Nuestro gran juglar (Albert Plà)

Albert Pla celebró sus 25 años de carrera en Figueres junto a una lujosa nómina de invitados.

A finales de los años ochenta, la canción de autor en Catalunya atravesaba una severa crisis en cuanto a difusión y prestigio. Fue un tiempo horribilis para el género. Entonces llegó un muchacho de Sabadell llamado Albert Pla, que apadrinado por Quico Pi de la Serra y Sisa (Ricardo Solfa en la época), irrumpió en el mercado discográfico con un álbum revolucionario (Ho sento molt, 1989). Pla yel atípico pelaje conceptual de sus canciones, conectaron con nuevos públicos, iniciando una brillante carrera que suma ya veinticinco años.

El Festival Acústica de Figueres albergó el sábado el espectáculo con el que Albert Pla conmemoraba su primer cuarto de siglo de trayectoria. Fue la guinda del pastel de un ciclo centrado en la música catalana que, desde el jueves 28 y hasta el domingo 31, ha animado la ciudad con más de treintay cinco actuaciones de todo signo. Ayer por la tarde, la organización señalaba que la decimotercera edición del festival ha registrado 90.000 espectadores.

En la plaza Gala-Salvador Dalí, y con todo el papel vendido, Albert Pla ofició un intenso montaje, arropado por una banda de gran categoría (Pascal Comelade, Diego Cortés, Judit Farrés, Jordi Busquets, Iván elefunken…), y con una impresionante e intergeneracional nómina de artistas invitados: Pau Riba, Quimi Portet, Estopa, Gerard Quintana, Sílvia Pérez Cruz & Raül Fernandez Miró, Maria Rodés, Tortell Poltrona, The Pinker Tones, Tomasito…

La operación no estaba exenta de cierto riesgo, ya que algunas veces este tipo de propuestas caen en el exceso de rigor por apego al guión, al tiempo que también pueden inclinarse hacia algún tipo de autocomplacencia. Nada de eso ocurrió, donde Albert Pla fue generoso en el reparto de protagonismo (al punto de fomentar que varios invitados incluyeran temas de cosecha propia en el programa), mientras que un ambiente felizmente anárquico se fue adueñando del escenario con el transcurrir de los minutos.

Por más de dos horas, nuestro juglar punk armó una celebración ciertamente irrepetible, con un repaso a su discografía en el que, por cierto, hubo bastante lugar para temas pertenecientes a su primer trabajo (La sequia, El llegat del pastor, Papa, jo vull ser torero como primer bis de la noche…).

El catálogo de grandes momentos de la velada es largo, empezando por el paródico dúo junto a Quimi Portet en Sunny day, y culminando con la performance que se marcó Pau Riba en el all together de la versión planiana del Walk on the wild side de Lou Reed. A sus 65 años, Riba se transvistió (bragas rojas, sostén negro, peluca lila), sin olvidarse de mostrar sus letradas posaderas a un público encantado.

Entre lo uno y lo otro, más estampas memorables: una hilarante interpretación de La colilla, la desaforada Insolación construida juntoaGerard Quintana y Tomasito, el épico mano a mano con Estopa en Joaquín el necio, o el buceo de Pla entre el público, cantando ciego con cornamenta luminosa. Repertorio sólido y espíritu irreductible: ¡a por otros veinticinco, maestro!

Fuente: La Vanguardia – Donat Puig – Inma Sainz