MG: Una radiografía musical muy mestiza de Barcelona, en un libro

‘Barcelona és bona si la música sona!’ recoge hasta 80 grupos del panorama musical barcelonés.

Estopa, Macaco, Manolo García, Ojos de Brujo, CaboSanRoque, Peret son algunos de los 80 grupos o músicos recogidos en el libro Barcelona és bona si la música sona!, en el que Xavier Torres-Bacchetta y Miguel Amorós radiografían el panorama musical barcelonés, dominado por el mestizaje.
En el origen del libro, publicado por Satélite K, se encuentra el fotógrafo Xavier Torres-Bacchetta, un entusiasta de la música que acariciaba este proyecto desde hacía años.
«Coincidí con una ex productora y programadora de conciertos, Biggi Fischer, a la que propuse reunir en un proyecto a todos los grupos de onda mestiza, de fusión musical, una lista que incluía grupos conocidos, pero otros totalmente desconocidos para el gran público», señala el fotógrafo en una entrevista concedida a Efe.
Fischer descubrió para los autores en 2009 a numerosas bandas y el proceso fue largo, casi dos meses sentándose en terrazas de bares hablando con representantes de los grupos y casi tres años para completar el libro.

Cuenta Torres-Bacchetta que inicialmente comenzaron con un listado de cincuenta grupos, que luego se amplió hasta 90, y que al final quedó reducido a ochenta, incluido Ojos de Brujo, que se disolvió durante el proceso de edición del libro.

«Decidimos mantener Ojos de Brujo porque ya se había hecho la sesión fotográfica y además consideramos que era un grupo histórico de la ciudad», argumenta Torres-Bacchetta.
La intención de esta publicación era, a decir de Torres-Bacchetta, primer impulsor del proyecto, saber cómo se habían formado las bandas, dónde se habían encontrado los músicos, qué estilos de música practican, cuáles eran sus gustos, influencias y pensamientos, con el objetivo último de «dibujar un gran retrato de la Barcelona musical».

Amorós indica que el criterio que se fijó para la selección es que las bandas estuvieran relacionadas con las llamadas «músicas urbanas y de raíz», aunque se amplió a aquellas que tuviesen una relación especial con la música en las calles de la ciudad.

También pesó en la selección definitiva que fueran bandas que cumplieran con la originalidad de componer sus propias canciones y que tuvieran algún disco editado.

Soslayando aquello de «no están todos los que son», los dos autores reconocen que al final se han dejado llevar más por su intuición y sus propios gustos que por una exigencia objetiva.
Hubo algún otro grupo invitado a participar en este proyecto colectivo y que, por una causa u otra, no figuran en estas páginas. «Manu Chao dio su beneplácito a la idea, pero el libro ya estaba en imprenta y quizá se podría incluir en una futura segunda edición», comenta el fotógrafo.
Admiten asimismo Torres-Bacchetta y Amorós que este libro habría sido imposible en otro momento, pues nunca «la actualidad musical nos ofrecía tantas propuestas, tantas bandas interesantes, tanto movimiento y tantos discos».

Además de hacerles una fotografía en un lugar significativo en la historia de sus músicos, a todos los grupos se les envió un cuestionario en el que debían responder por el lugar elegido como escenario para ser fotografiados, su estilo musical, qué significa la música para ellos, su relación con la ciudad y dar cuenta de alguna anécdota divertida que hubieran vivido.

De todas estas preguntas se desprende, según Torres-Bacchetta, que «se notan ganas de reactivar la movida musical barcelonesa, hasta ahora algo alicaída, y que los músicos están ahora más ‘enchufados’ con lo que sucede en la calle».

En la relación de grupos figuran rumberos como AiAiAi o La Pegatina, el afrobeat de Alma Afrobeat Ensemble, la música alter-latina de Amparo Sánchez (ex Amparonoia), el reggae funk de Black Gandhi, la salsa de Bloque 53, el flamenco Billy de Chico Ocaña, el disco-funk de Fundación Tony Manero, la pachanga de La Troba Kung-Fú, la música étnica de Lumbalú o el rock árabe de Nour.

Fuente: La Vanguardia – ENLACE