MG: Manolo García confirma en un Palau d’Esports abarrotado su embrujo musical

Éxito total de Manolo García en el Palau d´Esports. “Nunca el tiempo es perdido”, el nuevo disco del cantante, recibió una acogida extraordinaria.

Con su tradicional profesionalismo, Manolo García acudió anoche puntual a la cita con su más que fiel clientela barcelonesa. Una clientela que amén de abarrotar el aforo del Palau d’Esports de Montjuïc (los conciertos se prolongan hasta el próximo sábado con todo el billetaje ya vendido desde hace semanas) demostró conocer con profusión el material del nuevo disco –”Nunca el tiempo es perdido”–que presentaba el cantante barcelonés.

LVG_20010531_043LVB

Con las 7.500 localidades ocupadas desde mucho antes de las diez de la noche con un público absolutamente heterogéneo –en edad, sexo, supuesta condición social–, la aparición del carismático ex cantante de el Último de la Fila fue acogida con el estruendo del reencuentro familiar. García derrochó anoche generosidad a raudales, esparció su embrujo musical por los cuatro costados de un Palau d’Esports que necesita más de cuatro cosidos, y, en fin, demostró una vez más que por estas latitudes no hay nadie que domine el directo como él. Una respuesta, en cualquier caso, en perfecta consonancia con el liderazgo que García ostenta tanto en lista de éxitos como en índice de ventas.

Todo el repertorio de su flamante disco “Nunca el tiempo es perdido” fue puntualmente desmenuzado –excepto la ya conocida excepción de “Un plan”–, y allí sí que se pudo comprobar no ya la fidelidad sino el conocimiento que el fan “manologarciano” mostró sobre el repertorio, las melodías, las letras de los mejores puñetazos sonoros de este impecable nueva entrega sonora.

Calculador hasta el milímetro cuando se trata de entrar en faena, Manolo García se ha rodeado para esta gira española de una copiosa a la vez que reputada agrupación instrumental. Quizá excesiva para lo que demanda el público, que es más bien poco dado al matiz y sí al magnetismo vocal y escénico de García. Sin entrar en mayores valoraciones, la pauta del guitarrista flamenco Pedro Javier González es bastante más visible que lo que aconteciera cuando García estrenó hace una par de temporadas su hermosísimo “Arena en los bolsillos”. A modo de contrapeso, el directo apuesta asimismo por un sonido contundente y guitarrero, para lo que no ha dudado en rodearse del ya conocido Eric de Witt, del novedoso Paco Heredia y, sobre todo, de un Jordi Armengol cada día más sorprendente, a los que hay que añadir el teclista Nacho Lesko y el batería Juan Carlos García.

Un público inter-generacional coreó entusiasmado las canciones del nuevo disco del carismático cantante.

A lo largo de una velada que rondó las dos horas de duración y en la que se oyeron más de treinta temas fue, sin embargo, el material de facturación anterior el que acogió entusiasmos que pasaban del delirio al “foc de campament”. Así, “Pájaros de barro” o “Aviones plateados” fueron dianas impecables, si bien hubo que esperar a “Insurrección” y a “A veces se enciende” para convenir una vez más que un concierto de Manolo García no es una velada musical más, es un acto de fe, una catarsis, es el “buen rollo colega” dicho con gracejo y pulcritud.

Fuente: La Vanguardia – ENLACE – Foto: Àlex García