Manolo García, éxtasis en La Guía

El barcelonés cita a cerca de 7.000 almas en el Palacio de los Deportes en un espectáculo con el aroma de los grandes conciertos

Gijón vibró ayer con la actuación de uno de los grandes clásicos del panorama pop español. Manolo García rozó el lleno en el Palacio de los Deportes de la Guía en su regreso, tras una gira más íntima en teatros, a los recintos de gran tamaño. Cerca de 7.000 fieles se dieron cita en un espectáculo con el aroma de los grandes conciertos.

Tan es así, que cuando saltó a escena el artista barcelonés el ambiente ya estaba poco menos que caldeado. Fue con un cuarto de hora de retraso obre lo previsto, cuando el reloj marcaba las 10.15 horas. Manolo García se mostró «encantado» de volver a tierras asturianas y el público le devolvió su entrega en forma de afectuosos y continuos aplausos.

Con un escenario muy poblado, y decorado con motivos vegetales, se arrancó con temas más nuevos. El primero en sonar fue «Canción del Solitario», de su último disco «Todo es ahora», grabado en Nueva York con la colaboración de un grupo de músicos americanos. Los mismos que protagonizaron la primera parte de su recital de ayer en el Palacio de Deportes de La Guía «Adolfo Suárez». Entre ellos, Earl Slick y Gerry Leonard a las guitarras, Zachary Alford a la batería y Jack Daley al bajo; músicos que cuentan en sus prestigiosa trayectoria con actuaciones junto a grandes nombres del panorama internacional de la talla de David Bowie, Lenny Kravitz, Bruce Springsteen o John Lennon.

En la segunda parte del concierto salió a escena su banda más habitual, formada por Ricardo Marín, Juan Carlos García, Albert Serrano e Iñigo Goldaracena. Entonces llegaron los temas más clásicos, que elevaron al éxtasis al público presente, formado por muchos asturianos pero también por seguidores de otros puntos del norte de España. Aparecieron así los acordes, y tan coreadas letras, de «Insurreción», «Pájaros de barro», «San Fernando» o «Nunca el tiempo es perdido». Con ellas cerró un concierto en el que disfrutó hasta «el último de la fila».
Fuente: La Nueva España – ENLACE – L.P. / E.V.