Su nuevo álbum, Todo es ahora, suena con fuerza en todos los rincones después de tres años de silencio musical. «Hay que dejar un tiempo el campo en barbecho para airearse, vivir y volver a tener ganas de música».
Manolo García, a sus 59 años, no sólo es un referente artístico. Su música y su pintura emanan de una integridad personal que el éxito, por fortuna, no ha erosionado.Todo lo contrario. A principios de los 80 se ganaba la vida como diseñador gráfico, haciendo portadas de discos y casetes, envoltorios de juguetes o papel para embalan Se crió en un barrio obrero de Barcelona en el seno de una familia humilde. «Aprendes a hacer piña. Es la forma de avanzar. Conoces personas con problemas muy graves pero que no pierden la sonrisa, la esperanza ni las ganas de vivir». El éxito llegó imparable a mediados de los ochenta con El Último de la Fila, y en diez años se convirtió en una estrella musical. Ahí sigue instalado. La fama hizo brillar el altruismo de sus convicciones. «Aparecieron marcas que ofrecían patrocinios, pero no me interesa anunciar nada. Me planteé entonces el lado inverso, patrocinar algo en lo que creíamos: la sostenibilidad. Hicimos una gira entera con fondos para ayudar a una veintena de grupos ecologistas».
Sus orígenes han dejado en Manolo García mensajes grabados a fuego. «La única posibilidad de andar bien anímicamente es la generosidad. El egoísmo te conduce a un inferno de vida. En este mundo hay solo una manera de estar: dando más que pidiendo. En eso la gente humilde es más generosa. Comparte, sabe darse más al prójimo». Es parte de una vida a la que canta en sus canciones. Como en este álbum cocinado a fuego lento, Todo es ahora, un título con la misma similitud de urgencia que el Ahora + que nunca de Cruz Roja Española. «Hemos de defendernos y ayudarnos entre nosotros. Si yo vivo instalado en el lujo y no me conmuevo por la situación de mi vecino,que lo está pasando mal, algo falla.Tendré que mover cielo y tierra para que esto cambie». No es simple teoría lo de Manolo García ni tampoco habla de cara a la galería. Además de ser un activo militante en favor de la sostenibilidad y la preservación del medio ambiente, también colabora con un nutrido grupo de causas altruistas apoyando a fundaciones de acogida a enfermos de sida al borde del desahucio médico y humano, o con asociaciones de asistencia a enfermos de cáncer y sus familiares. Y siempre lejos de los focos. «No me interesa la notoriedad ni la deseo. Prefiero la labor anónima».
Pero eso no impide que muy de vez en cuando haga uso de su fama y de su música por una buena causa, como pasó el año pasado cuando versionó una de sus canciones cambiando los instrumentos musicales por juguetes para llamar la atención sobre la mortalidad infantil por causas que se pueden evitar fácilmente. De hecho, los más pequeños siempre están en sus prioridades solidarias, de ahí su especial apoyo a organizaciones para la atención a niños en situación de extrema necesidad. «Con todos ellos tengo contacto directo y voy a verles siempre que puedo». Todos estos son ámbitos donde, en su opinión, hace tiempo dejaron de aduar los poderes públicos. «La ciudadanía demuestra que las cosas se pueden hacer bien. Las ONG son sistemas de ayuda que funcionan, plausibles y generosos, a los que la gente se suma. Aquí, el discurso del cantante se torna reflexivo.»Es gracias al buen corazón de la sociedad, por lo que muchos pueden salir adelante».
Fuente: Cruz Roja – ENLACE