MG: ‘Vengo a picar piedra, como he hecho en España’

El músico español lanza un disco exclusivo para Latinoamérica. Este martes comienza la venta en México, donde actuará el 7 de noviembre. Habla con elmundo.es de eso y de la crisis, de la huelga, de los toros…

Su verborrea y entusiasmo es contagioso. No calla y ha comprobado que nadie lo hace. Lleva una pequeña cámara de video a todas partes, desde hace dos años, «para grabar la vida» y su experimento sociológico le dice que todos queremos hablar, «porque estamos un poco solos y tenemos necesidad de comunicarnos y salir de nosotros mismos, que es agotador».

Le gustaría que el mundo cambiase, que se volviese más humano, menos urbano y más rural con gente comprometida con su entorno, pero no es su responsabilidad, aunque le duela como si fuera suya. El pone su granito de arena en cada canción, en cada disco con letras que dicen mucho, hacen reflexionar aún más. Como las del último trabajo que sale este martes a la venta en México.

Fuente: El Mundo América.

– ‘De mares y visiones’ es un regalo para el público latinoamericano. ¿Qué les debía a sus fans latinos?

– Siento que soy como el río Guadiana con el público latinoamericano. Aparezco y desaparezco. La gente me escribe, de Perú, de Guatemala y sentía que había mucha confusión con mi trabajo. Este disco es una nueva carta de presentación para tocar aquí. Una recopilación con 18 éxitos, sólo para Latinoamérica, no se venderá en España para que sea exclusivo de los países donde se va a presentar.

– Volver a cruzar el charco, ¿pone las pilas?

– Volver a empezar es un subidón. Espabilarse, reinventarse y despejarse, es algo estupendo. A veces la situación en la que estás te puedes llegar a adormecer, y volver a subir los escalones que ya hiciste puede ser penoso o no, según como te lo plantees. Ahora no vengo en lor de multitudes, puedo quedarme en España, pero tengo que picar piedra aquí como lo he hecho allá.

– Picar piedra y ser un artista… parecen dos conceptos antagónicos.

– Siempre he sido un trabajador de la música, jamás he sido un aristócrata de mi oficio. Desde que me propuse ser músico con trece años, sigo teniendo una gran pasión y sigo queriendo ser músico, no se me ha ido un ápice de la ilusión inicial. Cada disco nuevo es un reto y un momento emocionante.

– ¿En España se tiene que oír mucha música ahora para olvidar la crisis?

– Yo quiero pensar que España no está tan gris, porque sería muy triste. Siempre se buscan culpables y somos todos un poco inocentes y un poco culpables. Leí de un periodista extranjero que la crisis en un país anglosajón es más dura porque hay más individualismo. En España hay una parte buena, la familia como agrupación sólida tiene una validez absoluta. Si hay un hermano, un cuñado que está en paro, siempre hay un familiar que le va a acoger y ayudar. Una canción no cambia el mundo, pero nos hace más llevadera la vida. Si hay que pedalear, mejor hacerlo con buen humor, con esperanza y sin lamentos.

– Si la huelga general hubiera coincidido con un concierto suyo, ¿Concierto o a la huelga?

– No hubiera hecho concierto, hay que mantener una actitud de coherencia.

– Como en su lucha para poner un precio fijo en las entradas a sus concierto. Y en pesos mexicanos, ¿cuánto cuestan?

– Marco unos parámetros y trato de ser cuidadoso, aunque en el extranjero son precios que pueden subir más de lo que me gustaría, por los gastos, costes, producción y me encuentro en la disyuntiva de ponerme fuerte o aceptar la situación. Si el precio es alto, estoy haciendo una ruptura de clases, la persona con situación económica de bonanza y la persona con precaridad económica no puede venir y esto no me gusta nada, pero la situación no la puedo controlar tanto como en España.

– México es un país de gigantes contrastes entre ricos y pobres…

– Creo que la mayoría de los males vienen de la desigualdad social y eso lo podemos trasladar a un sistema global, planetario que ya lo es. La mayor parte de los problemas llegarán por injusticia social, debe haber una paridad en cuanto a lo básico. En los países en crisis aumenta la delincuencia. Una persona tiene que poder dar de comer a su familia, llevar a sus hijos a la escuela y cuando no se tiene eso, un país no funciona bien.

– Dicen que ya de niño era tan consciente…

– Me la han traspasado mis mayores, mi padre, mis abuelos eran labradores a cuenta de otros. Mi padre era una persona que por un magro sueldo trabajaba de sol a sol con un pico y una pala, pero también las personas con un poder económico tienen que pedalear porque tener dinero es una cuestión fácil.

– Y a la gente joven, ¿qué se le dice con la que está cayendo?

– Creo que lo más importante es hincar el diente a una profesión que ame, pienso que es mucho más dudoso buscar una salida laboral que dé dinero y que no te gusta, a la larga va a ser peor. Es una apreciación propia, no que sea la buena.

– Sus fans se hacen llamar ‘manoleros’, maestro. Piropos taurinos. ¿Catalán y pro toros?

– Yo ahí me muevo en un terreno pantanoso familiar. Por un lado mi familia siempre ha sido muy taurina. De niño he ido cada año a ver encierros y ese mundo forma parte de mi paisaje infantil, pero de mayor me estoy haciendo un poco antitaurino, aunque respeto mucho el mundo taurino, pero igual me estoy ablandando. Además, pienso también en los millones de pollos, cerdos que se sacrifican para que coma todo el planeta y todo es tan relativo. No sé, la verdad que no puedo definirme en este tema.

– Es un gran defensor del mundo rural a lo Labordeta, ¿también le gustaría entrar en política?

– Era seguidor de Labordeta, me gustaba el papel que hacía, el trato que tenía con la gente de la calle. Yo también soy muy rural, pero no es mi papel la política. Aún guardo el arado de mi abuelo, las aguaderas de esparto. Tenía un pequeño burrito, ovejas, gallinas y todo eso pervive en mí, es lo que me ha dado esa impronta, esa identidad y me gusta. Cuando leo que en 50 años el 90% de la población del mundo será urbana pienso, que barbaridad, quién hará la comida… no podemos dejar que las multinacionales nos den de comer. Me gusta saber que en cada pueblo hay agricultores que ofrecen sus productos, tengo un recelo a las multinacionales. Los franceses defienden a capa y espada el tema rural y en España ni el agricultor tiene la capacidad para sumar fuerza de una manera eficaz a pesar de que luchan, ni los diferentes gobiernos han tenido esas ganas de luchar por el agricultor. Es una perdida cultural enorme. A mí todo eso me preocupa y una pincelada de esto sale en mis canciones.

Fuente: El Mundo América – Marta Gómez-Rodulfo | México DF –  ENLACE