existiendo.
P.- ¿Y ahora mismo está componiendo? ¿Puede haber pronto nuevo disco en el mercado?
R.- Este año con tantos conciertos tengo puesta ahí la energía pero música nueva sigo haciendo a ratos, como por ejemplo este miércoles que estuve en el estudio. Yo soy de los que cocina a fuego lento y no corro. Generalmente para un nuevo disco siempre pasan dos o tres años. Si ahora mismo no tuviera conciertos estoy bastante peleón y cojo carrerilla, pero al tener conciertos cada semana la cosa cambia. Pero bueno, en cuanto pueda me pondré porque mis ganas de componer no solamente no han menguado sino que han crecido y tengo libretas llenas de cosas que escribo, de grabaciones caseras con tonterías que se me ocurren. Son chorradas de fragmentos de un minuto, melodías, dos acordes… Pero de cien cosas que grabo a lo mejor van a prosperar tres. Estoy en ello y no puedo parar. Digamos que por donde voy llevo mis ganas.
«Mis ganas de componer no solamente no han menguado sino que han crecido y tengo libretas llenas de cosas que escribo»
P.- Como podía esperarse, el recopilatorio que sacó en Navidad junto a Quimi Portet con canciones míticas de El Último de la Fila ha sido un gustazo para vuestros seguidores…
R.- Nosotros tampoco nos planteamos eso como una cuestión comercial. Fue más bien una cuestión de una reunión de almas, de dos personas que se juntan y con la excusa de grabar unas canciones cae un arroz, un vaso de vino, unas risas… Así que fue tratar de llenar unos días de una forma muy bonita, simpática y agradable y con la satisfacción que da saber que tienes canciones que han gustado y que algunas de ellas forman parte un poco del imaginario de este país a nivel musical. Así que muy mal se tenía que dar, con la ilusión que tiene la gente, para que lo que hiciéramos juntos Quimi y yo no gustara mínimamente. Pero sobre todo fue algo muy divertido y muy entrañable.
P.- No le voy a preguntar por si hay posibilidad de que os volváis a juntar para grabar de nuevo un disco de El Último de la Fila casi 30 años después, pero sí por si hay alguno opción de hacer juntos una pequeña gira de conciertos que seguro que sería todo un regalo para los nostálgicos.
R.- Es que lo que pasa es que al dejar El Último de la Fila ninguno de los dos dejó la música para dedicarse a otras cosas, con lo cual no hay esa necesidad de decir ‘llevó 25 años dedicándome a trabajar en una empresa y ahora me apetece volver a tocar en El Último…’. No, hemos seguido igual. Quimi desde entonces ha hecho 11 discos y yo nueve hasta el día de hoy. Él mayormente lo ha hecho en Cataluña porque él canta en catalán, y yo también he seguido con lo mío, con lo cual no es imposible pero sí improbable. En esta vida no hay nada imposible.
Fuente: Ricardo Ubric – Huelva 24 – Manolo García: «Siempre hemos acabado a garrotazos. La estupidez humana y la crueldad siguen campeando, y a las pruebas me remito» (huelva24.com)