Manolo García: «Siempre he sido un embaucador nato»

El barcelonés vuelve a los grandes escenarios para celebrar los 35 años de su primer álbum con Los Rápidos

Manolo García (Barcelona, 1950) está en plena forma. Sigue siendo uno de esos valores seguros de la música española, con décadas de trabajo y grandes canciones a sus espaldas, capaz de agotar entradas allá por donde va. Para celebrar los 35 años desde que publicó su primer disco con Los Rápidos, ha iniciado una ambiciosa gira («es un regalo que me hago, un premio») que sirve como presentación de los temas de Todo es ahora, su último álbum, y como repaso a su dilatada y exitosa trayectoria.

Pasan los años, pero conservas exactamente la misma voz, ¿cómo lo haces?

Y eso a pesar de que llevo quince días ensayando y cantando sin parar, debe ser que tengo esa suerte. La verdad es que no cometo demasiados excesos, sólo los justos, y eso ayuda.

Llevas mucho tiempo sin pisar grandes recintos, ¿impone volver a ponerse frente a tanta gente?

Nadie está libre de una cierta preocupación, aunque sólo sea por pundonor profesional, porque eres consciente de que miles de personas han comprado su entrada hace ocho meses. Y tú no la puedes pifiar, no puedes estar afónico, ponerte enfermo… esa es la preocupación, cumplir con toda la gente que va a verte. En lo musical ya te cubres las espaldas, vas con gente muy competente, con músicos que no te van a fallar. Pero siempre es un reto, a pesar de los años que lleves haciendo esto nunca puedes dormirte y pensar que está todo hecho. Hay mil imponderables ante los que puedes sucumbir, así que sales al escenario con la sensación de «ojalá vaya bien». En cuanto empiezas a tocar todo empieza a funcionar y ya te dejas llevar por la riada emotiva.

Manolo García – Caminaré (videoclip oficial).

¿Lo de hacer una gira con dos bandas es chulería?

Es un regalo que me hago porque este año se cumplen 35 desde que empecé en esto de la música. Entre Los rápidos, Los burros, El Último de la Fila y mis trabajos en solitario llevo ya 20 discos y esta gira es como un premio. Cuando grabé con esta banda americana en Nueva York hubo tal conexión y fue todo tan natural que pensé, «¿por qué no me los traigo a tocar?». Pero claro, luego pensé en mis chicos de aquí y no podía dejarlos apartados, así que es una manera de ofrecer algo nuevo a la gente. Al público hay que sorprenderle, a enamorarle de nuevo.

¿Te acuerdas de la primera vez que te subiste a un escenario?

Perfectamente. Tenía 13 años y era un embaucador nato, un liante. Había un grupo de chicos en mi barrio de 16, 17 años, que tocaban muy bien. Me ofrecí como cantante y les convencí de participar en un concurso de bandas de rock en una discoteca. «Pero si no estamos preparados», me decían. Y yo: «pero si tocáis de maravilla». Yo era el más novato y el más convencido de que podíamos ganar. Tocamos una canción de la Creedence, una de Free y una composición nuestra y al final quedamos los terceros de 27 bandas. Fue la leche. Y desde entonces no he parado de componer, de estar en bandas, toda mi vida.

No puedes parar…

No, porque me gusta. Por eso lo dosifico. Dime lo que más te gusta y te diré lo que puedes llegar a odiarlo. Mis tiempos me los marco yo. Ahora hace casi cuatro años que no hago una gira como tal. Paso mucho tiempo pintando… no soy capaz de aburrirme. Me sueltas desde un helicóptero en el Sáhara, metido en un saco y atado con cadenas, y te monto una churrería en cinco minutos. Mi trato con mi compañía de discos siempre ha sido muy dulce. Ellos siempre me han dicho «preferimos que nos entregues un disco muy bueno cada siete años que uno horrible cada año». Esa lógica es aplastante.

Arena en los bolsillos se grabó en Londres, luego fuiste a París, Brasil, Creta, y en los últimos dos discos a EEUU. ¿El viaje forma parte del espíritu de cada disco?

«Me sueltas desde un helicóptero en el Sáhara y te monto una churrería en cinco minutos»

Cada disco es un viaje, físico y emocional. Trabajas con músicos de otro calado, otro aliento, otro pulso. Es un aprendizaje, una diversión, entrar en mundos sonoros diferentes que te dan otra posibilidad compositiva. Aprovechas la sonoridad y la capacidad de cada músico. Tampoco te negaré que me gusta mucho viajar, no le hago ascos a la carretera. Con mis pausas y mis descansos, pero yo soy nómada por naturaleza. Esa es mi manera de entender la profesión. Siempre seré músico, es algo que te sobrepasa. Con esos 14 señores en el escenario, llega un momento en que se te ponen los pelos de punta, porque como músico valoras lo que hace cada uno, ese punteo, ese redoble… Esa es la vida del músico, disfrutar y que el público disfrute. No hay nada más grande para mí.

Siempre te ha preocupado la ecología, ¿estamos a tiempo de cambiar las cosas?

Yo no soy científico, pero creo que habría una solución. De igual manera que ante una final de un Mundial de fútbol hay 5.000 millones de personas pendientes del resultado, veo a toda esa gente saliendo a la calle para decirle a la clase política de todo el mundo «hasta aquí, se acabó». Si la población mundial fuera consciente del problema, los políticos tendrían ante sí un huracán humano de tal magnitud que tendrían que obrar en consecuencia. Como no es así, pues ellos y las grandes corporaciones siguen a lo suyo: avanzar, avanzar, progreso, progreso… Progreso mal entendido, porque progresar es vivir en paz, en una sociedad justa, equitativa, trabajar menos, no estar en manos de la burocracia ni de las cien mil zarandajas a las que nos someten. Nos tienen como a los indios de las praderas, entretenidos con canicas y cuentas de vidrio. No hace falta tanto para vivir. Vivimos de espaldas a la naturaleza y ya estamos pagando esa factura. En la cumbre de París no he visto ningún cambio sustancial. Cosas tan brutales como que los países paguen para contaminar más, ¿pero qué cojones es eso? La confluencia de cambio climático, demografía en aumento y energías fósiles puede ser un triángulo terrible. En el horizonte cercano los científicos hablan de sequías, cambio de modelo alimentario… La élite mundial del poder lo sabe, ¿por qué no empiezan a tomar medidas urgentes? ¿Qué son, trozos de plástico o de metal?

El cantante durante su actuación en el Festival Rock in Río 2008. Foto: Alberto Di Lolli.

«Mentes de páramo gélido» les llamas en Subo escalas, bajo escalas. ¿Hay remedio?

Pfff, está complicado. Cuando quieren, lo controlan todo. «Es por tu seguridad», te dicen. Pero en las cosas que realmente nos afectan a todos, como el cambio climático, no hacen nada. En lo realmente relevante les importa una mierda nuestra seguridad, la de sus hijos y la de todo el planeta. Es un problema global, el más gordo de todos. ¡El problema!

¿Consideras injusto que se siga hablando tanto de Manolo García y nos acordemos tan poco de Quimi Portet, la otra mitad de El último de la fila?

Es una circunstancia a la que yo soy ajeno. Él ha optado por grabar en su lengua materna, cosa que yo respeto absolutamente, pero eso implica que llega a menos público potencial. Siempre he sido admirador de su manera de hacer. Los cientos de canciones que hemos compuesto juntos, como Un burro amarrado a la puerta de un baile oInsurrección, son fruto del buen equipo que hacíamos, de lo bien que nos lo pasábamos. Él hacía bases, yo melodías, utilizábamos textos de ambos, pero luego a la hora de separarnos cada uno cogió una vía. Claro que me gustaría que se difundiera más su tarea, pero ten en cuenta que en Cataluña y Valencia lo conoce todo el mundo. Yo sigo siendo muy amigo suyo. Ese último concierto en el que revivimos a Los rápidos y Los burros fue un gustazo, señal de que aunque haya pasado mucho tiempo nos seguimos entendiendo a la perfección.

Ensayo general

Dos semanas antes del inicio de la gira Todo es ahora, La Luna de Metrópoli asistió al ensayo general de unos conciertos muy especiales. Además de los centenares de plantas (auténticas, no de plástico) que rodean el escenario, García estará acompañado por hasta 14 músicos, y dividirá el evento en dos partes bien diferenciadas: una con la banda americana con la que ha grabado sus dos últimos discos, cuyas canciones protagonizarán el repertorio inicial, y otra con el grupo español que le ha acompañado en anteriores giras, con el que revisitará sus grandes éxitos en solitario y algunos de los temas más memorables de El Último de la Fila.

Qué: Manolo García

Dónde: BarclayCard Center

Cuándo: Sábado 21 a las 21:30 horas

Cuánto: Entradas agotadas

Fuente: Metropoli (El Mundo) – ENLACE