MG: Fue un flipe telonear a los Ramones

Hace unos días os la dejamos por aquí en PDF, ahora directa en la web:

Un encuentro punk con Manolo García, icono del rock español, creador inagotable y artista comprometido con causas tan perdidas como el ‘cedé’. Por David Gallardo

La rebelión del hombre rana. Manolo fotografiado en la zona noble de Madrid, el pasado octubre (Foto: Adolfo Callejo)

Sonríe, besa, abraza, firma autógrafos y dice a todo que sí. “¡Manolooo!”, le gritan desde un coche y como respuesta regala una carcajada mientras saluda con la mano. Todo a la vez. Incluso tiene tiempo de protagonizar una sesión de fotos en plena calle. Pura energía a los 56 años, publica su quinto disco en solitario, Los días intactos, el libro El fruto de la rama más alta. Admite que tiene un pasado “un poco escabroso” enraizado en el punk. “Ese punto punky aún lo tengo”, asegura. Entre risas, por supuesto.

Con el paso del tiempo, ¿vas controlando ese impulso de lanzarte sobre el público en los conciertos?

Es que mi pasado es un poco escabroso. Vengo del punk. En Los Rápidos éramos combativos: nuestro disco de cabecera era London calling, de los Clash. Ese punto punky aún lo tengo, aunque esté más mayor. Me lanzo menos porque me duelen más los huesos, me pego mayores hostias… También valoro más ahora sonar bien que hacer el cabra.

En aquellos años Los Rápidos llegásteis a telonear a los Ramones nada menos.
Fue un flipe telonear a los Ramones porque me gustaban mucho en esa época. Ahora me son un poco indiferentes, no como los Clash, que me siguen encantando, sobre todo Sandinista. Recuerdo el concierto con los Ramones como memorable, igual que otro en Barcelona con Los Burros junto a OMD y Obús, un cartel horrible que no pegaba nada: todo el mundo estaba borrachuzo tirando botellas al escenario [risas].

Los años locos…
¡Sí, sí! Recuerdo otro en Madrid de Parálisis Permanente. Se me cruzaron los cables, subí al escenario, le quité el micro al cantante y se lió una pelea terrible con botellas volando… buff [y se pone en pie y lanza objetos imaginarios].

Publicas tu quinto disco en solitario. ¿Qué aporta a tus más de tres décadas en la música?
Aporta ilusión, el compromiso del rock, trabajar con guitarras eléctricas y darle importancia a los textos. A mí me interesa Dylan y Leonard Cohen. Humildemente intentas entrar en un escuadrón de gente interesada en la lírica del rock.

¿Piensas en ser número 1 mientras compones?
Sería un hipócrita si dijera que me da igual. Yo quiero que el disco llegue a cuanta más gente mejor, porque entonces podré hacer conciertos, llevar un buen equipo, una buena banda. Si el disco no le interesa a nadie tendré que llevar peor equipo y peor banda, y así no querré tocar, pues estoy acostumbrado a ofrecer conciertos dignos. No tengo vocación de no vender discos.

¿Escuchas música en mp3?
Me compro mis cedés y me voy haciendo una selección en el iPod. Me gustaría pensar que van a inventar muchas genialidades, pero que el cedé no va a desaparecer. Es un formato que está muy bien, manejable, se puede almacenar bien… Espero que siempre haya tiendas de discos para comprar cedés.

¿Cómo de necesaria es la música en estos tiempos inciertos?
La música da ánimos, da alegría. Están consiguiendo los muy cabrones que haya un bajón general. Te meten el miedo en el cuerpo y se crea un clima de derrotismo. Eso es nefasto. Los músicos contribuimos un poco a animar al personal. Yo a lo mejor me despierto, me pongo The dark side of the moon y me da un punto de puta madre para empezar el día.

¿Esperas que cambie algo?
Es la gente la que sale a la calle y está hablando sin líderes. Es algo maravilloso todo este movimiento ciudadano. Si los políticos lo que quieren es acojonarnos hay que intentar que no lo consigan.

Fuente: RollingStone.es