MG: Macaco celebra una «superfiesta» musical con su vecindario cosmopolita

«Qué buen vecindario», le respondió Juanes a Macaco cuando el artista catalán le comentó que en su nueva producción intervendría gente como Youssou N’Dour, Bebe, Manolo García, Jorge Drexler o Rosario, reinventando 18 temas suyos en una «superfiesta» multitudinaria y cosmopolita que se publica mañana.

Fuente: ADN
«El vecindario» -dice su autor en una entrevista con Efe hoy en Madrid- es una «celebración» tras 17 años de carrera y el éxito de ventas de su disco «Moving», «un punto de inflexión» necesario en el que se ha rodeado de amigos y artistas de tres continentes a los que admira, algo que le ha permitido revisar canciones que en su momento no recibieron, en su opinión, el cariño merecido.

Es el caso del sencillo «Con la mano levantá», que interpreta con el dúo catalán Estopa. «Nunca tuvo la oportunidad de sonar en la radio, aunque se convirtió en un himno gracias al boca-oído. Estoy muy feliz de lo bien que le va ahora a ese niño, que igual no lo quisieron porque tenía la nariz torcida, pero que era muy bonito», comenta.

Esta comunidad se completa con un listado de vecinos que más parece el panel de salidas de un aeropuerto internacional: La Mari de Chambao y Muchachito Bombo Inferno de España; Seu Jorge, BNegao, y Marcelo D2, de Brasil, la colombiana Andrea Echeverri de Aterciopelados, las mexicanas Ximena Sariñana y Natalia Lafourcade, Brett Dennen y Michael Franti de EEUU y Fidel Nadal, de Argentina.

Sin más premisas que la de convertir los duetos en una especie de combate de capoeira, Macaco ha dejado a sus invitados «jugar» libremente y destaca el «Puerto Presente» de Fito Cabrales (de Fito & Fitipaldis) o el nuevo «Giratutto», con Jorge Drexler, «del que aprendí la sutileza al cantar», dice.

Otro de sus últimos trabajos ha sido su colaboración en la banda sonora de la película «Cruzando el límite», lo que le lleva a rememorar sus locos años de juventud, una época en la que, según reconoce, consumió muchas drogas.

«Ahora ni media, me sientan todas fatal. Mis drogas son la montaña, el mar y la música, aunque estoy a favor de su legalización para que haya más control», subraya.

Recela sobre el sentido de responsabilidad de los políticos. «Me caen mal todos, porque son muy falsos», protesta, y destaca la «hipocresía» que pesa sobre el conflicto del Sáhara.

«Parece que medio millón de personas no le importan a nadie, creo que los saharauis tienen un poder de adaptación increíble y que luchar con las palabra es más difícil que luchar con las pistolas, aunque parece que les están obligando a ello», analiza.

Se lamenta del tiempo del que no dispone, no en vano, tiene aún pendiente grabarse un tatuaje, con motivo de esta última celebración, que ha de rezar precisamente «Tempo giusto» (tiempo justo, en italiano).

Cuenta que trabaja en un libro de sonetos sociales y sentimentales que algún día querría ver publicado, con poesías que hablan entre, otras muchas cosas, de la prensa del corazón, que le ha dedicado en los últimos meses alguna de sus páginas, cortándole cierta espontaneidad en su vida diaria.

Protesta contra esa atención mediática y reconoce que, aunque ahora se corta al bañarse desnudo en la playa, al final hay que ser natural: «Si mi pito ha salido en alguna revista, se verá que soy tan normal como los demás», sonríe resignado.

Fuente: ADN – ENLACE