Monthly Archives: noviembre 2019

Manolo García: Un veterano que cumple años y metas

Cuando muchos otros acarician a su edad la idea de una jubilación dorada, Manolo García sigue presentándose como ese tipo cercano de ojos vivos «que se entusiasma con todo», actitud a la que achaca su eterna juventud y que lo embarcó en la (sorprendentemente) primera gira acústica de su larga carrera. «Mi secreto es que yo no tengo años. Eso es una convención social de un documento de identidad. Intento no cuadricular mi existencia y la mido por si tengo ilusión o no la tengo. Por eso yo no cumplo años, cumplo ilusiones y voy detrás de ellas para hacerlas realidad», relata el músico.
A sus 64 años, ayer comenzó a afrontar en Madrid el tramo final de un tour en el que dejó su lado más eléctrico («soy bastante roquerete», se autoproclama) para internarse en un terreno con el que no estaba familiarizado pese a sus cuatro décadas de trayectoria, desde los inicios con Los Rápidos.
«A mí me gusta el estruendo. En la anterior gira llevaba dos bandas, una de ellas americana, y al acabar pensé: Qué tristeza de invierno, que hace frío y vuelvo a la ciudad, ¡a ver qué me invento! Me di cuenta de que nunca había hecho un acústico… y aquí estoy», mantiene con la sencillez con la que parece asumir cada orden de su vida.
Gracias a cambiar el peso de las guitarras eléctricas por el de la acústica, a variar un arreglo aquí y algún que otro instrumento allá, el barcelonés se ha topado con otra faz de sus canciones, algunas en su opinión mejoradas, como San Fernando, Rosa de Alejandría o Sobre el oscuro abismo en que te meces.
«El secreto es entusiasmarse con todo. Por eso pienso que la mejor canción está por hacerse», señala.

Fuente: Diario de Burgos – Foto Luca Piergiovani – ENLACE

Manolo García, la vida en vena

El prolífico autor barcelonés celebra 40 años de carrera con su primera gira acústica, que hace en Madrid cinco escalas

Justo el año en que podría aplicarse el estribillo de When I’m Sixty-four, el bueno de Manuel García García-Pérez ha preferido apretar el paso y no consagrarse al afable tarareo. Y no puede ser casualidad, porque los hombres sabios miden bien los gestos, que el barcelonés escogiera este jueves precisamente Exprimir la vida para abrir la primera de sus cinco comparecencias, cinco, en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid. A razón de tres horas bien cumpliditas por sesión, García le extraerá el jugo a un repertorio madurado a lo largo de cuatro décadas, aunque sus concesiones al siempre suspirado cancionero de El Último de la Fila se sustancien en un par de tandas a modo de popurrí: flaco favor ese de malbaratar uno de los mayores tesoros que ha conocido nuestra música popular reciente.

No, el jueves no era día para hacerle caso al viejo clásico de los Beatles, sino para festejar la vigencia de un creador fértil e insaciable, el caballero que mejor ha sabido introducir los cultismos en las canciones de alcance amplio, este librepensador que aún testimonia su amor de humilde navegante por un planeta que descuidamos con irresponsable crueldad. Manuel: insólito verso suelto que no se conforma con denunciar la terrible lacra de la violencia contra las mujeres, sino que propone «inculcar respeto en las escuelas, porque, a mejor educación, menos policía».PUBLICIDAD

No es una percepción novedosa, pero con los años se acentúa la certeza de que García ha aprendido a decir y hacer lo que le place y dictan sus latidos, sin atenerse a rutinas, normas o convenciones. El hecho mismo de afrontar una gira acústica entronca con esa autonomía de criterio, porque su música pierde parte de ese músculo que le ha consagrado como debilidad masiva. ç

A cambio se producen hallazgos como esos ya míticos Pájaros de barro reinventados ahora con casi la única compañía de un hang, esa especie de gran campana con oquedades afinadas. Y el formato le sirve a nuestro protagonista para renovar su fe en los instrumentos tradicionales o no muy divulgados, desde el theremín para el inaugural Exprimir la vida («que no Exprimir la misa, como algunos intentan ahora hacernos creer») a la egregia figura de Josete Ordóñez, convertido con su laúd en el Javier Mas de implantación peninsular. Y el complemento de Olvido Lanza, claro, una violinista que tan pronto canta como se erige en bailarina para la cada vez más aflamencada Ardió mi memoria.

Este espectáculo acústico de nuestro cantor insurrecto quizá abuse de la cuerda rasgada (lo que a ratos unifica arreglos, criterios y pálpitos), pero de vez en cuando inyecta sorpresas muy sabrosas, como ese Si te vienes conmigo con aliento de jazz manouche o el impulso medio reggae para la excepcional Una tarde de sol. Y Manolo aprovecha que se acortan las distancias respecto a los recintos deportivos para pasear, arriba y abajo, por los dos grandes pasillos centrales del patio de butacas y sentir el roce. Sucedió con alguna frecuencia, la primera vez a cuenta de Navaja de papel, una preciosidad que se remonta a 1980 y aquel primerísimo grupo, Los Rápidos, por el que aún no había asomado Quimi Portet. La versión le salió algo desastrada, pero emocionante. Quizá porque a estas alturas sea inevitable algún acceso de nostalgia, incluso aunque a García tal sentimiento le incomode.

No, Manuel García García-Pérez prefiere apurar cada minuto, sentir la vida en vena, prolongar la fiesta y la comunión. Por eso, cuando se despide al son de Nunca el tiempo es perdido, tras un par de horas de faena, pocos sospechan en la platea que los bises suministrarán casi una hora adicional. Ya en la hermosa Cierro la noche, henchida de tenue voluptuosidad mediterránea, dejaba escrita su adscripción a las altas horas.

Por eso no hay prisas en este abrazo prolongado con el patio de butacas. Por eso una espectadora puede tenerle preparado un ramo de rosas amarillas para regalárselo cuando suena Rosa de Alejandría. Por eso se nos abalanzó la medianoche y nadie hizo ademán de eludirla. Manolo, nuestro Jordi Hurtado del pop, prolonga esa dulce, eterna, encomiable juventud. No sabemos si el secreto serán esos baños nudistas en las aguas invernales de Altea o la medicina de su propia versificación. En cualquiera de los casos, que le dure. Que nos dure.

Fuente: El Pais – Fernando Neira – Foto Toni Ferragut (Concierto Girona) – ENLACE

Manolo García: «El exhibicionismo de riqueza de las nuevas estrellas es insultante»

Ayer dio el primero de sus cinco conciertos en el Palacio de Congresos de Ifema

Desde sus días con Los Rápidos, Los Burros y El Último de la Fila, hasta la actualidad, con su carrera en solitario, esta es la primera vez que Manolo García presenta una gira en formato íntegramente acústico. Acompañado por una banda espectacular en la que no faltan guitarras españolas, pianos, laúdes y violines, el artista catalán comenzó ayer el primero de sus cinco conciertos en el el Palacio de Congresos de Ifema, donde seguirá repasando todo su repertorio los días 23, 24, 29 y 30 de noviembre.

Su gira está siendo un exitazo tremendo de taquilla.

—La gente está respondiendo muy bien; siempre viene dispuesta a disfrutar porque los conciertos son muy dulces muy relajados. Los tiempos locos de Los Rápidos quedaron atrás, pero las cosas que me pasan con el público ahora son preciosas. Estoy recogiendo una buena siembra.

Cuando actúa cinco veces seguidas en el mismo escenario, imagino que termina sintiéndose como en casa y se sale del papel habitual.

—Perdone que le contradiga, pero yo nunca tengo un papel habitual. Para mí es importantísimo no tener ningún guión, salvo el repertorio, para no volver locos a los músicos (risas). Yo salgo al escenario a encontrarme con gente que viene a verme con ilusión. Lo malo es que nos estamos encontrando muchos casos de timos, con esto de ViaGogo y los portales de reventa. Nadie debería comprar en estos sitios, que además tienen sus cuentas en paraísos fiscales. Es un negocio mafioso que hay que parar ya. Que nadie compre ahí, por favor. Una vez se quedaron treinta personas fuera con entradas falsas y las metí como pude. Estaban destrozadas, y encima después de haberse gastado una pasta. A mi gente la quiero cuidar al máximo.

También está teniendo mucho éxito con sus exposiciones de pintura y escultura.

—La próxima va a ser en Armilla, en Granada. Me lo ha pedido la Casa de Cultura y se va a quedar allí un mes y medio. Hay esculturas y unos sesenta cuadros.

¿Después de esta gira descansará?

—¡Qué descansar! (risas) Cuando uno hace lo que le gusta, no puede parar. Estoy preparando un disco nuevo, estoy pintando más cuadros, escribiendo un libro de poemas, y también quiero lanzar un DVD que refleje mis últimos conciertos. También para contrarrestar ese abuso que se comete con nosotros, con todos esos trozos de conciertos que se suben a Youtube sin nuestro permiso, con un sonido horrible. Pobre de ti como te equivoques, o te salga un gallo, o te tropieces en el escenario, porque esos son los vídeos que más ve la gente. Por eso voy a librar mi pequeña batallita con un DVD que suene bien.

¿Qué le parece el exhibicionismo de riqueza y fama que hacen constantemente las nuevas estrellas de la música actual en Instagram?

—Me parece un poco imprudente. Dicho con todo el respeto, porque yo no soy nadie para juzgar. Pero en un mundo que genera tanta desigualdad y dolor, esa cosa vanidosa de exhibirse me parece insultante. Porque hay muchísima gente que lo está pasando muy mal y que puede sentirse ofendida y enfadada. Hay muchas personas que no quieren enriquecerse, que solo quiere vivir dignamente.

—Madrid va a acoger la próxima Cumbre del Clima. Usted está muy concienciado con el tema, pero no sé si estas reuniones le generan ilusión.

—Las anteriores no parecen haber servido para mucho. Una parte de la ciudadanía cree que ya no hay nada que hacer, y otra cree que con reciclar ya está todo solucionado. Pero, o se cambia el sistema de vida, la forma de vida, o el planeta nos cambia a nosotros a guantazo limpio. No se pueden poner tiritas, porque esto es un cáncer. Hay que abrir, operar, extirpar, y empezar de nuevo. Si la ciudadanía presiona, los políticos se lo tomarán en serio. Si no, la temperatura subirá y entonces entenderemos que el resto de problemas que tenemos no son nada en comparación.

Fuente: ABC – Nacho Serrano – ENLACE