Monthly Archives: octubre 2019

Manolo García se reinventa con su primera gira acústica en Torremolinos

Revista Lugar de Encuentro ha sido testigo de excepción, en Torremolinos, de la primera gira acústica en la historia musical de Manolo García. Dos llenos consecutivos en el Auditorio Príncipe de Asturias. Es viernes por la noche y no son pocos los que han optado por evadirse de la rutina para sumergirse en un mundo de canciones que ya conocen, pero que nunca está de más repasar.

Casi tres horas de concierto donde Manolo se sintió como pez en el agua, bajando en más de una y de dos y de tres ocasiones del escenario, para mezclarse con el público, con su gente, con sus incondicionales, cantando entre ellos y ellas, saludando, besándose y recibiendo todo tipo de obsequios y en el que hubo tiempo también para reivindicaciones y consejos con respecto al cambio climático o a las protestas sociales.

Todas las canciones del repertorio estuvieron dotadas de un sonido inédito en los directos de Manolo, con una instrumentación única y llena de madera. Esimposible obviar las letras de Manolo García si se está hablando de su música. Esas letras que todo el mundo cantaba de memoria.

Fuente: Revista Lugar de Encuentro – Isa Perez – Fotos Juan José Acedo – ENLACE

Manolo García desnuda su música en Torremolinos

El cantautor barcelonés cierra una noche íntima y cercana en la primera de sus dos citas malagueñas

El público empieza a dar palmas. Por el ritmo bien podría ser la introducción de ‘Pájaros de barro’, el eterno himno de Manolo García, pero es solo un canto a la emoción de verle actuar. Se acaban de apagar las luces y las 1.500 personas que han agotado las localidades del auditorio Príncipe de Asturias de Torremolinos quieren que el espectáculo comience ya. Entre la oscuridad, un único foco apunta a una violinista que se arranca a tocar melodías moriscas caminando por el patio de butacas. Ya en el escenario, la psicodélica voz del theremin da las primeras notas que invitan al cantante a tomar asiento y a rasgar unos sencillos acordes iniciales. «Buenas noches», saluda, y García comienza a cantar, solo, en un taburete, y se dirige «a los que aman sin pedir nada» con los versos de ‘Exprimir la vida’.

Sin siquiera terminar de tocar volvió a dirigirse a los suyos: «Muchas gracias por este reencuentro». Al poco llegó el resto de los músicos, siete en total, armados con instrumentos acústicos en un escenario prácticamente estático pero iluminado en una atmósfera perfecta, Y así, como deconstruyendo los sonidos, los integrantes se fueron sumando para cerrar una balada íntima. Los primeros compases del concierto de anoche, primera de las dos citas del barcelonés con el público malagueño, fueron un auténtico ‘streaptease’, un canto sincero y desnudo que fundamenta esta gira, su primera vez en acústico.

El público empieza a dar palmas. Por el ritmo bien podría ser la introducción de ‘Pájaros de barro’, el eterno himno de Manolo García, pero es solo un canto a la emoción de verle actuar. Se acaban de apagar las luces y las 1.500 personas que han agotado las localidades del auditorio Príncipe de Asturias de Torremolinos quieren que el espectáculo comience ya. Entre la oscuridad, un único foco apunta a una violinista que se arranca a tocar melodías moriscas caminando por el patio de butacas. Ya en el escenario, la psicodélica voz del theremin da las primeras notas que invitan al cantante a tomar asiento y a rasgar unos sencillos acordes iniciales. «Buenas noches», saluda, y García comienza a cantar, solo, en un taburete, y se dirige «a los que aman sin pedir nada» con los versos de ‘Exprimir la vida’.

Sin siquiera terminar de tocar volvió a dirigirse a los suyos: «Muchas gracias por este reencuentro». Al poco llegó el resto de los músicos, siete en total, armados con instrumentos acústicos en un escenario prácticamente estático pero iluminado en una atmósfera perfecta, Y así, como deconstruyendo los sonidos, los integrantes se fueron sumando para cerrar una balada íntima. Los primeros compases del concierto de anoche, primera de las dos citas del barcelonés con el público malagueño, fueron un auténtico ‘streaptease’, un canto sincero y desnudo que fundamenta esta gira, su primera vez en acústico.

Fuente: Diario Sur – Fernando Torres – Fotos Hugo Cortes – ENLACE

El vuelo de aquellos pájaros

Manolo García llenó en clave íntima el Auditorio Príncipe de Asturias de Torremolinos, donde repite este sábado

Eran de barro y hechos con mucha delicadeza. Lograron escapar de la jaula para poder volar alto y llegar a muchos rincones como San Fernando, Grecia, Torremolinos, qué más da, pero teniendo muy en cuenta que el tiempo nunca se pierde y menos si es para escuchar y sentir a un artista con alma de poeta. Entrada en mano, una chaqueta fina y algún que otro cigarrillo encendido a las puertas del Auditorio Príncipe de Asturias de Torremolinos. Es viernes por la noche y no son pocos los que han optado por evadirse de la rutina para sumergirse en un mundo de canciones que ya conocen, pero que nunca está de más repasar. Para algunos es necesidad.

Son muchos los reconocimientos merecidos los que ha logrado el fundador de El Último de la Fila, pero se queda con otro premio mejor: poder seguir cantando delante de tanta gente que gritaba Sara hace ya años y que se sentían llamados a las filas de la Insurrección. Una insurrección que vuelve mientras gritan que Nunca es tarde para salir a la calle y para mucho más.
Pero el público de Manolo García no solo se queda en ese posible grupo de nostálgicos, es más amplio y tiene gente de todas las edades. En el auditorio se ven adolescentes educados en la buena música, dos novios a punto de casarse y algún joven cronista con cara de haber pasado muchas horas en el coche de papá y mamá escuchando canciones. Y adivinen qué canciones. Más de tres horas de concierto sirvieron al gran Manolo García acompañado de su banda habitual para ofrecer un espectáculo especial dentro de su primera gira acústica. El violín de Olvido Lanza ambientaba la antesala del concierto que comenzó con Exprimir la vida, qué mejor mensaje para empezar un concierto de Manolo.

Un medley de El Último, No estés triste o Ruedo rodaré son solo algunos de los temas que sonaron en el concierto. Todos ellos dotados de un sonido inédito en los directos de Manolo, con una instrumentación única y llena de madera. Es imposible obviar las letras de Manolo García si se está hablando de su música. Esas letras que todo el mundo cantaba, con un vocabulario de lo más peculiar, fruto de las labores de arqueología que el artista gusta realizar en el diccionario de lengua castellana. No faltaron los clásicos A San Fernando, Pájaros de barro o la increíble Insurreccion para cerrar una noche de emoción y de alas de barro que no dejaron de volar.

Fuente: Malaga Hoy – Alberto Rosa – Fotos Hugo Cortes – ENLACE

Manolo García desnuda su música en Torremolinos

  • El artista catalán actúa hoy y mañana dentro de su primera gira acústica en el Auditorio Príncipe de Asturias

Si hay un artista español que haya logrado crear un estilo totalmente personal y exótico y consiguiendo al mismo tiempo seducir al público popular ese es Manolo García. Por si fuera poco, el que fuera fundador de El Último de la Fila es de esos escasos artistas que han conseguido trabajar su música con todo el control, tomando las decisiones y logrando apartarse de las imposiciones de la industria. Y es que las canciones y los años de experiencia en la música le avalan.

Este fin de semana llega al Auditorio Municipal Príncipe de Asturias de Torremolinos con todas las entradas agotadas. El músico ofrecerá junto a su banda habitual dos conciertos especiales que tendrán lugar esta noche y mañana, desnudando el repertorio y dotándolo de un sonido totalmente diferente e inédito. Un total de siete músicos le acompañarán en el escenario para ofrecer el mejor repaso por su discografía en solitario. Un repertorio en el que seguro que también se cuelan algunos de los éxitos de El Último de la Fila, como la brillante Insurrección o Llanto de pasión.

EL MÚSICO OFRECERÁ LOS CONCIERTOS ACÚSTICOS CON TODA SU BANDA Y CON UNA ESCENEOGRAFÍA DISEÑADA POR EL PROPIO ARTISTA

La banda de esta gira la componen Ricardo MarínVíctor Hiniesta y Josete Ordoñez (guitarras españolas, acústicas y laúd), Juan Carlos García (piano, percusión y coros), Olvido Lanza (violín y chelo), Charly Sardà (percusiones) e Iñigo Goldaracena (contrabajo y acordeón) y Manolo García a la voz y a la guitarra acústica. Y es que la gira Acústico, acústico, acústico ofrece un formato especial innovador en el directo del músico, pero con todo el despliegue y la entrega a la que acostumbra el artista barcelonés. Una ocasión especial para disfrutar de la cercanía y la intimidad de su música, con el sonido envolvente que siempre ha caracterizado sus conciertos y una espectacular esceneografía diseñada por el propio artista

En más de una ocasión el músico ha manifestado su malestar hacia aquellos seguidores que graban con sus teléfonos móviles los directos y los suben a la red. “Son vídeos con una calidad de sonido penosa, a nosotros como músicos nos molesta, ya que nos preocupamos mucho por que todo suene muy bien”. Es por eso que el artista se comprometió desde la gira de 2016 de Todo es ahora a grabar en DVD esos conciertos con una calidad digna. Otro logro más del señor García. 

Una vida dedicada a la música y el arte

La trayectoria de Manolo García es de lo más extensa. Desde sus comienzos con grupos como Materia GrisLos Rápidos o Los Burros, pasando por la exitosa banda El Último de la Fila hasta su carrera en solitario, que comenzó hace ahora 21 años. Desde que le dieron el Grammy Latino por su álbum Geometría del Rayo y el Premio Ondas a la Trayectoria en 2018, el músico afirma que “ahora está más vivo que nunca”. Tanto que ya anunció que sacará disco en 2020. Músico, pintor y letrista, pues la lírica de las canciones que han sonado en toda su carrera son auténticos iconos de la obra de este artista con alma de poeta.

Fuente: Málaga Hoy – Alberto Rosa – Foto Marilú Baez – ENLACE

«Los creadores ahora no somos artistas sino contenidos»

Entrevista a Manolo García, que este fin de semana tiene una cita doble en Torremolinos para las que ha agotado las entradas

El vocalista y músico Manolo García se presenta este viernes y sábado en Torremolinos en un formato diferente al que estamos acostumbrado a escuchar al ex Último de la Fila: en acústico. Con verdadera pasión habla tanto de sus múltiples vertientes creativas como de los desafíos sociales actuales. «Busco libros, busco pinturas, busco cultura que es cultivarse. Lo que estás haciendo en el mundo actualmente supone ir hacia un erial en las mentes», asegura.

¿Por qué se ha decantado por el formato acústico?
He elegido acústico por dos cuestiones. La primera porque después de bastantes años de trabajo discográfico y de giras nunca había hecho conciertos en acústico siempre eran en eléctricos, en formato rockero. En segundo lugar, la gira del año pasado acababa y me di cuenta de que había muchas capitales de provincia en las que hacía mucho tiempo que no tocaba y realmente me apetecía, dado que era una práctica que me inventé en tiempos de El Último de la Fila, cuando a los managers que nos llevaban les pedía tocar en cada capital de provincia. Eran giras mucho más largas en las que existía una euforia concertil, mientras que ahora el interés ha quedado en festivales de verano. En aquellos momentos todas las bandas giraban por España y todo eso cambió tras la aparición de la temible palabra crisis. Me apetecía volver a tocar en ciudades pequeñas donde hacía tiempo que no lo hacía y que para mí resultan simpáticas.

¿Por qué esa simpatía?
Los conciertos me gustan todos, pero si me das a elegir prefiero teatros y marcos más pequeños con capacidad para 1.500 ó 2.000 personas, aunque he llegado a tocar ante 240.000 personas en Barcelona en unas fiestas. A este respecto tengo un palmarés que no está mal, (risas) pero cuando tocas para tantísimo público el concierto es un chicle que se estira demasiado, has de luchar con todas tus energías para que los que están situados a más de 150 metros sigan atentos. Un concierto grande es una exhibición de fuerza, mientras que uno pequeño es más bien un mimar la canción, un tocar cuidando más los sonidos, matizando más, teniendo cuidado en las dinámicas…

Quizá este último planteamiento va más acorde con su concepción de la música.
A tiempo, a temporadas y a impulsos. Yo soy un poco todo. Me gusta mucho lo cañero, pero los conciertos grandes te agotan más y conseguir levantar a esas masas de gente requiere un esfuerzo hercúleo, te conviertes en una máquina de levantar gente a base de decibelios y haciendo piña con tu banda sin un momento de relax. En los conciertos más pequeños eres más humano y estás mucho más cerca del público.

Alude a la banda como una piña que le acompaña sobre el escenario.
Es una banda que yo cariñosamente llamo «de rondalla». Los que hemos vivido de críos y de adolescentes en los pueblos recordamos al amanecer, tras noches de fiesta, a la rondalla que pasaba por las calles tocando guitarra española, acordeón, bandurria… Era un despertar emocionante, sonoramente hablando, cuando a lo mejor habías dormido solo un par de horas. He optado por el formato rondalla con guitarras acústicas, guitarra española, acordeón, violín, viola y percusión… Todo eso que hace que la música pueda sonar muy amable y muy matizada, unos matices que llegan al público.

¿Qué precio ha pagado la música tras la crisis?
El sector ha cambiado por la crisis, por los manejos de la gran industria y la irrupción de las nuevas tecnologías. Si pudiera escribir una carta a los Reyes Magos, lo primero que pediría sería que a los músicos, a los escritores y a los creadores nos dejen decidir porque ahora nos roban en un porcentaje muy alto, manipulando absolutamente todo. Estaría muy bien que el público decidiera si quiere comprar un CD porque se le ha dirigido para que deje de comprar en formato físico y que todo sea digital, diciendo que todo es gratis para que ciertas empresas vendan sus aparatos. Los creadores hemos dejado de ser artistas para pasar a ser contenidos, una palabra que yo considero feísima. Esta situación me parece injusta, pero no hay vuelta de hoja.

¿Y se sube al carro?
Voy arrastrado de mala gana. Yo si pudiera me salía de todo eso. Personalmente he intentado que me eliminaran de Wikipedia, pero no lo he conseguido. No tengo Twitter no tengo Facebook y no quiero saber absolutamente nada de todo eso, dicho con absoluto respeto hacia las personas que se complazcan con esta práctica. Yo tengo modos de llenar mi tiempo de maneras más apacibles y factibles que me dan grandes satisfacciones, que no me enervan y están lejos del plástico y de las pantallas que dañan la vista y perturban la mente de los infantes y de los adolescentes. Es un mundo que no me interesa absolutamente nada. Busco libros, busco pinturas, busco cultura que es cultivarse. Lo que estás haciendo en el mundo actualmente supone ir hacia un erial en las mentes.

Muchos pueden pensar que es el pensamiento de un carca.
No me considero un antiguo; yo intento ser razonable con mis aciertos y con mis fallos, pero esta corriente nos lleva por mal camino. No entiendo que se permita que las criaturas pueden acceder a páginas horribles y estén enganchados. No sé cómo no se incentiva más en las escuelas el cultivar el amor por los animales, el amor por la naturaleza, el amor al huerto o el amor a la música. En este sentido no creo que todos los niños deban de tocar la flauta dulce. Hay que probar a los niños en la música y enfocarles hacia los instrumentos donde son más válidos porque unos valen para piano, otros para percusión y otros son más aptos para las matemáticas, la geometría o en el dibujo artístico. Conociendo los potenciales de los niños debería de orientarse su educación para que el día de mañana el país esté lleno de personas preparadas, haciendo tareas para las que están preparadas. Unos cometidos que amarán y que desarrollarán con pasión.

¿Habla por propia experiencia?
Absolutamente. Tuve una gran puntería, pues con 13 años dije que quería pintar y ser músico. Estudié diseño gráfico cuando se diseñaba físicamente con rotuladores, Rotring, cartabón y regla. Luego también me dediqué a la pintura, de la manera más tradicional con tela y óleo, y a trabajar. También probé el acrílico y la acuarela. Ahora estoy pintando troncos porque tengo una exposición a mediados del mes de julio donde presentaré una cuarentena de cuadros y dibujos así como doce esculturas de madera.

¿Cómo compagina el arte con la gira musical?
Son energías totalmente diferentes. Paro para realizar conciertos y enseguida regreso a mis cuadros, con mis pinturas y mis esculturas porque soy feliz así. Me abstraigo de la cacofonía planetaria porque a veces lees la prensa y escuchas las noticias y te duelen las entrañas. Frente a eso necesito un descanso que me lo proporciona mis pinturas, esculturas y mis cuadros. Tenemos que concienciarnos de que hay que mejorar la sociedad entre todos. Tenemos que luchar por conseguir una sociedad justa, equitativa y respetuosa. No puede ser que vayamos hacia atrás. Se supone que el progreso es para mejorar no solo en lo estético y lo físico, también en lo anímico y lo emocional.

Pintura o música, lo que es una constantes es que cada una de sus creaciones las mima.
Las mimo porque tengo alma de artesano. El mundo industrial no me gusta. Para mí el mundo empezó a empeorar a raíz de la revolución industrial. Quiero pensar que cuando las cosas se hacían a mano, cuando los hombres labraban los campos a mano, una labor que era durísima, pero objetivamente estos hombres eran mucho más felices que un operador de una cadena de montaje. La pieza que saca un artesano es su única, está hecha con mimo y cada una es diferente. Además, los objetos que se hacen en un proceso artesanal, de una manera incuestionable, van a proporcionar felicidad y uno tiene la obligación de buscar su felicidad.

Pintura o música, lo que es una constantes es que cada una de sus creaciones las mima.
Las mimo porque tengo alma de artesano. El mundo industrial no me gusta. Para mí el mundo empezó a empeorar a raíz de la revolución industrial. Quiero pensar que cuando las cosas se hacían a mano, cuando los hombres labraban los campos a mano, una labor que era durísima, pero objetivamente estos hombres eran mucho más felices que un operador de una cadena de montaje. La pieza que saca un artesano es su única, está hecha con mimo y cada una es diferente. Además, los objetos que se hacen en un proceso artesanal, de una manera incuestionable, van a proporcionar felicidad y uno tiene la obligación de buscar su felicidad.

Fuente: La Opinión de Málaga – Natalia Sanchez – Foto: José Angel Lucena – ENLACE