Manolo García, cantautor: «Quiero seguir escribiendo en pos de esa canción perfecta que nunca conseguiré»

«Las redes sociales no me interesan»

El veterano cantautor Manolo García vuelve a tocar en las Islas tras años de ausencia con su gira Todo es ahora. Desde 30 euros se podrá disfrutar del barcelonés el próximo jueves día 30 en el pabellón Santiago Martín de La Laguna y el sábado 2 de julio en el grancanario Auditorio Parque San Juan de Telde.

¿Qué nos trae en esta gira?

Ha ocurrido algo poco habitual en mí y es que ha pasado tiempo desde que publiqué el último disco y salí a la carretera. Con lo cual, más que presentar el disco lo que hago es tocar mis canciones, un repaso general de toda la discografía. Traigo una banda bastante nutrida, la habitual mía más algún añadido. En Canarias hace como cinco años que no estoy y por eso en esta gira, de unos 16 conciertos, he querido tocar en Canarias. Lo pedí expresamente porque me apetecía. Cuando he ido me he sentido bien, las Islas me gustan y pensé que había un interés por parte de un sector del público en las Islas que querría que fuese y yo, encantado.

¿Qué recuerdos tiene de sus ultimas citas en las Islas?

Siempre me ha gustado ir a las Islas. La verdad es que vivís de otra manera. Tengo la sensación de más placidez, de un discurrir más lento del tiempo y son cuestiones que a mí me interesan mucho. Las giras desde fuera pueden parecer que son un trabajo pero para mí son un momento mágico: reencontrarme con las canciones y el público dispuesto a la felicidad, a estar a gusto, a la evasión, a la ensoñación… Mi reencuentro con el público de las Islas puede ser lo que ya he sentido las otras veces: alegría, ganas de baile, fiesta y dejarse llevar, sentir que el tiempo no existe.

Viene de una gira en espacios cerrados, más intimista, y ahora vuelve a los grandes conciertos, ¿qué es lo que más le gusta de cada formato?

Cada manera tiene sus pros y contras. Quizá en los espacios pequeños el acercamiento, la proximidad física es un punto a favor y el sonido suena mejor, y el concierto grande lo que tiene de bueno es la energía, aflora más la fuerza y te dejas llevar por la necesidad que te da el espacio de hacer más ruido, bien entendido, y llegar más lejos. Me gusta ir alternando los formatos, según se me demanda.

Aun siendo en espacios abiertos sigue agotando entradas, ¿cómo se vive sabiendo esto?

Agotando entradas en ciudades muy grandes donde hay más público, en las pequeñas cuesta más. A todo el mundo le cuesta mucho comprar una entrada. A los lugares con menos densidad poblacional acude menos gente, solo los que están realmente interesados en ese artista o música.

Da la sensación de que ahora, con la bajada de ventas de discos, el artista tiene que darle más peso al directo.

Al final el músico de algo tiene que vivir. Con los discos la cosa se ha terminado con la irrupción de internet y las ventas digitales. Todo esto ha dejado al mercado del disco en el aire. El músico no se gana la vida como antes, vendiendo discos, sino que tiene que salir a la carretera quiera o no quiera. Yo salgo muy a gusto cuando salgo, tampoco estoy siempre en gira porque no me interesa que mi vida se convierta en una estancia continua en aeropuertos, hoteles, estaciones de tren, coches, autopistas… Una de mis formas de vivir es con la música, pero tengo otra, por ejemplo pintando, yo ahora mismo estoy hablando contigo y estoy pintando un cuadro con un pincel. Me gusta, preparo exposiciones… Me llena de una manera muy vital. La tela o el papel en blanco es para crear mundos y empezar a imaginar… Salgo a la carretera a gusto y genero trabajo.

¿Las giras le cortan esa pulsión creativa de pintar o componer?

Claro, hay que acostumbrar a la energía. Quien mucho abarca poco aprieta. Estando en gira es muy raro que puedas ponerte a componer porque tienes la energía puesta en la carretera, los conciertos, el día a día, de ciudad en ciudad. Generalmente cuando acabas la gira es cuando te pones a componer. Yo a veces hago locuras, ahora mismo también estoy componiendo a ratos, los días libres me pongo a hacer canciones nuevas. Como mi oficio me gusta desde de que tengo uso de razón… Recuerdo que con seis años yo ya cantaba en el coro del colegio y siempre he tenido oído musical y sentido del ritmo. Con el paso de los años, al ver que mi propuesta musical y artística llegaba a un sector del público aficionado me he crecido y de alguna manera me siento útil porque.

La forma de entender la música ha cambiado, ¿lo ha hecho su proceso creativo?

Sí porque antes trabajaba de una manera más sencilla y matemática, sabía menos. Ahora disfruto de la práctica de lo anárquico, picoteo: Empiezo una canción, otra, escribo un texto… He aprendido que así es más divertido. Antes hacíamos discos como máquinas, ahora me puedo permitir el lujo de ir a mi aire pero eso no quiere decir que no trabaje. Estoy continuamente en el tajo, probando, investigando y viviendo para hacer canciones. Mi necesidad de hacer canciones y pintar es muy grande y para eso necesito vivir, leer, ver películas, hablar con los amigos… existir. Eso me aporta nutrientes emocionales e intelectuales y luego desarrollo mi música a partir de vivencias, ensueños, conocimientos, lecturas… Me he propuesto que la vida no solo es labor, trabajo, generar dividendos, producir para comer y pagar a Hacienda y mantener a un Estado que a veces nos mete miedo, nos joroba la vida y nos hace los días grises. Cada día hay que sacar un trocito de sonrisa a la vida. Para mucha gente es angustioso porque las prioridades son brutales: hay que trabajar y ganarse la vida. El que tiene familia tiene que mantenerla, comprar zapatos para sus hijos, mandarlos a la escuela… eso es lo más importante pero también hay que luchar para cada día sonreír un poco y ese padre de familia o maestro de escuela tiene que hacer que la gente joven que le rodea vea el brillo de la vida, para que no entren en ella por una pista oscura de tensiones, nervios, estrés, miedos, malas noticias… La vida también es tumbarse al sol, pasear, no hacer nada. Las prioridades tienen que ir de la mano de vivir. Suerte tiene el que trabaja en algo que le gusta porque a la vez que trabaja está viviendo y el que trabaja en algo que no le gusta entiendo que tiene que asumir su situación con dignidad pero buscar sus pequeños espacios para respirar.

Las redes sociales se han convertido en la gran herramienta de muchos artistas, ¿cómo ha llevado este cambio?

Personalmente no me interesa. El camino que tengo que hacer lo hago según mi intuición y maneras pero no necesito más difusión. Las páginas son útiles para informar pero tampoco tengo interés en estar a todas horas explicándome y dando noticias. Antes de internet también se hacían discos. A mí no me interesa internet, todos mis respetos para los que lo usan, yo como artista lo utilizo a una intensidad bajísima. Me puede interesar un artículo de prensa que no he podido comprar en el periódico pero para nada estoy pendiente de lo que se dice o hace. En eso quizá soy un poco antiguo pero cada uno es como es y yo puedo vivir perfectamente sin internet. Mi móvil lo atiendo los martes y los jueves y de resto de días lo tengo apagado; quiero ser libre y no estar atado a una cantidad de veleidades y de conversaciones mortecinas e inútiles.

¿Tiene alguna espina clavada?

Quiero seguir cantando y componiendo en pos de esa canción perfecta que nunca conseguiré pero en ese intento pretendo ir mejorando mi propuesta y disfrute musical. La vida tecnológica e industrial a veces duele y la natural, esos parajes donde la vida es pura y limpia, cada vez está más alejada de nosotros.

Fuente: La Opinión – ENLACE