Monthly Archives: abril 2018

Clase magistral de Geometría (Granada Hoy)

  • Miles de seguidores disfrutan de la primera noche de concierto del cantante catalán en el Palacio de Congresos
  • Esta noche repite la presentación de su nuevo trabajo

Dos conciertos y todo agotado hace meses. Anoche fue el primer encuentro de Manolo García con el público granadino que lo esperaba con ganas. Seis años después de su paso por la ciudad nazarí con Los días intactos, el artista y sus seguidores volvieron a encontrarse, ahora con Geometría del rayo, nuevas letras, canciones con tempos medios que reflejan la veteranía del músico que Manolo García lleva dentro, pero con el mismo espíritu y luminosidad de siempre. Lo cierto es que la cita en el Palacio de Congresos prometía. Y no defraudó.

Entró por la puerta como uno más, sorprendiendo a su público fiel y puntual, que entró en calor gracias a El frío de la noche y al ardiente ambiente que se respiraba en el auditorio abarrotado. También sonaron temas como Fragua de los cuatro vientos, un giro teatral o un alma de papel.

EL ARTISTA VUELVE A GRANADA DONDE MOSTRÓ PARTE DE SU VETERANÍA Y SU PASIÓN POR LA MÚSICA

Aunque el músico cargó su batería espiritual con piezas de su último disco como Las puntas de mis viejas botas,Humo de abrojos, Nunca es tarde, En tu voz –esta última en directo incrementa su bis romántica-. Sin olvidar Ruedo, rodaré, en la que sorprendió al público subiendo a su hermana, Carmen García, a cantar.

El público bailó al compás de A San Fernando, donde pudo verse una vez más su pasión por la música y sus ganas de compartir su arte con los demás.

Un momento especial, por el cariz que tiene este título para García, fue cuando entonó Crepúsculo Creciente, un tema por el que siente significativa atracción y le»me gusta mucho», explicó en una entrevista reciente con este periódico.»Somos un equipo, sin vosotros no hay partido», exclamó en mitad del directo.

Y así, entre canción y canción corrió la noche deprisa como cuando estás disfrutando tanto de algo que olvidas qué hora es. El veterano desprendió su luz propia sobre el escenario, del que bajó en alguna ocasión para sentirse más cerca de su público, y que compartió con un sillón estilo Chester, en el que cantó algún tema, como si lo hiciera en su propia casa.

La noche fue llegando a su fin con Si te vienes conmigo, uno de los clásicos que su público aplaude siempre. Aunque en los bises sorprendió con otro mítico Nunca el tiempo es perdido.Y sí, los asistentes no dudaron en cantar junto a él cada tema y volar con Manolo García por sus mundos repletos de surrealismo. Éxito rotundo para un directo que eleva el encanto de las letras del cantante y que dejan un dulce regusto en los labios y una sensación de fascinación.

Quizá más de uno repita esta noche en la que será, seguro, otra clase magistral de Geometría y la segunda actuación del artista catalán sobre las tablas del Palacio de Congresos para presentar su nuevo trabajo.

Fuente: Granada Hoy – Tania Abril – ENLACE

Todos fueron Manolo (El Ideal)

García es una animal de escenario, un bicho cuya justa locuacidad se suple con una gestualidad desatada cuando se enciende el concierto

Pocos artistas hay en este país que se lo hayan currado tanto, con tantas ganas y con tanta fe en sí mismo. Porque Manolo García se hizo célebre con el Último de la Fila, pero ya llevaba gastadas infructuosamente varias marcas, hasta que dio forma a una canción perfecta: ‘Insurrección’, la llave maestra de la carrera que llega hasta hoy, y lo que le queda.

Llamarse Manuel García Pérez ya marca carácter. Con un nombre tan poco ‘artístico’ (y menos en versión coloquial, ¡Manolo!) el señor García asume su normalidad estadística ya desde el registro civil. Y ya puestos, nada como echarle un poco de pimienta y risa al desprejuicio y patentar nombres como Los Burros o El último de la fila, aunque al final la fortuna ‘en modo’ justicia bíblica, los convirtiera en bienaventurados primeros.

Que cuatro mil personas acudan en dos tandas a ver a un músico español de rock es motivo de alborozo, ya que vender una entrada cada día cuesta más esfuerzo. Pero es que don Manuel es sinónimo de garantía y fidelización. Es un esforzado de las giras que que se vacía cada noche y trata de tú a tú a la audiencia aunque la cita sea en ‘Palacio’. Es tan igual como el vecino que te cruzas por la escalera tarareando. Es un profesional que no necesita hojas de reclamaciones porque nunca falla, y que tampoco pierde energía en el mundanal ruido, sus pompas y sus fastos. Un tipo normal. Tanto que pidió ‘que no subieran imágenes a la Red. «Tenemos la suerte de estar contentos, y vamos a disfrutarlo», dijo.

El otro día con Carlos Goñi pensábamos que era de los que más canciones daba por euro, pero el fin de semana pasado con Lagartija Nick, y éste con Manolo García, ambos con treinta temas en formación, superan en ratio a Revólver. Y en tiempo ambos se fueron a las tres horas. Sin embargo todo empezó sin prisas, en plan acústico, tras salir a pie entre la gente y abrazar la guitarra a ras de suelo. Un matiz natural al que volvería en otras piezas, con la untuosidad melosa del violín de Olvido Lanza acariciando las canciones. Con ‘El frío de la noche’ también entramos a la geometría de ese reciente rayo al que volvería intermitentemente, pero sin prisa.

García es una animal de escenario, un bicho cuya justa locuacidad se suple con una gestualidad desatada cuando se enciende el concierto. Le puede la necesidad de comunicarse y se transforma hasta doblar o triplicar su chaparro cuerpo. Pocos como él llenan un escenario y empujan tan físicamente unas canciones para que lleguen al público, que se las devuelve coreadas en una gigantesca polifonía. Esa es la celebración mayor del rock, el contacto bidereccional, la realimentación, y este personaje de sencillez ostentosa es veterano y sabio oficiante de sus ritos. Esos melismas aflamencados que le son tan característicos, aquí como en ningún otro sitio exorcizan los duendes. Incluso se bajó del escenario para pasear entre las filas recibiendo de primera mano saludos, abrazos y hasta besos. Todos fueron Manolo.

Iluminado con mucho gusto pero sin ostentación técnica más allá de unas amebas pintados en neón y unas pequeñas pantallas para su album de fotos, cuadros y pescaitos varios, estuvo perfectamente arropado por una banda de confianza (Charly Sardà, Iñigo Goldaracena, Ricardo Marín y Víctor Iniesta con una colección de guitarras, Juan Carlos García en teclas y ruidos varios, Olvido en ese violín que tanto recordaba al de It’s a beautiful day, y Mone Teruel en coros) consiguen que sus canciones suenen sin artificio y con una vivacidad y ataque que no tienen las grabaciones.

No sé qué tan lejos de su casa vive Albert Pla, pero como él se lleva el sillón de su salita de gira. Un elemento escénico que le da mucho juego visual, gestual y también le permite… descansar, que no somos ya unos chavales. Un sofá para los momentos más relajados, como esa espléndida balada que es ‘En tu voz’, que junto con ‘Quiero esa pasión’, y ‘Océano azul’ cruzan el concierto nuevamente con el rayo en la frente, como Bowie. En la vertiginosa (¡100%Rápidos!) ‘Ruedo y rodaré’ salió a acompañarle su hermana Carmen (antes Vírus). Previamente había recorrido casi toda su discografía: ‘Nunca el tiempo es perdido (‘Sin que sepas’ y ‘Hombres azules’), ‘Que no se duerman mis sentidos (‘Ardió mi memoria), ‘Los días intactos’ (‘Giro teatral’ y ‘Alma de papel’), ‘Saldremos a la lluvia’ (‘Cítricos amantes’)… y hasta cantó ese ‘Crepúsculo creciente’ perdido entre ediciones y prensajes. Con ‘San Fernando’ un ratito de pie y otro aplaudiendo llegarían los bises.

En el momento de salir corriendo para llegar al tiempo del cierre de edición, Manuel García y los suyos habían esquivado de momento el cancionero del Último, que le pedían a gritos, y también dos comodines como ‘Nunca el tiempo es perdido’ o ‘Pájaros de barro’, que sin duda sonarían al final de la primera de sus noches con cuatro mil manolos.

Fuente: El Ideal – Juan Jesús García – ENLACE 

Galería de Fotografías: http://www.ideal.es/culturas/concierto-manolo-garcia-20180421010825-ga.html