Carta a Manolo García: Shoganai (Jose Lucena)

Shoganai es una expresión japonesa que significa: “No se puede evitar”. Sencillamente hay cosas que quedan fuera de nuestro control y no queda más que aceptarlas.

Hay multitud de declaraciones, entrevistas, escritos del maestro García que atestiguan el dolor que le produce suspender un espectáculo. Es consciente de la emoción anticipatoria, del laborioso tachar de días, de la ilusión atesorada. Creo que más de uno ha guardo la entrada tan bien, que no la encontraba. Que ha ido a revisar la hora de inicio. El día. El lugar.

Manolo es más que consciente.

No ha olvidado sus viajes en autobús buscando compañía, sus actuaciones en salas pequeñas donde cuatro gatos eran testigos de excepción de una semilla que traería el fruto de la rama más alta, ni el traqueteo de furgoneta hasta el rincón más recóndito y oscuro, ni por supuesto, en su corazón de espectador, el tesoro que supone ese día consagrado a la alegría … García antes de decidir una cancelación debe pesar en su balanza invisible y simbólica, los puestos de trabajo que se aplazan, el brillo de las sonrisas que se apagan, los esfuerzos individuales , económicos, familiares, emocionales … Habrá más de uno que piense que es una exageración pero estamos hablando de un artista que invoca la poesía y conjura la música. Un alquimista capaz de preparar las pócimas más delicadas, esas que arrastran en su marea al espíritu y dejan doblegada más de una voluntad.

Estos ingredientes no son de cualquier guiso.

Arrancó la gira con distancia física al público- nunca emocional-, con el temor de mantener a salvo su salud y poder entregarse desde el escenario, pero la pasión se desborda, pero la fiebre se entreteje y anega. Poco a poco se fundió con nosotros, no resistió la distancia, sucumbió a tanto cariño.

Pero ¿quién puede con la frágil condición humana? ¿Quién está por encima de la insoportable levedad del ser? La respuesta es inequívoca; lo primero es la salud, esa es la casilla de partida de cualquier actividad.

Ahora toca descansar, recuperarse de verdad, no poner parches en la embarcación y dejarse arrastrar. Estos dos conciertos serán una anécdota que devore el tiempo y la antesala de un retorno lleno de energía luminosa.

Somos el puerto que espera, el corazón que resiste, la garganta que atrona. Estaremos aquí hasta tu vuelta, no sufras, eres como la marea que retrocede para adentrarse vigorosa en tierra.