Manolo García. Ahora o nunca. Entrevista en AUXMagazine

Poco se puede decir ya de Manolo García, una auténtica leyenda de la música en español. El que fuera cantante de El último de la fila se acercará a Bilbao para repasar los temas de su último disco, “Todo es ahora”, donde vuelve a incidir en el tema de la fugacidad del tiempo.

¿Qué tal el reencuentro con Los Rápidos y Los Burros? Ha sido una cosa puntual sin idea de continuidad, algo muy emotivo, como esas cenas que se hacen con antiguos compañeros de clase. Lo hemos pasado muy bien, todo el mundo ha estado a gusto y hemos podido constatar que no cambiamos con los años y que seguimos siendo igual de burros (risas).

¿Qué diferencias hay entre estos conciertos y los tuyos en solitario? Estos conciertos obedecen a un trabajo hecho por un equipo de músicos componiendo juntos, mientras que en mi gira es una obra personal. En el planteamiento de equipo todo se decide de una manera asamblearia entre todos y en mi gira soy yo el que decido, es una creación propia en la que cuento con una banda que me ayuda a llevar a cabo esa obra.

¿Se echa de menos estar con una banda? Depende mucho del carácter pero uno siempre necesita su espacio personal para expresar la creación. Yo con 18 años necesitaba mucha gente para hacer canciones, con 30 ya no necesitábamos tanto y estábamos solo Quimi y yo, hasta que llega un momento en que cada uno tiene un discurso que se aleja del otro. Entonces hay que hacer concesiones por el bien de la banda, pero en el fondo todos sabemos que estamos dejando de hacer cosas que nos gustarían. Con la experiencia llega un momento en que tienes la necesidad de expresarte en tu dirección.

Hablando de “Todo es ahora”, en el sonido parece seguir la senda de “Los días intactos”, tu anterior trabajo, un disco más rockero que los anteriores… Desde que empecé en solitario he experimentado y me he movido mucho a Grecia, Brasil… buscando otros sonidos. En estos dos últimos discos, como tú has observado, he vuelto a mis raíces después de deambular por otros terrenos, y me he dado el capricho de trabajar con músicos anglosajones que, al final, son los que inventaron esto del rock and roll.

¿Por qué repites la experiencia en Estados Unidos? Como te decía me he ido allí por buscar la esencia del rock y por viajar, que me encanta. Me gusta hacer siempre cosas distintas y deambular por las emociones y, en ese deambular, empecé a escuchar “The next day” de David Bowie, un disco que me encantó. Empecé a pensar y a soñar que sería maravilloso tocar con la gente que había hecho algo tan bonito y es lo que hice, buscar a esa gente y tocar con ellos. Ha sido casi como cumplir un sueño y tocar con esos pedazos de músicos también es un reto porque ellos no me conocían de nada y han trabajado con gente muy buena pero, al final, los acordes que les propongo son los mismos que tocan con Bowie con Springsteen: re, la sol, … ¿quieres un pasaje triste? la menor, ¿un pasaje exultante? sol mayor… al final es el lenguaje del rock y es igual en todas partes. Yo creo que en la música siempre hay que buscar nuevas sonoridades y retos porque, si no, este oficio no tiene ningún sentido. Por eso nunca sé qué va a pasar en el futuro ni cómo va a ser lo próximo que haga. Yo llego a un sitio con mi guitarra acústica, mis maquetas y mi libreta con las letras y puedo hacer un disco porque tengo ese espíritu, esas ganas y me adapto a cosas diferentes. El objetivo es que las colaboraciones no desvirtúen mi sello personal y esos encuentros con músicos de otros lugares y otras culturas me permite mantenerme en vilo y no adormecerme.

En el disco dedicas una canción a David Bowie y también nombras a Lou Reed. ¿Nos estamos quedando sin referentes musicales? Está habiendo un cambio de etapa muy bestia, no sólo porque vayas cumpliendo años y te alejes de las cosas nuevas. Los 60 y los 70 fueron una época de gran importancia para el rock que está durando mucho, ya que las bandas jóvenes aún están bebiendo de la fuente de aquellos creadores y les sigue gustando Led Zeppelin, Janis Joplin, Hendrix… Aún no hemos pasado pagina y, por eso, de las bandas de los últimos diez años no hay nadie que haya inventado la sopa de ajo que ya inventó Velvet Underground, las bandas americanas de los 70, el rock sureño… ¿Los Eagles? Aún no se han inventado otros Eagles y no hablemos ya de Eric Burdon, Free, Jetro Thull… no hay gente como aquella, enloquecida por la música y por las circunstancias, sin estar enviciados por el negocio. La gente joven que sale ahora piensa en ganarse la vida, aquellos sólo pensaban en drogarse, follar, ser libres, no trabajar, estar todo el día haciendo música… Ellos, de entrada, no querían labrarse un futuro, había una intención mas lúdica, mas dadaísta, mas naif… todo junto. Y gracias a eso dejaron el legado que dejaron porque no trabajaban con la cabeza, sino con el corazón y con el cuerpo entero, eran pura emoción y visceralidad. Puede que venga un chico de 20 años y me diga “No, Manolo, también hay una banda que tal…” Pues bien, yo no quiero ofender a nadie pero déjame que siga escuchando mis discos de la Creedence. Claro que hay grupos interesantes como, por ejemplo, Love of Lesbian que hacen cosas muy buenas, pero en el fondo estamos repitiendo patrones sonoros y de composición.

En “Todo es ahora” también hay canciones que abordan el tema social, algo que ya hiciste en tu anterior trabajo. Yo creo que en este país somos un poco caóticos y los discursos de los políticos son muy aburridos. No me los creo, se les ve el plumero, desesperados por pillar cacho y les importa una mierda la gente. En la parte superior del maquillaje sí que se ve que se han aprendido el discurso de que se preocupan por los temas sociales, pero en realidad no les interesa que este país avance en cultura o en humanidades, sólo están interesados en mantener este sistema neoliberal de todos contra todos, centrados únicamente en el consumo y en la infelicidad porque yo lo que veo es que todo el mundo está alterado: el que trabaja por no perder el empleo, el que está parado por encontrar trabajo… todos los beneficios sociales que se consiguieron hace años se han perdido de la noche a la mañana, me parece repugnante. Vamos a peor, el sistema oprime cada día más, y a los señores que tienen que llevar las riendas de esto no me los creo, salvo honrosas excepciones como el ex presidente de Uruguay, Mujica, en quien veo coherente su discurso con su quehacer cotidiano.

Otro tema recurrente en tus letras es el de la fugacidad del tiempo y el carpe diem…

En mis letras intento mezclar mi inquietud social, mi humor, mi ironía, mi sentimentalismo y a veces no puedo evitar dejar escapar ideas en mis canciones o en mis conciertos. Pero eso que me comentas ya lo descubrieron los filósofos de la Grecia clásica y creo que, incluso en la prehistoria, ya sabían que el tiempo vuela y sabían de la precariedad de todo. Esa constatación del “yo-aquí-ahora” te ayuda a no descarriarte, si te dejas llevar por el mundo de la comunicación actual te metes en unos enjambres raros porque cada uno mueve sus hilos y se nos ofrecen cantidad de mundos que son falsos. Por eso, ese pequeño “yo-aquí-ahora” sirve para que encontremos nuestro rincón en el mundo y vivirlo como prefiramos. Mi preocupación es no desperdiciar esa pequeña cuota de tiempo, tenemos un billete que, cuando nos lo dan, ya nos advierten que es sólo de ida, ¡aprovéchalo porque no tienes otro! Mi preocupación es esa y, quizás, sí que peco en que lo repito mucho de diferentes maneras, “Tempus fugit”, “Nunca el tiempo es perdido”, “Todo es ahora”, “Exprimir la vida”… ¡Perdonadme! (risas). Texto de Sergio Iglesias.

El próximo 23 de Abril, Manolo García estará en el Bilbao Arena.

Fuente: AUX Magazine – ENLACE