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Los versos pictóricos de Manolo García

Manolo García es historia viva del pop español pero también un pintor con una trayectoria de cuatro décadas. Frente al caballete ha construido un universo evocador de imágenes misteriosas que son como esas “chispas de poesía que saltan al vacío” de las que hablaba Franz Roh. Además, los pinceles le brindan un refugio existencial, le permiten detener el tiempo y abstraerse de la vorágine diaria y las giras interminables. “Gil de Biedma dijo en cierta ocasión que, en realidad, su pretensión no había sido ser poeta sino poema. Yo, humildemente, me conformaría con saber que soy lo primero, porque significaría que algunos instantes de los días respiro libre”, ha dicho el autor de Pájaros de barro que pinta “para ser feliz”. Música y pintura, por tanto, discurren análogas en su itinerario vital y comparten inevitables puntos de conexión.

El hombre vano

El barroquismo que define las letras de sus canciones, por ejemplo, tiene su eco en estos cuadros exuberantes, ricos en referencias, que hablan de un artista sensible, culto y vitalista. “Siempre he pensado que si viviera en un mundo menos artificial, menos tecnológico y menos industrial, no haría canciones ni pintaría. Probablemente me bastaría con la luz del sol. Pero mi desubicación, mi sentirme ajeno a nuestro tráfago actual me ha llevado a este punto; encuentro mi norte vital y mi tiempo de reloj solar haciendo canciones y pintando,” asegura el cantautor catalán, que se formó en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Barcelona. Sus creaciones pictóricas se han reproducido en portadas e interiores de álbumes como Arena en los bolsillosNuevas Mezclas o Geometría del Rayo, y se han publicado en libros como De arrebatadora vida (2000); Vacaciones de mí mismo (2004); y El fruto de la rama más alta (2011). Desde 1992 sus obras se han presentado en una veintena de exposiciones, tanto en espacios institucionales como en prestigiosas galerías como la Sala Parés o la Taché Gallery de Barcelona. Del 2 al 24 de diciembre lo hace por primera vez en Madrid, en el Centro Cultural Casa de Vacas, en la retrospectiva Cuerpos celestes que recorre su camino en las artes plásticas a través de un centenar de piezas, entre pinturas, esculturas, dibujos y collages. 

Día feliz

Fuente: Tendencias del Mercado de Arte – ENLACE

Manolo García: «Antes que la guitarra cogí el pincel»

Cuenta Manolo García que, antes que la guitarra, cogió «un caballete y un pincel». Tendría 13 años y desde entonces nunca ha dejado de pintar, de ahí las más de 600 obras acumuladas, de las cuales más de un centenar se presentan por primera vez en Madrid como otra ventana a su universo personal.

«Mis pequeños o grandes demonios los saco en mis cuadros. Pero también hay color, porque dentro de mi escepticismo, tengo esperanza en que las generaciones jóvenes van a tirar de las cosas hacia delante», ha explicado hoy a EFE el artista catalán en medio de la muestra.

Se exhibirá de forma gratuita en la Casa de Vacas del Parque del Retiro del 2 al 24 de diciembre con piezas realizadas desde 1977, «balbuceos» los llama él como la portada de un disco de su exbanda Los Rápidos, hasta otras a las que apenas terminó de darle los últimos brochazos «hace unas semanas».

Dalí, Fortuny o Leonora Carrington fueron los maestros que copió hasta desarrollar su propio estilo, lleno de mundos oníricos y seres antropomórficos.

«Una mañana, aún recuerdo el momento, tuve la revelación de que toda la vida quería pintar y hacer música», subraya con pasión García (Barcelona, 1955), que en ambos casos se enfrenta al proceso creativo «con valentía y pasión», también con libertad, aunque una le dé de comer y la otra represente sobre todo un desahogo vital.

En ese sentido, afirma que aunque algunas obras las ha vendido y otras las ha donado, esto no lo hace por dinero: «Me parecía muy desastre ganarme la vida con la música y encima querer recaudar más con esto».

«Yo pinto con felicidad, con alegría de vivir», indica ante este reducto para sacar fuera sus angustias diarias «porque suba el precio del aceite, un político diga una barbaridad o te pongan una multa».

«AHORA SOY MENOS TAURINO».

Libertad es también la forma en que está ordenada esta exposición un tanto «punky» en la que los visitantes hallarán cuadros como «El pulpo y el escolar», probablemente el más conocido de cuantos se exponen pues sirvió de portada a su primer álbum en solitario, «Arena en los bolsillos» (1998).

Cuenta que no la hizo ex profeso pero que sí hay ejemplos en la exposición de cuadros que han sugerido canciones y viceversa, siempre a la búsqueda de plantear y sugerir debates. «Porque no me gusta adoctrinar», afirma el autor de «Insurrección» al señalar un cuadro llamado «El poder y el pueblo».

«Desde que a los 16 años empecé a tener conciencia, empecé a pensar que un mundo mejor es posible, un mundo más equitativo y más libre. Y eso no se mitiga con el tiempo, al contrario, redoblas esa necesidad», afirma sobre una de sus inspiraciones.

En muchas de estas obras manifiesta asimismo su preocupación por el medio ambiente, algo que podría colisionar en un primer vistazo a otra parte de lo exhibido con su aparente fascinación por el ámbito de la tauromaquia.

«Ahora soy menos taurino que antes. Cuando era jovencito estaba entusiasmado», reconoce el músico, que señala que el escogerlo como motivo de muchos de sus cuadros viene de su infancia en esas fiestas del pueblo con los encierros de reses y los mozos corriendo.

«Eso lo he vivido y algo me ha quedado. No es que yo lo defienda. Nunca he ido con la vara a darle a la res ni entendía nada a esa edad, pero sí observaba fascinado el comportamiento humano», precisa García, consciente de que su respuesta «es cobarde» por tener «el corazón partido» entre las dos partes, la de los que aman ese mundo y se ganan la vida con él y los que reprueban infligir dolor al animal.

Sea como fuere, su producción pictórica sigue creciendo estos días de parón forzoso, ya que los médicos le recomendaron reposo por una miocarditis aguda que padeció y que le obligó a posponer a 2023 muchos de los conciertos de presentación de sus dos últimos álbumes, «Mi vida en Marte» y «Desatinos Desplumados».

«Estoy bien, remontando. Me pidieron reposo y es lo que estoy haciendo, pero contento, porque pedí que al menos me dejaran hacer esta exposición para sentirme en movimiento, compartiendo vida y la emoción», señala García, que no pone aún fecha a su retorno a los escenarios.

Fuente: Cope – Javier Herrero – ENLACE