«La gira apagó su eco en la sierras de Gredos, roquedas plagadas de arboles y paz» De Jose Lucena. #ManoloGarcía

De Jose Angel Lucena Gómez:

«La gira apagó su eco en la sierras de Gredos, roquedas plagadas de arboles y paz. Sendas a la espera placida del espíritu. Un escenario, natural y perfecto, para todo es ahora. Manolo ha trasmitido a lo largo de 16 conciertos su necesidad de entrega. Creciente, ilimitado y feroz, contagioso y excesivo. Como una de sus máximas desde siempre; todo tiene quien todo da.

Este capítulo ha congregado nuevos amigos a la hoguera cierta en la que templar el espíritu y el ánimo. Encuentros casuales, nunca preparados y siempre agradables, que amenazan con sembrar la felicidad en los rincones del alma y verter sin licencias; la tóxica carga de la plenitud frente a la rutina. Manuel García, el maestro como a muchos nos gusta apodar, de nuevo volvió a nuestras vidas a marcar el ritmo de los días, con diapasón de esencia. Calor en lo vacio del abismo, sonrisa radiante en lo gris del segundero.

Llenó de momentos de ternura y lentas melodías que buscaron el brillo de tus ojos. De armonías lejanas, que en el sopor de la tarde del verano, al débil y torpe sonido del moviltransistor, desaten el huracán del recuerdo. Nunca fue más cierta la sentencia “se hacen parapetos con poemas, nunca brillaron con más sentido las flores raras en las aceras”. Conozco pocos parajes en los que el pecho salga lleno de luciérnagas refulgentes. Pocos paisajes que calmen la sed y tiemplen el ánimo, allí a dentro, en lo profundo donde sólo la poesía llega.

No hay secretos, hay espigas que brotan, hay aire puro y vegetal que renueva. Energía de soles que calientan a aquellos que quieren sentir. A los demás gracias infinitas, la música necesita del aliento de muchos instrumentos para ser plena y descarnada. Gracias, Ricardo por esa guitarra embrujada a la que tus dedos intentan controlar. Gracias Álvaro por tu romance perpetuo con las teclas. Víctor que arrulla la guitarra española desde su mirad intima. A Juan Carlos que no recuerda si alguna vez no estuvo junto a Manolo y basta un gesto para encauzar tanta creativa improvisación. A Charly porque simpatía y buen hacer nunca estuvieron reñidos. Iñigo, sobrio y preciso amarrado a las cuerdas de su alter ego; un magnífico y rotundo bajo. Olvido, ninfa de violín y danza cristalina, ¡cuánta música corre por ese puente sin trastes!

A Susana y a Mone que nos regalaron la sorpresa, la reinterpretación de temas imprescindibles. Seguro que en el largo transito que permite un concierto, en ese esfuerzo mantenido y coordinado, olvido a muchas personas, por cierto, gracias por tu elegancia y saber estar Miguel, tu puesto no es fácil pero tú lo hiciste así.

Mención especial al alma mater , a la sombra dulce de las palmeras, al evocador perfil de las gaviotas… a Carmen García, nunca , nunca la elegancia se vistió con tanto tacto para bregar en la tempestad de cada día de concierto, nunca la bocana del puerto apaciguó con tanta calma la entrada del entusiasmo y el ansia desatada. Gracias de corazón.

… Y a aquellos que trabajan en la distancia para que todo siga su curso (Gracias Carmen Arteaga, cómo olvidarte).
Ahora quedan los ecos de las canciones, de estrofas con tanta luz como para llenar cestillos de esparto, con tanta emoción como para apagar la tristeza de todos los días grises.

A la espera de nuevos temas, os dejo, gestos ávidos de vida atrapados en la gira, algunas fotos distintas, sinónimos de entrega y la sensación de que algún día conectamos en el secreto de alguna canción, en la contagiosa sílaba que atrapa y conduce, en la frase que arrastra y libera.»

Con: Manolo García, Ricardo Marín, Álvaro Gandul, Juan Carlos Garcia, Iñigo Goldaracena, Victor Iniesta, Albert Serrano, Charly Sardá, Olvido Lanza, Carmen Garcia, Carmen Arteaga, Susana Ribalta, Mone Teruel, Miguel Gonzalez, Produceme y Perro Records.