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EUDLF: El Último de la Fila vive una de sus grandes noches en el mítico Marquee londinense

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Manolo García y Quimi Portet culminaron el miércoles, en la histórica sala de conciertos donde se dieron a conocer músicos como los Rolling Stones, una exitosa gira por Europa.

LONDRES. – En el número 105 de la londinense Charing Cross Road tuvo lugar en la noche del pasado miércoles la presentación en la cuna del rock del grupo español El Último de la Fila. Un estreno de características excepcionales dado que se producía en uno de aquellos lugares que todo músico de poprock anhela pisar al menos una vez en la vida, el Marquee. Durante más de una hora y media el dúo Manolo García-Quimi Portet realizó, en palabras suyas, un espléndido repaso «a las canciones que ahora mismo nos gustan más, porque no nos encontramos mediatizados por nada ni por nadie». Y las canciones que más les gustan, pues, parecen ser también las que más gustan a sus innumerables y fíeles seguidores, a tenor de la apoteósica reacción del público asistente a este debut. Cortes de sus anteriores elepés -«Enemigos de lo ajeno», «Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana»…-, así como de su «Nuevo pequeño catálogo de seres y estares» fueron desarrollados ante una audiencia mayoritariamente hispana, que coreó ininterrumpidamente las palabras que surgían de un pletórico Manolo García. El grupo español -presentado en una octavilla del Marquee como «Spain’s premier rock/pop band»- culminaba de esta manera una gira europea que le ha llevado durante medio mes a visitar Winthertur, Milán, París, Colonia y Hamburgo. Una gira en la que, según Quimi Portet, «hemos querido poner en práctica una cosa que nos parece clara: la única manera real de que un grupo español sea conocido en Europa es ir ahí y tocar, aunque sea en auditorios reducidos».

Manolo García corroboraba: «Lo único de verdad que queremos y sabemos hacer es interpretar nuestra música. Somos un grupo agrio que no sabe ni quiere ir de la mano de nadie». Tras sus últimas, exitosas y multitudinarias giras por España, en las que parecía que ya no tenían que demostrar nada, da la.sensación de que el grupo se ha replanteado una especie de vuelta a los orígenes. «Hay algo de cura de humildad en lo que estamos haciendo ahora -confiesa Manolo García-. Es una sensación indudable el cosquilleo que
siento ahora cuando voy a salir a escena y no sé cuál será la reacción del público». Una vuelta a la madre del cordero que se plasma sobremanera en la música, mucho más esencializada, más contundente incluso, fiel reflejo también de la profunda remodelación que ha sufrido la composición de la banda. Las notables ausencias de Ángel Celada y Marc Grau por razones diversas -también habría que anotar la del guitarrista Cañizares- han supuesto, por una parte, una recomposición instrumental de El Último, con la nota más visible en el destacado protagonismo de la guitarra de Quimi Portet y, por la otra, las incorporaciones de un teclista, un batería y un guitarrista, amén de la presencia de un percusionista africano. Hay que destacar también que el ensamblaje de todas esas novedades no ha llegado todavía a su punto final, como quedó contrastado la otra noche en el Marquee. Una noche que alcanzó sus cotas más emocionantes cuando la mediterraneidad y el sabor español de la música de Garcíá-Portet salió a relucir con todo su esplendor ante el constatado delirio de un público que hizo suyas «Querida Milagros», «Sara» o «Jazmín», y se divirtió con la sorpresiva interpretación de «El rey», deL mexicano Pedro Vargas, la broma de una de las noches más imborrables de El Último de la Fila.

La duda de que los ingleses sepan ya quiénes responden por este nombre aún está en el aire -además, ninguno de sus discos se ha editado en Gran Bretaña-, pero no así la certeza de que una de las formaciones indispensables del rock español ha dado un paso hacia delante al mirar hacia atrás.

Fuente: La Vanguardia – Esteban Linés – Kim Manresa